MARTES 14 de noviembre (HealthDay News/HispaniCare) -- Investigadores franceses afirman haber descubierto un analgésico natural en la saliva humana que es varias veces más potente que la morfina usada en estudios con animales.
Los investigadores han llamado al inhibidor del dolor opiorfina, porque actúa sobre las mismas vías que la morfina y otros analgésicos opiáceos. El hallazgo podría conducir a mejores analgésicos, porque la opiorfina es una molécula que ocurre de forma natural y que se metaboliza rápidamente, según informan investigadores del Instituto Pasteur de París.
Todavía no es mucho lo que se sabe acerca de la opiorfina, apuntó la Dra. Catherine Rougeot, autora del estudio y directora del Laboratorio de la farmacología de la regulación neuroendocrina del Instituto.
"La encontramos en la saliva, ese fue el primer paso", señaló. "Ahora, exploramos su presencia en otros tejidos biológicos humanos. Podría encontrarse en la sangre, en el cerebro. En este momento no tengo respuesta".
Ni siquiera se sabe en qué parte del cuerpo se produce la sustancia, añadió Rougeot. "Necesitamos más información para contestar esa pregunta. Ahora, necesitamos caracterizar su función en niveles fisiológicos y aprender qué tejidos la producen", agregó.
El estudio aparece en la edición de esta semana de Proceedings of the National Academy of Sciences.
El descubrimiento se realizó después de que los investigadores identificaran una potente molécula que inhibía el dolor en ratas. La búsqueda de una molécula similar en los humanos descubrió la opiorfina. En estudios con ratas, las inyecciones de 1 miligramo de opiorfina por kilogramo de peso corporal equivalían al poder analgésico de 3 a 6 miligramos de morfina por kilogramo. La opiorfina fue igual de efectiva contra la inflamación químicamente inducida y el dolor físico agudo.
Además de estudiar la opiorfina, Rougeot y sus colegas planean producir y estudiar variaciones de la molécula original. "Imitar tales compuestos es importante", apuntó.
Rougeot afirmó que un analgésico que provenga de la investigación podría tener importantes implicaciones para el uso humano. "La opiorfina es natural, así que se metaboliza rápidamente", explicó, así que sus efectos sobre el cuerpo serían más limitados que los de los analgésicos existentes.
Rougeot ya se ha puesto en contacto con una compañía farmacéutica para que patrocine más investigación sobre la opiorfina. "Necesito mucho dinero para completar este programa", explicó.
La identificación de la opiorfina es "un hallazgo potencialmente muy significativo", aseguró el Dr. Max Kelz, profesor asistente de anestesiología y atención crítica de la Universidad de Pensilvania. "Este nuevo compuesto podría servir como una terapia potencialmente útil para combatir el dolor en diversas afecciones".
Kelz estuvo de acuerdo en que el descubrimiento es tan sólo el principio. "Hay que hacer más para dilucidar cómo afecta esto otros analgésicos endógenos", apuntó. "Pero los resultados son ciertamente promisorios".
El Dr. Ed Ross, director del centro de gestión del dolor en el Hospital Brigham and Women's de Boston, señaló que la opiorfina podría ser una importante adición al único otro analgésico natural que se encuentra en el cuerpo humano, las endorfinas.
"Se ha sabido sobre las endorfinas por bastante tiempo, pero son débiles y tienen una vida media corta, así que los problemas para su uso clínico son muy significativos", apuntó Ross. "Ahora, este es un compuesto que tiene mucha más potencia que las endorfinas. También sugiere un potencial para otros compuestos sintéticos que funcionen sobre distintos receptores que los que conocíamos y, para un algiólogo, eso es muy significativo".
Otro artículo en la misma edición de la revista describía el descubrimiento de toxinas de dos especies de caracoles que parecen promisorios para el alivio del dolor nervioso severo, como en la ciática. Las toxinas se unen a receptores de las células nerviosas para bloquear el dolor nervioso, según el informe de investigadores de la Universidad de Utah.
Una de las toxinas, designada Vc1.1, está siendo desarrollada por un laboratorio australiana y ya está en ensayos con pacientes humanos. Se administra por inyección.
Tal vez sea posible desarrollar una versión que podría ser administrada por vía oral, pero eso podría requerir 10 años, según una declaración de J. Michael McIntosh, profesor de investigación de biología y miembro del equipo que informó sobre el descubrimiento.
"Realmente no hay tratamientos altamente efectivos disponibles para este tipo de dolor severo, así que tener una nueva manera de tratarlo es emocionante", afirmó.
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Para lo último sobre el dolor y su tratamiento, visite la U.S. National Library of Medicine.