VIERNES, 4 de agosto de 2023 (HealthDay News) -- Con frecuencia, se recetan esteroides sin necesidad a mujeres embarazadas que se piensa que están en riesgo de un nacimiento prematuro, plantea una nueva revisión de las evidencias.
Como resultado, millones de bebés se exponen innecesariamente a los problemas de salud a largo plazo asociados con el uso de esteroides en la gestación, por ejemplo un aumento en el riesgo de infecciones y un retraso en el desarrollo del cerebro, advierten los investigadores.
Los esteroides no pueden prevenir el nacimiento prematuro, pero pueden acelerar la maduración de los órganos en desarrollo y ofrecer a los bebés prematuros más probabilidades de sobrevivir, señaló la investigadora principal, la Dra. Sarah McDonald, profesora de obstetricia de la Universidad de McMaster en Ontario, Canadá.
Sin embargo, dos de cada cinco bebés que reciben esteroides en el útero al final nacen a término completo de cualquier forma, según unos datos reunidos de 1.6 millones de bebés de 17 estudios anteriores.
En comparación con otros bebés nacidos a término que no recibieron esteroides, estos bebés tenían un mayor riesgo de requerir cuidados intensivos neonatales, de que los pusieran en un ventilador, y de desarrollar trastornos del desarrollo cerebral y conductuales a largo plazo, según la revisión, que se publicó en la edición del 2 de agosto de la revista BMJ.
"Me gusta decir que los esteroides son medicamentos poderosos, y un gran poder conlleva una gran responsabilidad", enfatizó McDonald. "Debemos intentar personalizar la administración de estos fármacos en los embarazos que de verdad estén en riesgo de nacimiento prematuro, para no exponer a los bebés que luego nacen a término a estos poderosos medicamentos".
En la misma revista, un nuevo estudio dirigido por el Dr. Tsung-Chieh Yao, de la División de Alergias, Asma y Reumatología del Departamento de Pediatría del Hospital Conmemorativo Chang Gung, en Taiwán, refuerza el riesgo del uso innecesario de esteroides durante el embarazo.
Este estudio, de más de 1.9 millones de niños taiwaneses, encontró que los que fueron expuestos a los esteroides en el útero tenían un riesgo más alto de infecciones graves durante los primeros seis a 12 meses de vida, entre ellas sepsis, neumonía y gastroenteritis.
Los esteroides son una importante herramienta para proteger a los bebés en riesgo de nacer muy prematuros, es decir, antes de las 34 semanas de gestación, aclaró McDonald.
Al ayudar a los órganos de los bebés prematuros a desarrollarse de manera más completa, los medicamentos reducen el riesgo de complicaciones respiratorias, problemas con la función estomacal e intestinal, y sangrados en el cerebro, explicó McDonald.
"Los esteroides no previene la prematuridad en sí, pero previenen algunas de las enfermedades que pueden ocurrir cuando un bebé nace temprano", dijo McDonald. "Los esteroides mejoran la supervivencia, y mejoran los resultados de muchas de las enfermedades significativas a las que se pueden enfrentar los bebés pequeños".
Les abren las puertas a los bebés prematuros tardíos
Pero en 2016 hubo un cambio radical en el uso de los esteroides durante el embarazo, con la publicación de un artículo en la revista New England Journal of Medicine que sugería que los medicamentos también ayudan a los bebés prematuros tardíos, que nacen entre las semanas 34 y 36 del embarazo, comentó el Dr. Panagiotis Kratimenos, neonatólogo del Hospital Pediátrico Nacional, en Washington, D.C.
Como resultado, los médicos comenzaron a recetar esteroides con una mayor frecuencia a las madres embarazadas, incluso las que estaban más cerca del parto, comentó Kratimenos, que no participó en los nuevos estudios.
"Incluso en esa época, había mucho debate en la comunidad sobre los efectos secundarios potenciales de estos esteroides", comentó Kratimenos. "Mi opinión personal es que me preocupan mucho los esteroides, porque tienen un efecto en el desarrollo del cerebro, porque interfieren con algunas vías de señalización del desarrollo cerebral".
En la revisión de las evidencias, McDonald y sus colegas reunieron los datos de siete ensayos clínicos y 10 estudios observacionales, que incluyeron en total a 1.6 millones de bebés. Los datos se enfocaron en específico en los bebés cuyas madres tomaron esteroides a las 34 semanas de gestación o antes.
Encontraron que alrededor de un 40 por ciento de los bebés cuyas madres recibieron esteroides no nacieron de forma prematura, así que se podría decir que no necesitaban los medicamentos.
