VIERNES, 5 de enero de 2018 (HealthDay News) -- ¿El "yoga" facial podría ser una nueva fuente de la juventud?
Un nuevo estudio de tamaño reducido sugiere que es posible.
Los investigadores pidieron a 27 mujeres de mediana edad (de 40 a 65 años) que realizaran un régimen de ejercicio facial de 20 semanas. Durante la primera mitad del estudio, se pidió a las mujeres que realizaran 32 ejercicios faciales específicos a diario, durante un total de más o menos media hora. Durante el resto del periodo del estudio, el régimen de ejercicios se realizó cada segundo día.
Entonces, dos dermatólogos compararon las fotografías tomadas antes del inicio del estudio con fotografías tomadas tanto a la mitad como al final.
El resultado: para el final del estudio, los participantes parecían haber retrasado el reloj casi tres años, en promedio.
"Los científicos que observaron los cambios en la apariencia encontraron que la parte superior y la inferior de las mejillas estaban más llenas tras el estudio", explicó el autor del estudio, el Dr. Murad Alam, vicepresidente del departamento de dermatología en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern, en Chicago.
"Las pacientes mismas encontraron beneficios incluso más grandes, y notaron que 18 de las 20 áreas y rasgos del rostro que se estudiaron mejoraron a lo largo del estudio", dijo Alam.
"En general, el beneficio para la apariencia fue que el contorno del rostro se hizo más suave, más lleno y más firme", añadió.
Los investigadores anotaron que la elasticidad cutánea tiende a aflojarse con el tiempo, y que los "cojines" de grasa ubicados entre el músculo y la piel adelgazan.
El experimento con el ejercicio pareció combatir esto.
Primero, las participantes se sometieron a dos sesiones de entrenamiento de 90 minutos.
Cada ejercicio duraba un minuto, e incluían posiciones de movimiento y retención como sonreír sin mostrar los dientes, fruncir los labios, y sonreír mientras se forzaban los músculos de las mejillas hacia arriba.
Antes del estudio, se determinó que la edad aparente era, en promedio, de 50.8 años. En el punto medio del programa eso se redujo a 49.6 años, y acabó en 48.1 años al final de las 20 semanas.
Dicho esto, no todas las mujeres persistieron con el programa, ya que 11 lo abandonaron antes del final del estudio.
Pero una encuesta de las que lo terminaron sugirió una tasa alta de satisfacción con el régimen y los resultados.
Los hallazgos aparecen en la edición del 3 de enero de la revista JAMA Dermatology. Alam anotó que ninguno de los investigadores tenía un interés financiero en el programa de ejercicio de yoga facial.
En cuanto a si los hombres, o quizá las mujeres más jóvenes, podrían lograr un beneficio similar, Alam dijo que "esperaríamos ver un efecto. Pero hasta que los estudiemos no sabremos si es un poco más o un poco menos".
Aun así, el ejercicio solo quizá no sea suficiente "para reemplazar los métodos comprobados de mejorar la apariencia facial" que se puede lograr con rellenos, láser y métodos parecidos, reconoció Alam. En lugar de ello, quizá la mejor función del ejercicio sea amplificar dichas intervenciones, planteó.
Por otra parte, el Dr. Steve Xu, que también enseña dermatología en la Universidad de Northwestern pero que no participó en el estudio, advirtió que la investigación fue pequeña y que 11 de las 27 participantes lo abandonaron.
"Es algo a tener en cuenta", indicó.
Pero Xu alabó el diseño del estudio, y sugirió que el ejercicio facial "tiene mucho sentido intuitivo".
¿Por qué? "El envejecimiento facial es mucho más que solo ver más arrugas en la cara", dijo Xu. "Es un proceso complejo, e incluye el adelgazamiento de las capas superiores de la piel, la pérdida de colágeno y elastina en las capas más profundas de la piel, y una pérdida de grasa y músculo".
"Con frecuencia", continuó Xu, "lo que de verdad añade años al rostro de una persona es la pérdida de grasa y músculo. Unos pómulos altos son un componente importante de una cara atractiva. Cuando envejecemos, esa definición se desvanece, lo que hace que las mejillas pierdan su redondez, lo que empuja a la cara hacia adentro y hacia abajo. Entonces eso conduce a que el mentón también se vea menos definido".
"Fortalecer los músculos faciales mediante el ejercicio tiene mucho sentido para ayudar a revertir algunos de esos cambios, al permitir a los músculos de la cara agrandarse y proveer un mayor redondeo a la piel que los cubre", señaló.
Más información
Para más información sobre el envejecimiento facial, visite la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
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