Vivir con un perro (pero no con un gato) puede reducir el riesgo de asma en los bebés

Un nuevo estudio encuentra que los bebés expuestos a un alérgeno común de los perros tienen casi un 50% menos de probabilidades de desarrollar asma antes de los cinco años. Pero el mismo beneficio no se observa con los gatos.

Nueva investigación sugiere que los bebés que crecen alrededor de perros pueden tener menos probabilidades de desarrollar asma infantil pero el mismo beneficio no se observa con los gatos.

Científicos en Canadá estudiaron a más de mil niños, recolectando muestras de polvo de sus hogares cuando los bebés tenían solo unos meses de edad.

Ellos analizaron las muestras en busca de tres alérgenos comunes de mascotas.

Cuando los niños cumplieron cinco años, los médicos los evaluaron para detectar asma, midieron su función pulmonar y revisaron muestras de sangre en busca de factores genéticos de riesgo.

¿Los hallazgos? Los bebés expuestos a niveles más altos de un alérgeno de perro llamado Can f 1 tuvieron un 48% menos de riesgo de desarrollar asma.

También mostraron una función pulmonar más fuerte, incluso si genéticamente tenían mayor riesgo.

Los investigadores no encontraron ningún efecto protector en los bebés expuestos al alérgeno de gato Fel d 1 o a la endotoxina bacteriana.

Uno de los autores señala que estos hallazgos “sugieren que la exposición temprana a alérgenos de perro podría prevenir la sensibilización, tal vez al alterar el microbioma nasal… o por algún efecto en el sistema inmunológico.

El asma es una de las enfermedades crónicas más comunes en los niños.

Los médicos dicen que, aunque existen tratamientos, comprender cómo prevenirla podría marcar una gran diferencia para las familias en todo el mundo.

Fuente:

Congreso de la Sociedad Respiratoria Europea (ERS por sus siglas en inglés))

Afiliaciones de los autores:

The Hospital for Sick Children

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