JUEVES, 30 de mayo de 2019 (HealthDay News) -- Provenir de un hogar roto o sufrir abuso puede traumatizar a un niño, pero una nueva investigación sugiere que los deportes de equipo podrían ser justo la medicina que esos jóvenes necesitan.
Los investigadores monitorizaron datos de salud de EE. UU. de casi 10,000 personas, y encontraron que los adolescentes que experimentaron trauma infantil y que jugaban deportes de equipo tenían unas probabilidades más bajas de depresión y ansiedad en la adultez temprana.
"Como pediatra en entrenamiento, veo a muchos niños y familias que se enfrentan a estos problemas, y con frecuencia no tenemos recetas médicas para recomendarles", señaló la autora del estudio, la Dra. Molly Easterlin, profesora clínica de pediatría en el Centro Médico Cedars-Sinai, y miembro del Programa Nacional de Expertos Clínicos de la UCLA, en Los Ángeles.
"Los medicamentos no necesariamente tratan esas experiencias y sus resultados de salud mental", añadió Easterlin. "Intentar encontrar otras intervenciones que pudieran ser efectivas es importante".
Los problemas de salud física y mental son más comunes a lo largo de toda la vida en las personas que se han enfrentado a experiencias adversas en la niñez, como el abuso físico y sexual, la negligencia emocional, el abuso de alcohol en uno de los padres, el encarcelamiento de uno de los padres o vivir con un solo padre, han mostrado investigaciones anteriores.
Alrededor de la mitad de los niños estadounidenses experimentan esos traumas, y una cuarta parte experimentan dos o más, según los autores del estudio. Pero pocas investigaciones habían examinado cuáles factores mejoran los resultados de salud de los niños expuestos a situaciones adversas.
Easterlin y sus colaboradores usaron el Estudio nacional longitudinal de salud de la adolescencia a la adultez de EE. UU. para comparar la prevalencia de tres problemas de salud mental distintos en la adultez (entre ellos la depresión o un diagnóstico de ansiedad o síntomas depresivos) en 9,668 personas con experiencias adversas en la niñez, que participaron o no participaron en deportes de equipo en la adolescencia.
En la adultez temprana (de los 24 a los 32 años), los que habían participado en deportes de equipo entre el séptimo y el decimosegundo cursos tenían mejores resultados de salud mental, mostraron los hallazgos. Alrededor de un 17 por ciento habían recibido un diagnóstico de depresión, frente a un 22 por ciento de sus pares que no habían jugado deportes de equipo, mientras que más o menos un 12 por ciento habían recibido un diagnóstico de ansiedad, en comparación con un 17 por ciento de sus pares.
Por otra parte, casi un 22 por ciento de los que habían jugado deportes de equipo durante la adolescencia tenían síntomas depresivos en la actualidad, en comparación con un 27.5 por ciento de sus pares que no habían jugado deportes de equipo.
¿A qué se debe la diferencia? Easterlin apuntó que los deportes de equipo pueden aumentar la autoestima y ayudar a los adolescentes vulnerables a sentirse socialmente aceptados y conectados a su ambiente escolar. Todos esos beneficios pueden contribuir a un sentido de la resiliencia, añadió.
Amanda Paluch es investigadora postdoctoral en el departamento de medicina preventiva de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad del Noroeste, en Chicago. Comentó que es "realmente sorprendente" hasta qué momento en el futuro la participación en deportes de equipo puede afectar la salud mental en los niños que se enfrentan a traumas en la niñez.
Pero tiene sentido, dijo, no solo porque los deportes de equipo fomentan cualidades personales, sino porque también proveen modelos de rol positivos: los entrenadores y los compañeros.
"Los estudiantes que podrían estar experimentando experiencias adversas en la niñez quizá no tengan esos modelos de rol en sus vidas. Y por tanto esto puede ayudarlos a hacerse más resilientes", apuntó Paluch, coautora de un editorial publicado junto con el estudio.
Paluch y Easterlin concurrieron en que, dados los aparentes beneficios para la salud mental, la participación en los deportes de equipo debería hacerse más asequible para los adolescentes de todos los niveles de ingresos familiares. Actualmente, las ligas de entrenamiento costosas son comunes, y ciertos centros deportivos no admiten a los que no pueden pagar las altas cuotas, apuntaron.
Easterlin dijo que los hallazgos deberían animar a los pediatras, los padres y los miembros de la comunidad a fomentar que estos jóvenes participen en deportes de equipo, junto con "otros programas que ofrecen respaldo psicológico y social".
El estudio se publicó en la edición en línea del 28 de mayo de la revista JAMA Pediatrics.
Más información
La Red Nacional para el Estrés Traumático Infantil (National Child Traumatic Stress Network) ofrece más información sobre el trauma en la niñez.
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