MARTES, 20 de octubre de 2020 (HealthDay News) -- Cuando el aire que las personas respiran está más contaminado, sus probabilidades de unos trastornos neurológicos graves, como la enfermedad de Parkinson, el Alzheimer y otras demencias, aumentan, muestra una investigación reciente.
El estudio a largo plazo de más de 63 millones de estadounidenses mayores no puede probar un vínculo causal, pero sí muestra una firme asociación entre la contaminación atmosférica y los trastornos cerebrales. Los investigadores apuntaron que el vínculo se observó incluso a unos niveles de contaminación con partículas finas (PM2.5) que son considerados seguros por la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU.
"Nuestro estudio amplía las evidencias limitadas pero emergentes que indican que las exposiciones a largo plazo a la PM2.5 se vinculan con un aumento en el riesgo de deterioro de la salud neurológica, incluso a concentraciones de PM2.5 que están bastante por debajo de los estándares nacionales actuales", comentó en un comunicado de prensa de la Universidad de Harvard Xiao Wu, estudiante doctoral de bioestadísticas de la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de la universidad.
El Dr. Alessandro Di Rocco es director del Programa de Trastornos del Movimiento de Northwell Health, en Great Neck, Nueva York. Di Rocco no participó en el nuevo estudio, pero dijo que los hallazgos no son sorprendentes.
"En los últimos años ha habido evidencias crecientes de que la exposición ambiental a las sustancias químicas, incluyendo a los pesticidas y a la contaminación atmosférica, podría provocar o facilitar los cambios biológicos que conducen a la neurodegeneración", aseguró Di Rocco.
En el nuevo estudio, el equipo de Wu observó datos sobre las admisiones a los hospitales de 2000 a 2016 de más de 63 millones de pacientes con Medicare. Los investigadores los vincularon con las concentraciones estimadas de PM2.5 según el código postal donde cada paciente vivía.
Encontraron que por cada aumento de 5 microgramos por metro cúbico en las concentraciones anuales de PM2.5, hubo un aumento del 13 por ciento en el riesgo de admisiones al hospital por enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer y otras demencias.
Las mujeres, las personas blancas y los habitantes urbanos tuvieron una susceptibilidad particular, anotaron los investigadores.
El riesgo más alto de enfermedad de Parkinson fue entre los adultos mayores que vivían en el Noreste, mientras que los del Oeste Medio mostraron el riesgo más fuerte de Alzheimer y otras demencias.
Según la coinvestigadora Antonella Zanobetti, la conclusión es que "nuestro estudio de todo EE. UU. muestra que los estándares actuales no están protegiendo a la población estadounidense que envejece, lo que resalta la necesidad de unos estándares más estrictos y de unas políticas que ayuden a reducir las concentraciones de PM2.5 y a mejorar la calidad del aire en general". Zanobetti es científica investigadora principal del departamento de salud ambiental de la Facultad Chan de la Harvard.
Por su parte, Di Rocco dijo que el nuevo estudio es "único en cuanto a su alcance y tamaño, y demuestra una fuerte correlación nacional entre el grado de contaminación del aire y el riesgo de los trastornos neurológicos del envejecimiento".
Cree que la edad, por sí misma, no puede explicar el aumento en las enfermedades neurodegenerativas entre los estadounidenses. Esto significa que "identificar a la contaminación del aire como un importante factor de riesgo ambiental puede conducir a una intervención de salud pública que podría reducir con el tiempo la incidencia de estos trastornos neurológicos", añadió Di Rocco.
El informe se publicó en la edición en línea del 19 de octubre de la revista The Lancet Planetary Health.
Más información
Para más información sobre la contaminación atmosférica y la salud, visite el Fondo de Defensa Ambiental.
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