VIERNES, 18 de junio de 2021 (HealthDay News) -- Muchos de los estadounidenses que pueden beneficiarse más de un trasplante de riñón pueden estar perdiendo una oportunidad clave, encuentra un estudio reciente.
El estudio se centró en los pacientes con insuficiencia renal de quién se esperaría que vivieran muchos años después de recibir un trasplante de riñón. En general, esto incluye a personas relativamente jóvenes sin otras afecciones de salud importantes.
En 2014, el sistema de asignación de riñones de EE. UU. realizó cambios para ayudar a garantizar que esos pacientes recibieran un riñón de donante que es más probable que funcione durante muchos años, lo que generalmente significa que proviene de un donante joven y sano.
Se introdujo un sistema de puntuación denominado puntuación de supervivencia estimada después del trasplante (EPTS, por sus siglas en inglés). Una vez que se incluyen en una lista los candidatos a trasplante, se les da una puntuación EPTS. Los que se sitúan en el 20 por ciento superior tienen prioridad cada vez que hay disponible un riñón de alta calidad.
Pero el nuevo estudio encontró que muchos pacientes que se incluirían en esa categoría no consiguen entrar en la lista de espera de trasplantes de manera oportuna.
De los más de 42,000 estadounidenses que conseguirían una puntuación dentro del 20 por ciento superior, menos de la mitad se encontraban en la lista de espera. Y entre los más de 34,000 que habían comenzado diálisis renal, solo el 37 por ciento se incluyeron en la lista de espera para un trasplante en un periodo de tres años.
"Es extremadamente desalentador", dijo Jesse Schold, líder del estudio e investigador de la Clínica Cleveland, en Ohio.
Estos son pacientes que tienen muchas probabilidades de éxito después de un trasplante, dijo. Pero para el momento en el que sean incluidos en la lista de trasplantes, muchos ya no tendrán una puntuación superior en la EPTS.
De hecho, el equipo de Schold encontró que, de los pacientes de diálisis, el 61 por ciento salían del grupo del 20 por ciento superior en un plazo de 30 meses. Y tal como se observó en toda la atención de la salud de EE. UU., existían disparidades: los pacientes negros y las personas de grupos de bajos ingresos tenían menos probabilidades de entrar en la lista de espera.
Los hallazgos se publicaron en la edición en línea del 17 de junio de la revista Journal of the American Society of Nephrology.
El trasplante de riñón se considera la mejor opción para la mayoría de las personas con enfermedad renal en etapa final o insuficiencia renal. Actualmente, más de 90,000 estadounidenses están en la lista de espera de riñones donados, según la Red Unida para la Compartición de Órganos (United Network for Organ Sharing, UNOS), la organización sin fines de lucro que gestiona el sistema de donaciones de órganos del país.
"Es mucho mejor ser remitido para un trasplante antes de que necesite diálisis, lo que se denomina lista de espera preferente", afirmó el Dr. Joseph Vassalotti, director médico de la National Kidney Foundation, una organización sin fines de lucro. "Lamentablemente, no sucede lo suficiente".
El estudio actual, señaló, observó a los pacientes que podrían ser candidatos óptimos para un trasplante, todos con puntuaciones del 20 por ciento superior en las valoraciones EPTS y con una edad promedio de 38 años.
"Deberían tener un porcentaje muy alto de ubicación en la lista de espera", dijo Vassalotti.
Sin embargo, de los 42,445 pacientes, solo unos 7,900 fueron incluidos en la lista de espera preferente. El resto, más de 34,500, comenzaron diálisis en algún momento entre 2015 y 2017, y solo el 37 por ciento pasaron a la lista de espera de trasplantes en el plazo de tres años.
Idealmente, este problema debe abordarse de forma "ascendente", dijo Schold, lo que significa que más estadounidenses con enfermedad renal necesitan acceso a una atención óptima bastante antes de que les fallen los riñones.
Vassalotti afirmó que las disparidades raciales y de ingresos en las listas de espera podrían, al menos en parte, estar relacionadas con la falta de acceso a la atención especializada en el riñón (nefrología), ya sea porque los médicos de atención primaria no derivan a los pacientes, los pacientes no pueden costearlo, o porque hay pocos especialistas en las áreas locales de los pacientes.
Pero Vassalotti dijo también que lo médicos deben realizar un mejor trabajo de comunicación sobre los beneficios y riesgos del trasplante en comparación con la diálisis. Y estas conversaciones, dijo, deberían llevarse a cabo pronto para que los pacientes puedan empoderarse para planificar lo que desean cuando su enfermedad avance.
Darren Stewart, científico investigador principal de la UNOS, afirmó que el sistema de puntuación EPTS ha ayudado a mejorar la "compatibilidad de longevidad" de los candidatos a trasplantes con los riñones de los donantes. (Los riñones de los donantes también se someten a un sistema de puntuación).
"Pero este estudio destaca, en primer lugar, las disparidades en el acceso a las listas de espera", dijo Stewart.
Señaló que la UNOS no tiene la capacidad de crear políticas sobre lo que sucede antes de que los pacientes sean incluidos en las listas de espera. Pero estuvo de acuerdo en que son necesarios tanto un mejor acceso a la atención nefrológica, como una mejor educación de los pacientes sobre los trasplantes.
Schold afirmó también que la educación es fundamental, pero que el proceso de inclusión en la lista de espera también podría ser menos complicado.
Señaló la idea de un sistema automatizado que remita a los pacientes con enfermedad renal en una etapa avanzada a un trasplante, o al menos a un subgrupo de pacientes, por ejemplo los que tengan una puntuación del 20 por ciento superior en el EPTS.
"Tenemos que facilitar estos procesos", concluyó Schold.
Más información
La National Kidney Foundation ofrece más información sobre los trasplantes de riñón.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Jesse Schold, PhD, researcher, quantitative health sciences, Cleveland Clinic, Ohio; Darren Stewart, MS, principal research scientist, United Network for Organ Sharing, Richmond, Va.; Joseph Vassalotti, MD, chief medical officer, National Kidney Foundation, New York City; Journal of the American Society of Nephrology, June 17, 2021, online