Las vacunas contra el cáncer de cuello uterino no combaten la infección por VPH preexistente

Un estudio respalda la recomendación de que la vacuna debe administrarse antes del inicio de la actividad sexual

MARTES 14 de agosto (HealthDay News/Dr. Tango) -- Un estudio reciente sugiere que las vacunas contra el cáncer de cuello uterino que previenen la infección por el virus del papiloma humano (VPH) no reducen ni eliminan las infecciones preexistentes.

Lo que significa que las vacunas como Gardasil o una similar, aún pendiente de aprobación por la FDA llamada Cervarix, no deberían ser vistas como un tratamiento para las mujeres que tienen la mayor probabilidad de haber contraído este virus de transmisión sexual altamente común a través de sus compañeros sexuales.

"Desde una perspectiva de salud pública y de la población en general, la mejor estrategia es vacunar a las niñas y a las mujeres antes de que empiecen su actividad sexual", dijo el investigador del estudio Allan Hildesheim, investigador principal de la división de epidemiología y genética del cáncer del U.S. National Cancer Institute.

"Se puede proteger a los individuos antes de que se expongan al virus, ya que la vacuna no tiene ningún efecto una vez que ha tenido lugar la infección", apuntó.

Los hallazgos, que aparecen en la edición del 15 de agosto del Journal of the American Medical Association, respaldan la recomendación del mes de junio de los U.S. Centers for Disease Control and Prevention de que la vacuna debe enfocarse en las niñas de 11 y 12 años, la mayoría de las cuales aún no son activas sexualmente.

Gardasil, que se dirige a cuatro cepas cancerígenas del virus (6,11, 16 y 18) debería ser incluida en la lista de las vacunaciones escolares de rutina, señalan los expertos.

Por otra parte, "para las mujeres que han iniciado su actividad sexual, la exploración del cáncer de cuello uterino es probablemente una mejor medida de prevención que la vacunación", apuntó Hildesheim.

El estudio del equipo financiado por el NCI, que se centró en la vacuna Cervarix, fue realizado en Costa Rica y participaron cerca de 2,200 mujeres de 18 a 25 años. Cervarix aún no ha sido aprobada por la U.S. Food and Drug Administration, pero su fabricante, GlaxoSmithKline, ha declarado que cree que la vacuna será aprobada en algún momento de 2008.

De acuerdo con Hildesheim, los estudios previos ya habían sugerido de manera contundente que tanto Gardasil como Cervarix son inefectivas contra las infecciones virales preexistentes.

"Sin embargo, notamos poco después de la aprobación inicial de la vacuna Gardasil que había una confusión tremenda, tanto en la comunidad clínica como laica, respecto al uso de esta vacuna entre las mujeres que ya estaban infectadas", dijo.

Otros especialistas notaron una confusión similar entre sus colegas.

"Cada uno de nosotros hemos recibido informes anecdóticos de médicos que creen que se puede beneficiar a una mujer infectada mediante la vacunación", dijo el Dr. Howard Strickler, profesor de epidemiología y salud poblacional del Colegio de medicina Albert Einstein en la ciudad de Nueva York. "Existen conceptos erróneos en este campo", dijo.

Aunque el VPH tiene lugar a través de una amplia variedad de cepas, Cervarix se dirige a dos de las cepas que se cree causan el 70 por ciento de las malignidades de cuello uterino, las cepas 16 y 18.

En el estudio, los investigadores administraron la vacuna a casi 1,100 mujeres jóvenes, las cuales habían dado positivo para los rastros genéticos del VPH, al comienzo del estudio. Otro grupo de mujeres jóvenes infectadas recibieron una vacuna contra la hepatitis A como "control".

Al cabo de 12 meses, las tasas de "supresión" (o ausencia) del VPH 16 y/o 18 del organismo era de 48.8 por ciento en el grupo de la vacuna del VPH y de 49.8 por ciento entre los controles,

Tal como mostró la experiencia del grupo de control, el sistema inmunitario humano elimina de forma natural muchas infecciones por VPH a lo largo del tiempo. Administrar la vacuna a las mujeres no mostró ningún beneficio adicional, agregaron los investigadores.

Los investigadores tampoco observaron diferencias entre los dos grupos en términos del alcance de la enfermedad asociada al VPH, carga del anticuerpo viral o los resultados de las pruebas del cuello uterino realizadas en laboratorio.

"Nuestros resultados refuerzan la idea de que esta vacuna protege contra las infecciones cuando aparecen, pero no es efectiva para ayudar a eliminar la infección una vez que ésta se ha establecido", dijo Hildesheim.

Aún así, dada la variedad de cepas virales del VPH, ¿no ayudaría la vacuna a proteger contra los tipos virales que una mujer tal vez aún no ha contraído? En teoría, es verdad, señalaron los expertos, y es justo por esa razón que los CDC recomiendan la vacuna en mujeres hasta los 26 años.

Sin embargo, no existen actualmente pruebas que puedan determinar el historial de VPH de una mujer.

"Si una mujer es activa sexualmente, no existen formas de saber con seguridad si ha sido expuesta o no a estas cepas [cancerígenas] en particular", explicó Hildesheim. Son "muy comunes, y por lo general, la exposición tiene lugar al poco tiempo después de iniciar la actividad sexual", dijo. "Es por ello que la mejor política es administrar la vacuna antes de la iniciación sexual".

Así pues, tanto para las niñas como las mujeres, vacunadas o no, la recomendación de los expertos respecto al cáncer de cuello uterino es la misma. Hacerse un frotis de Papanicolau de manera regular.

"Hay que tener presente de que incluso [Gardasil] actúa solamente contra cuatro cepas", anotó la Dra. Stephanie Blank, oncóloga ginecóloga y profesora asistente de oncología ginecológica de la Facultad de medicina de la Universidad de Nueva York. "Hay mucho más cepas que esas. Así que las recomendaciones del frotis de Papanicolau no han cambiado".

Más información

Para más información sobre el cáncer de cuello uterino, visite la American Cancer Society.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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