Abandonar el horario de verano podría mejorar la salud de los estadounidenses, señala un estudio
Es un debate que reaparece dos veces al año: ¿debería Estados Unidos seguir cambiando los relojes o elegir un sistema de horario definitivo?
Un nuevo estudio de la Universidad de Stanford encuentra que hay un claro ganador cuando se trata de la salud.
Permanecer en el horario estándar —que prioriza la luz de la mañana— es lo más beneficioso, según los resultados, mientras que cambiar dos veces al año es la opción menos saludable.
Usando un modelo matemático, los investigadores analizaron el impacto de diferentes políticas horarias sobre la exposición a la luz y el ritmo circadiano el reloj interno del cuerpo que ayuda a regular el sueño, la energía y la función inmunológica.
Ellos analizaron el horario estándar permanente, que proporciona más luz matutina; el horario de verano permanente, que proporciona más luz vespertina; y el cambio dos veces al año.
Luego compararon los resultados con los datos de los CDC sobre afecciones como enfermedades cardíacas, diabetes, depresión y accidente cerebrovascular.
El autor principal señala: “…Permanecer en el horario estándar o permanecer en el horario de verano es definitivamente mejor que cambiar dos veces al año.”
Los datos sugieren que el horario estándar permanente podría prevenir más de 2.6 millones de casos de obesidad y 300,000 accidentes cerebrovasculares en todo el país cada año.
Los autores señalan que, aunque la salud circadiana se relaciona más con el horario estándar permanente, los resultados no son lo suficientemente concluyentes como para eclipsar otras consideraciones importantes, incluyendo la seguridad, los objetivos sociales y la economía.
Fuente:
Proceedings of the National Academy of Sciences
Afiliación del autor:
Stanford University