LUNES, 18 de abril de 2022 (HealthDay News) -- La segregación escolar podría parecer una reliquia del pasado, pero en realidad ha estado aumentando en Estados Unidos durante años. Ahora, un nuevo estudio muestra que conlleva consecuencias de salud para los jóvenes negros.
Los investigadores encontraron que, en los distritos escolares con la mayor segregación, los estudiantes negros tendían a tener más problemas conductuales, y era más probable que bebieran alcohol, en comparación con sus pares en distritos más integrados.
El estudio, que se publicó en la edición en línea del 18 de abril de la revista Pediatrics, apunta a las consecuencias potenciales de la "resegregación", es decir, el retroceso de los avances obtenidos en la integración de las escuelas públicas de EE. UU. hace décadas.
En 1954, la histórica decisión de la Corte Suprema de EE. UU. en el caso Brown contra la Junta Escolar declaró que la segregación racial en las escuelas era inconstitucional. A lo largo de unas décadas, los distritos escolares en que la segregación se eliminó por orden de la corte se integraron sustancialmente más.
Pero a principios de la década de los 1990, una serie de fallos de la Corte Suprema facilitó que los distritos solicitaran ser liberados de esa supervisión judicial. Según la corte, se suponía que las órdenes de desegregación fueran temporales, explicó la Dra. Rita Hamad, investigadora sénior del nuevo estudio.
Desde entonces, cientos de distritos escolares en que la segregación se había eliminado por orden de la corte han sido liberados de la supervisión, alrededor de 600 a 1,000, según Hamad, profesora asociada en residencia de la Universidad de California, en San Francisco.
En el mismo periodo, Estados Unidos experimentó un resurgimiento de las escuelas altamente segregadas: el porcentaje de escuelas con pocos estudiantes blancos (un 10 por ciento o menos) se triplicó y más, de alrededor de un 6 por ciento de las escuelas a casi un 19 por ciento en los últimos años.
Pero se ha sabido poco sobre el impacto potencial de la resegregación en el bienestar de los estudiantes negros, apuntó Hamad.
Su equipo observó los datos de más de 1,200 niños y adolescentes negros en los distritos escolares que, en 1991, todavía estaban bajo desegregación por mandato judicial. Los niños vivieron en esos distritos entre 1991 y 2014, lo que permitió a los investigadores examinar los efectos de un "experimento natural", en que la segregación de los distritos escolares aumentó con el tiempo.
En general, los investigadores encontraron que la experimentación con el alcohol era bastante común entre los participantes del estudio de a partir de 12 años: un 37 por ciento dijeron que habían bebido alcohol en algún momento, mientras que un 18 por ciento lo bebían al menos mensualmente. Pero las probabilidades fueron más altas en los distritos con la mayor segregación, en particular entre las chicas negras.
Los investigadores midieron la segregación usando un "índice de disimilitud", que representa la proporción de estudiantes negros o blancos que tendrían que cambiar de escuela para alcanzar un distrito escolar con una mayor integración racial. El índice abarca de 0 a 1, y un valor más alto significa una mayor segregación.
El equipo de Hamad encontró que por cada aumento de 0.2 en ese índice, hubo un aumento de un 62 por ciento en las probabilidades de que los estudiantes bebieran alcohol. También se tradujo en un aumento de un 32 por ciento en las probabilidades de problemas conductuales entre los estudiantes, lo que incluye la hiperactividad y los conflictos con los pares.
Hamad anotó que hay varios motivos por los cuales una mayor segregación podría fomentar estos problemas. Dijo que uno es que las escuelas con una mayor proporción de estudiantes negros con frecuencia no reciben suficientes fondos, y tienen menos recursos, una mayor rotación de maestros y aulas más hacinadas, todo lo cual podría contribuir a las dificultades conductuales de los niños.
Los hallazgos amplían las evidencias de que las escuelas segregadas son un aspecto de un racismo estructural que puede dañar a la salud de los jóvenes negros, comentó Dmitry Tumin, de la Facultad de Medicina Brody de la Universidad del Este de Carolina, en Greenville, Carolina del Norte.
Tumin, autor de un editorial que se publicó junto con los hallazgos, dijo que son un recordatorio de que la segregación escolar persiste, y que tiene efectos "más allá de las paredes de la escuela".
Por supuesto, es más probable que los niños en los distritos escolares muy segregados vivan en vecindarios segregados, que se vinculan en sí con desigualdades de salud. Pero Tumin dijo que el diseño del estudio permitió una observación enfocada de las escuelas.
"Cuando la segregación escolar aumenta de repente y debido a un factor externo, esto crea una oportunidad para estimar cómo la segregación escolar se asocia con los resultados de salud de forma neta, aparte del impacto de otros factores", señaló.
No está claro qué significa todo esto para el bienestar a largo plazo de los estudiantes negros. Hamad planteó que una pregunta para estudios futuros es si los problemas vinculados con la segregación escolar persisten a medida que los niños crecen.
Y luego hay una pregunta incluso más importante: "¿Qué hacemos respecto a todo esto?", planteó Hamad. "Por ejemplo, ¿aumentar la financiación de los distritos escolares segregados podría ayudar?".
También anotó el rol de los padres en la resegregación de las escuelas a lo largo de los años. "Muchas de las solicitudes de la liberación de la supervisión judicial provinieron de los padres de estos distritos escolares", aseguró Hamad.
Añadió que los hallazgos actuales resaltan algunas de las consecuencias para los estudiantes negros.
Más información
El Hospital Pediátrico de Boston ofrece más información sobre el racismo y la salud de los niños.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Rita Hamad, MD, PhD, associate professor in residence, family and community medicine, University of California, San Francisco; Dmitry Tumin, PhD, research associate professor, pediatrics, East Carolina University, Brody School of Medicine, Greenville, N.C.; Pediatrics, April 18, 2022, online