LUNES, 26 de agosto (HealthDay News) -- La mayoría de madres que dan el pecho pueden tomar con seguridad los medicamentos y vacunas que necesitan, sin temer que harán daño al bebé, según un informe reciente de un destacado grupo de pediatras de EE. UU.
El informe, de la autoría de la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) en consulta con la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU., describe unos cambios propuestos para las etiquetas de los fármacos. Las nuevas etiquetas reemplazarían la sección actual de "Madres Lactantes" con un encabezado titulado "Lactancia", que ofrecería información mucho más detallada sobre la transferencia de un medicamento a la leche materna, y el potencial de daño para el bebé que toma la leche materna.
Los cambios propuestos forman parte de un esfuerzo de la FDA por obligar a los fabricantes de fármacos a estudiar la forma en que los medicamentos podrían afectar a la lactancia materna, y a comunicar mejor esa información a las mujeres y a sus médicos.
"Dado que sabemos que la lactancia materna conlleva beneficios tanto para el desarrollo como para la salud de la madre y del bebé, animamos a la investigación en esta área de forma que los médicos puedan tomar decisiones informadas sobre la mejor forma de tratar a sus pacientes", comentó la autora del estudio, la Dra. Hari Cheryl Sachs, pediatra y líder del equipo de salud pediátrica y materna del Centro de Evaluación e Investigación de Fármacos de la FDA.
Los defensores de la lactancia materna alabaron el nuevo informe, que se publicó en la edición en línea del 26 de agosto de la revista Pediatrics.
"La moraleja general, que la mayoría de fármacos son compatibles con la lactancia materna, que las madres no tienen que abandonar los fármacos y que las etiquetas deben reflejar con precisión al conocimiento científico, es realmente una gran noticia para las madres que lactan", afirmó Diana West, asesora en lactancia y vocera de La Leche League International.
La mayoría de etiquetas de medicamentos ahora presentan una afirmación general que advierte contra tomar casi cualquier medicamento durante el embarazo, algo que le resulta molesto a Thomas Hale, director del Centro InfantRisk del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Tecnológica de Texas, en Lubbock. Hale ha realizado investigaciones sobre la transferencia de los medicamentos a la leche materna durante más de treinta años. También es autor del libro Medications and Mothers' Milk, que se ha convertido en una especie de biblia sobre el tema.
"Si observa cualquier prospecto, leerá lo mismo: 'Este medicamento no tiene datos disponibles. No debe ser utilizado por madres lactantes'", lamentó Hale.
Dijo que hace poco lo invitaron a realizar una presentación ante el comité de la FDA que desarrolla las nuevas etiquetas de los medicamentos. La primera diapositiva era una imagen de la advertencia general de la etiqueta de Zoloft (sertralina), un antidepresivo.
Pero en el caso de Zoloft y de muchos fármacos más, apuntó, eso no es todo.
Hale apuntó que se estudió a 60 madres lactantes que tomaban Zoloft y a sus bebés. "Sabíamos exactamente qué cantidad pasaba a la leche, y era casi nada", comentó. Y ese es solo un ejemplo.
"Ahora sabemos que el riesgo de la depresión sin tratar es muchísimo peor que el riesgo de tomar un medicamento", planteó.
El informe remite a las mujeres a sus médicos, y a los médicos a LactMed, una base de datos de información sobre la transferencia de los medicamentos a la leche materna, administrada por la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU.
LactMed contiene información sobre más de 450 fármacos, una fracción de los aproximadamente 3,000 fármacos exclusivos disponibles. Esto se debe a que otros medicamentos no se han estudiado en las mujeres lactantes.
Hale apuntó que incluso cuando no se han hecho estudios específicos sobre la lactancia, los médicos pueden determinar con conocimiento de causa si un fármaco pasará a la leche materna y si hará daño al bebé, según el tamaño de la molécula y otras propiedades químicas del fármaco.
Los médicos también deben tomar en cuenta la duración del tratamiento, o sea los riesgos de la terapia a corto plazo frente a la terapia a largo plazo, cuando realizan una determinación sobre el uso de un fármaco, señaló el informe.
Hay algunos casos claros en que los medicamentos pueden resultar nocivos para los bebés que reciben leche materna. Los compuestos radioactivos que se usan como agentes de contraste en los estudios de imágenes o en los tratamientos del cáncer requieren una cesación al menos temporal de la lactancia, según el informe. Por ese motivo, los procedimientos electivos de imágenes se deben retrasar hasta que una mujer deje de dar el pecho.
Algunos analgésicos narcóticos, como la codeína, la oxicodona (Oxycontin) y el propoxifeno (Darvon) han provocado problemas graves en los bebés que reciben el pecho. Por ese motivo, el informe sugiere que los médicos eviten recetar analgésicos narcóticos a las madres lactantes. Los medicamentos como el ibuprofeno (Advil y Motrin), el acetaminofén (Tylenol) y el naproxeno (Aleve) podrían ser unas opciones más seguras para la analgesia.
El informe también advirtió contra el uso de productos herbales y de medicamentos con fines no autorizados en la etiqueta (particularmente la metoclopramida o Reglan) para aumentar la producción de la leche materna. El uso con fines no autorizados en la etiqueta se refiere al uso de los medicamentos para un propósito no aprobado.
La metoclopramida, un fármaco para la acidez, aumenta los niveles de la hormona que produce la leche, la prolactina, al bloquear la dopamina, una sustancia química del cerebro. El bloqueo de la dopamina puede tener una variedad de consecuencias negativas para los bebés y las nuevas madres, entre ellas la depresión y los pensamientos suicidas.
Más información
Para más información sobre los medicamentos y la lactancia materna, visite LactMed.
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