MIÉRCOLES, 24 de junio de 2020 (HealthDay News) -- Fumar, consumir demasiado alcohol y el divorcio están entre los factores sociales y conductuales que se vinculan con la mayor firmeza con una muerte precoz, señala un estudio reciente.
Los investigadores analizaron datos de más de 13,600 adultos de EE. UU. entre 1992 y 2008, y examinaron 57 factores sociales y conductuales entre los que murieron de 2008 a 2014.
Los 10 factores vinculados de manera más estrecha con la muerte fueron: ser un fumador actual; los antecedentes de divorcio; los antecedentes de abuso del alcohol; las dificultades financieras recientes; los antecedentes de desempleo; haber fumado en el pasado; una satisfacción vital más baja; nunca haber estado casado; los antecedentes de cupones de alimentos, y la afectividad negativa.
"Muestra que se necesita un método que tome en cuenta a toda la vida para de verdad comprender la salud y la mortalidad", aseguró el autor principal, Eli Puterman, profesor asistente de kinesiología de la Universidad de Columbia Británica (UBC), en Vancouver. Puterman es coautor del estudio junto con investigadores de la Universidad de John Hopkins, la Universidad de Pensilvania, la Universidad de California en San Francisco, y la Universidad de Stanford.
Por ejemplo, Puterman apuntó que él y sus colaboradores observaron los antecedentes de 16 años de desempleo, no solo si las personas estaban desempleadas en este momento.
"Es más que una instantánea de la vida de las personas, donde se podría omitir algo porque no ocurrió", explicó Puterman en un comunicado de prensa de la UBC. "Nuestro método provee una observación de los impactos potenciales a largo plazo a través de un lente de la duración de la vida".
La esperanza de vida en Estados Unidos se ha estancado durante tres décadas en comparación con otros países industrializados, pero los motivos no están claros.
Se sabe que los factores biológicos y las afecciones médicas son importantes contribuyentes al riesgo de muerte, de forma que los autores decidieron enfocarse en los factores sociales, psicológicos, económicos y conductuales.
"Si vamos a invertir dinero y esfuerzo en intervenciones o cambios de política, estas áreas podrían potencialmente proveer la mayor rentabilidad", aseguró Puterman.
La identificación de un factor, como la afectividad negativa (la idea de que se tiende a ver y a sentir más cosas negativas en la vida) sugiere que quizá se necesitan unas nuevas intervenciones dirigidas, añadió.
Los hallazgos aparecen en la edición del 22 de junio de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Más información
El Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento de EE. UU. tiene más información sobre un envejecimiento sano.
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