Estos bebés a término expuestos a los esteroides tenían 2.5 veces más probabilidades de necesitar ventilación mecánica durante los seis primeros meses de vida, mostraron las evidencias.
McDonald comentó que este hallazgo fue "muy sorprendente, porque en los bebés muy tempranos, los esteroides ayudan en la respiración. Pero en los bebés que nacen a término, había unas mayores probabilidades de que necesitaran que los pusieran en una máquina para respirar".
Los bebés a término expuestos a los esteroides también tenían un riesgo un 49 por ciento más alto de requerir cuidados intensivos neonatales, y un riesgo un 47 por ciento más alto de trastornos del neurodesarrollo o conductuales a largo plazo.
"Las circunferencias de la cabeza de los bebés nacidos tras la exposición a los esteroides son más pequeñas, así que los esteroides potencialmente afectan al tamaño del cerebro del bebé, y esto es muy preocupante para el desarrollo a largo plazo", señaló McDonald.
El estudio taiwanés proveyó más motivos de preocupación.
Los investigadores encontraron un aumento general de un 32 por ciento en el riesgo de infecciones graves durante los seis primeros meses de vida, lo que incluyó un aumento de un 74 por ciento en el riesgo de sepsis, un aumento de un 39 por ciento en el riesgo de neumonía, y un aumento de un 35 por ciento en el riesgo de gastroenteritis.
El aumento en el riesgo de infección continuó durante el primer año del bebé, añadieron los investigadores.
El impacto en las células inmunitarias
Se sabe que los esteroides afectan a la respuesta inmunitaria, apuntó Kratimenos. Se administran a los pacientes de trasplantes de órganos con el fin específico de reducir su riesgo de rechazo, al reducir la respuesta inmunitaria del receptor.
"Los bebés que reciben esteroides tienen una menor capacidad de luchar contra las infecciones, porque los esteroides inhiben a las células inmunitarias", dijo Kratimenos. "Puede cambiar el perfil de las células inmunitarias, y podrían desarrollarse de una forma distinta, de una forma más lenta o distinta. Quizá no puedan producir algunas células inmunitarias, debido a los esteroides. Y cambia la capacidad de otros tejidos de pedir a las células inmunitarias que vengan a luchar contra una infección".
Estos datos dejan a los médicos y a las madres embarazadas frente a un verdadero problema, advirtió McDonald.
"Los médicos desean ayudar a los bebés pequeños, y en nuestro entusiasmo usamos estos esteroides porque son una de las pocas intervenciones con que contamos para los bebés pequeños que nacen demasiado pronto", observó McDonald.
"Pero el problema es que es de verdad difícil predecir quién va a dar a luz temprano. No tenemos ningún buen modelo predictivo", continuó McDonald. "Y esto significa que se es precavido y se administran esteroides, lo que tiene el potencial de exponer a los bebés en exceso, o se corre el riesgo de no administrar un fármaco que pensamos que de verdad es útil para los bebés pequeños".
Las mujeres embarazadas cuyos médicos recomienden un esteroide deben plantear cualquier preocupación que pudieran tener, tomando en cuenta en qué momento del embarazo se encuentran, planteó Kratimenos.
"Como médicos, siempre deberíamos tener esta conversación individual con nuestras pacientes, y de verdad personalizar su tratamiento según sus necesidades y prioridades", aconsejó Kratimenos. "Si está más cerca del término, es algo que de verdad puede hablar con el obstetra, y tomar una decisión según la edad gestacional".
Los padres preocupados también deben pensar en inscribirse en estudios en curso que examinan el uso de unas dosis más bajas de esteroides durante el embarazo, dijo McDonald, que dirige uno de estos estudios.
"Hemos usado la misma dosis de esteroides durante 50 años, y casi nada que hacemos en la medicina ha permanecido igual, por suerte, durante 50 años", apuntó McDonald. "En general, intentamos avanzar y ser más precisos y utilizar los mejores fármacos posibles. Pero por algún motivo, con los esteroides, nos hemos quedado más bien en el oscurantismo, y hemos hecho lo mismo durante 50 años sin estudiar la dosis".
"De verdad animaría a los padres a pensar sobre entrar en uno de estos estudios, para que comencemos, por primera vez en 50 años, a observar cuáles son las dosis correctas de esteroides", siguió McDonald. "¿Podemos encontrar un beneficio con una dosis más baja y potencialmente reducir los problemas a largo plazo?".
Más información
March of Dimes ofrece más información sobre el riesgo de nacimiento prematuro.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Sarah McDonald, MD, professor, obstetrics, McMaster University, Ontario, Canada; Panagiotis Kratimenos, MD, PhD, neonatologist, Children’s National Hospital, Washington, D.C; BMJ, Aug. 2, 2023