LUNES, 12 de noviembre (HealthDay News) -- Apenas una cuarta parte de los padres que fuman adoptan una política antitabaco estricta en el coche, y casi la mitad no cumplen con la prohibición de fumar mientras conducen con sus hijos, indica un estudio reciente.
En una entrevista con casi 800 padres fumadores, los investigadores también hallaron que dos de cada tres padres con políticas antitabaco estrictas en casa no adoptan la misma actitud en sus coches. Casi tres cuartas partes de los padres que fumaban admitieron que alguien había fumado en su coche en los tres meses anteriores, lo que sugiere que los padres no reconocen los peligros de exponer a los niños a los residuos del tabaco en un espacio tan confinado.
"Hemos visto que un gran número de padres no fuman en casa, y esperábamos el mismo tipo de [conducta] en el coche, así que esto nos chocó y nos sorprendió", señaló la autora del estudio, la Dra. Emara Nabi-Burza, coordinadora principal de investigación clínica del Centro de Investigación y Políticas de Salud Infantil y Adolescente del Hospital General Pediátrico de Massachusetts, en Boston.
"Por algún motivo, el coche no se considera como un ambiente en que los niños se puedan exponer al humo del tabaco", añadió. "Los padres creen que si bajan la ventanilla no pasa nada. No piensan que se trata de una exposición bajo techo para los niños. Ahí es donde tenemos que intervenir y concienciar a las personas".
El estudio aparece en línea el 12 de noviembre en Pediatrics, como adelanto de la publicación en la edición impresa de diciembre de la revista.
Según la Directora General de Sanidad de EE. UU., no existe un nivel seguro de exposición al humo del tabaco, y la investigación ha mostrado que contribuye a un empeoramiento de los síntomas de asma en los niños, y a unas mayores probabilidades de infecciones respiratorias, síndrome de muerte súbita del lactante e infecciones de oído. En niños de hasta 18 meses de edad, la exposición al humo de segunda mano es responsable de hasta 15,000 hospitalizaciones al año en EE. UU., según el estudio.
Nabi-Burza y colegas entrevistaron a padres fumadores cuando salían de los consultorios de pediatras en ocho estados, y se enteraron de que el 48 por ciento de los que no tenían una política antitabaco estrictamente cumplida en el coche fumaban mientras conducían con sus hijos. Los padres con educación universitaria con hijos menores de un año eran más propensos a hacer cumplir dicha política, al igual que los que fumaban 10 o menos cigarrillos al día.
Apenas el doce por ciento dijeron que los médicos de sus hijos les habían aconsejado no fumar nunca en el coche.
"Hemos visto que los pediatras hablan con los padres sobre todo de que la casa sea libre de humo", apuntó Nabi-Burza. "No se puede fumar ni en los bares, pero parece que se nos han olvidado los coches. Ahora que sabemos el tamaño del problema, los pediatras deben informar a los padres que fumar en el coche no es bueno para los niños".
Danny McGoldrick, vicepresidente de investigación de Campaign for Tobacco-Free Kids en Washington, D.C., anotó que incluso el humo residual del tabaco (conocido como "humo de tercera mano") en los coches puede resultar nocivo para los niños, lo que aumenta la importancia de las políticas de coches libres de humo aunque los niños no estén presentes mientras el padre fuma.
"Los tejidos obviamente absorben muchos de esos componentes tóxicos. Los [componentes] no desaparecen simplemente porque no haya nadie fumando", advirtió McGoldrick. "Lo mejor que un padre fumador puede hacer es dejar de fumar. Si no están listos para abandonar el hábito o no logran tener éxito, entonces que adopten políticas libres de humo para la casa y el coche".
Más información
La Sociedad Estadounidense del Cáncer (American Cancer Society) ofrece más información sobre el humo de segunda mano.
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