Tanto las bebidas azucaradas como las dietéticas pueden dañar el hígado

En un nuevo estudio, las personas que consumieron mayores cantidades de bebidas tanto azucaradas como endulzadas artificialmente presentaron un mayor riesgo de padecer una afección grave en la que se acumula grasa en el hígado.

Un nuevo estudio vincula tanto las bebidas regulares como las dietéticas con un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad hepática grave.

Y los investigadores señalan que incluso un consumo moderado puede ser motivo de preocupación.

El estudio incluyó a más de 123,000 adultos en el Reino Unido que completaron cuestionarios sobre su alimentación y fueron seguidos durante una mediana de 10 años.

Casi 950 desarrollaron una afección llamada enfermedad hepática esteatósica asociada con disfunción metabólica, o MASLD.

La MASLD ocurre cuando la grasa se acumula en el hígado, lo que puede provocar inflamación, dolor, fatiga y falla hepática (Anteriormente conocida como enfermedad del hígado graso no alcohólico).

Un mayor consumo de bebidas azucaradas se asoció con un aumento del 50% en el riesgo de padecer la enfermedad, según los resultados.

Las probabilidades fueron aún mayores con las bebidas endulzadas artificialmente, con un 60%.

Las opciones bajas en azúcar o sin azúcar también se relacionaron con un mayor riesgo de muerte por causas hepáticas.

La autora principal señala: “La gente suele pensar que los refrescos de dieta son la opción más saludable, pero nuestro estudio muestra que también pueden aumentar el riesgo de enfermedad hepática, incluso con niveles de consumo modestos, como una sola lata al día.”

Los investigadores señalan que las bebidas azucaradas pueden promover la acumulación de grasa al elevar el nivel de azúcar en la sangre, provocar aumento de peso y elevar los niveles de ácido úrico.

Los refrescos de dieta pueden alterar el microbioma intestinal, aumentar los antojos e incluso desencadenar la liberación de insulina.

La noticia alentadora: reemplazar los refrescos por agua redujo el riesgo de enfermedad hepática hasta en un 15%.

Los autores señalan que la mejor opción para el hígado y para la salud en general, sigue siendo el agua.

Los resultados de este estudio se presentaron en la UEG Week 2025

Afiliación de la autora:

The First Affiliated Hospital of Soochow University

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