LUNES, 25 de abril de 2022 (HealthDay News) -- Hace mucho que los científicos saben que a medida que la Tierra se calienta debido al cambio climático, las plantas producen más polen, lo que hace que la temporada de alergias sea más larga y pronunciada.
Ahora, una nueva encuesta encuentra que las personas que sufren de fiebre del heno lo notan cada vez más.
En una encuesta de más de 2,000 adultos de EE. UU, llevada a cabo por Harris Poll en asociación con HealthDay, apenas 1 de cada 3 reportó que había recibido un diagnóstico oficial de fiebre del heno de un médico, pero 3 de cada 4 dijeron que habían experimentado síntomas de alergias estacionales.
Para la mayoría de estos individuos, los estornudos estacionales no son un tema nimio: un 74 por ciento afirmaron que sus síntomas tienen un impacto negativo en su calidad general de vida. Y según Kathy Steinberg, vicepresidenta de Harris Poll, "otros puntos de la encuesta sugieren que la situación solo empeorará".
Como parte de la encuesta, los más o menos 1,500 encuestados alérgicos calificaron qué tan de acuerdo o desacuerdo estaban con una lista de afirmaciones, que incluyeron: "Siento que mis alergias estacionales empeoran cada año". "Los síntomas de mi alergia estacional han estado comenzando más temprano en la temporada en los últimos años". "Ahora experimento síntomas de alergias estacionales todo el año".
Los participantes estaban divididos en cuanto a sus respuestas a estas afirmaciones. Más o menos la mitad estaban muy o algo de acuerdo con las afirmaciones, mientras que los demás estaban muy o algo en desacuerdo.
"Para muchos, sus síntomas empeoran cada año, u ocurren durante todo el año, o comienzan antes en la temporada en los últimos años", comentó Steinberg.
Es probable que la tendencia a unas temporadas de polen más largas e intensas sea cada vez más inequívoca para los afectados, a medida que el calentamiento global avance.
"Las personas que afirman que [sus alergias] parecen estar empeorando quizá de verdad estén teniendo más problemas, según los datos científicos que tenemos sobre el aumento en la temperatura y el aumento del polen", aseguró el Dr. Stanley Fineman durante una entrevista de HealthDay Now. Fineman es un alergólogo de Atlanta Allergy & Asthma, y expresidente del Colegio Americano de Alergias, Asma e Inmunología (American College of Allergy, Asthma and Immunology).
"Si seguimos teniendo tendencias a un calentamiento tan grandes como las que estamos teniendo, es probable que experimentemos unos conteos más altos de polen y unas temporadas que comiencen antes", advirtió.
En un estudio reciente, los investigadores modelaron la producción de polen, y concluyeron que las emisiones totales de polen podrían haber aumentado en hasta un 40 por ciento en 2100. Encontraron que se prevé que la temporada de polen primaveral comience de 10 a 40 días antes, y que las alergias estacionales de otoño continuarán durante hasta 19 días adicionales.
Estos aumentos se añadirían a los aumentos existentes en la producción de polen, que comenzaron hace décadas. Hasta 2018, los conteos de polen ya eran un 20 por ciento más altos que en 1990, según otro estudio.
Unas temperaturas más altas, unas floraciones de mayor tamaño
El cambio climático tiene un efecto doble en los conteos de polen: tanto unas temperaturas más cálidas como unas emisiones más altas de dióxido de carbono fomentan la producción de polen, según William Anderegg, profesor asociado de biología de la Universidad de Utah.
"La ciencia que conecta al cambio climático con unas temporadas de polen más largas e intensas tiene una claridad increíble. Cuando aumenta la temperatura o aumenta la cantidad de CO2 en la atmósfera, las plantas tienden a producir más polen", dijo Anderegg. "Tienden a aumentar de tamaño y a producir más polen por planta".
Estas consecuencias de la actividad humana también acortan el invierno y alargan las temporadas de crecimiento en primavera y otoño. Unas temporadas de crecimiento más largas dan a las plantas tiempo para producir más polen.
Fineman y su consultorio de Atlanta han monitorizado los niveles diarios de polen en el área durante más de 40 años. En 2021, usaron estos datos para publicar un estudio que demostró que las emisiones de polen de los robles habían aumentado un 5 por ciento al año en los últimos 27 años.
Fineman apuntó que en general aconseja a sus pacientes que comiencen a tomar sus medicamentos antialérgicos dos semanas antes del inicio de la temporada de polen. Y esa fecha ha llegado cada vez antes con los años, lo que concuerda con el alargamiento de la temporada de polen.
Durante muchos años, ocurría más o menos el día de San Patricio. Luego, fue en San Valentín. Y en los dos últimos años, los conteos de polen del área de Atlanta alcanzaron un máximo, lo que lo obligo a notificar a sus pacientes más o menos el día de la marmota.
Estos cambios pueden confundir a las personas que hace mucho que sufren alergias, que están acostumbradas a comenzar a usar antihistamínicos o a recibir su primera dosis de inmunoterapia en momentos predecibles del año. Los tratamientos para las alergias en general tienen la mayor efectividad cuando se inician antes de que aparezcan los síntomas.
Cuando los pacientes no están preparados "la cosa puede ponerse muy mala", advirtió Anderegg. "Y los alergólogos me lo comentan mucho. Los pacientes están desprevenidos porque las temporadas de polen están comenzando mucho antes".
La trayectoria actual de las temporadas de alergias tiene consecuencias significativas para la salud y el bienestar públicos. Entre un 10 y un 30 por ciento de la población mundial se ve afectada por la fiebre del heno, y la prevalencia está en aumento. Para muchos, la afección es una carga significativa con efectos abarcadores. Por ejemplo, más de un 70 por ciento de los alérgicos en la encuesta de HealthDay/Harris Poll dijeron que sus síntomas afectaban su capacidad de descansar bien de noche.
Las consecuencias de las alergias estacionales y los crecientes conteos de polen también se sienten de formas indirectas.
"Hay bastante literatura que lo conecta con la actividad económica, con qué tan bien los empleados pueden hacer su trabajo, y con los niños", explicó Anderegg. "Cuando los niños también sufren, es de verdad difícil para ellos aprender y tener éxito en la escuela".
Otra ramificación económica es que la atención médica asociada con el polen cuesta más de 3 mil millones de dólares cada año, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Con el empeoramiento y el alargamiento de la temporada de polen, muchos millones de personas experimentan ahora de primera mano un efecto del cambio climático. Si se considera la ubicuidad de las alergias estacionales, esta tendencia presenta una oportunidad.
"Abordar el cambio climático de forma proactiva y urgente de verdad tiene grandes beneficios", aseguró Anderegg. "Podemos evitar más o menos la mitad del empeoramiento en la temporada de polen si resolvemos el cambio climático, o quizá incluso más".
Más información
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre las alergias estacionales y el cambio climático.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Kathy Steinberg, vice president, The Harris Poll; Stanley Fineman, MD, allergist, Atlanta Allergy & Asthma, and former president, American College of Allergy, Asthma and Immunology; William Anderegg, PhD, associate professor, biology, University of Utah, Salt Lake City; HealthDay/Harris Poll survey, April 11-13, 2022