MIÉRCOLES, 26 de julio de 2017 (HealthDay News) -- Un número mayor de estadounidenses están renunciando a los cigarrillos, y un nuevo estudio sugiere que los cigarrillos electrónicos podrían ser el motivo.
Tras estancarse durante 15 años, la tasa de abandono del tabaquismo en EE. UU. aumentó a casi un 6 por ciento en 2014-2015, frente a menos de un 5 por ciento en años anteriores, según datos de una encuesta nacional.
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego creen que los cigarrillos electrónicos han ayudado a fomentar el aumento.
"Entre 2014 y 2015, un número mayor de usuarios de cigarrillos electrónicos intentaron dejar de fumar cigarrillos y tuvieron éxito en su empeño que los que no usaban cigarrillos electrónicos", comentó el investigador líder, Shu-Hong Zhu, director del Centro de Investigación e Intervención en el Control del Tabaco de la universidad.
Al revisar las respuestas de casi 25,000 fumadores actuales y ex fumadores en 2014-2015, Zhu y sus colaboradores encontraron que los que "vapeaban" eran más propensos que los no usuarios a intentar dejar de fumar (un 65 frente a un 40 por ciento). Y eran más propensos a tener éxito durante al menos tres meses (un 8 frente a un 5 por ciento), dijo.
Un aumento del 1 por ciento en la tasa de cesación del tabaquismo representa unos 350,000 fumadores adicionales, apuntó Zhu.
En las notas de respaldo, los investigadores dijeron que el uso de cigarrillos electrónicos en Estados Unidos se hizo notable más o menos en 2010, y aumentó de forma dramática en 2014, lo que coincidiría con las crecientes tasas de abandono de los cigarrillos tradicionales.
Pero los científicos siguen divididos respecto a si los cigarrillos electrónicos son una "vía de entrada" a fumar o una herramienta menos nociva que ayuda a los fumadores a abandonar el hábito. Este nuevo estudio parece respaldar la segunda teoría.
"Las personas deben plantearse el hecho de considerar los cigarrillos electrónicos como una forma de ayudarlas a dejar de fumar, sobre todo si han usado todo lo demás antes", dijo Zhu. "Lo importante es que la gente siga intentándolo".
Zhu añadió que una campaña nacional de control del tabaco que se comenzó a emitir en 2012 probablemente también ayudara a fomentar las tasas de abandono del tabaco.
Un especialista enfatizó que este trabajo no puede probar que los cigarrillos electrónicos ayuden a las personas a dejar de fumar.
"Todo lo que podemos decir es que en un momento en que el uso de los cigarrillos electrónicos está aumentando, la cesación exitosa del tabaquismo aumentó, y la prevalencia de adultos que fumaban se redujo", comentó el Dr. Steven Schroeder.
"Es evidencia circunstancial, pero es bastante convincente", dijo Schroeder, director del Centro de Liderazgo en la Cesación del Tabaquismo de la Universidad de California, en San Francisco.
Schroeder y Zhu reconocen que es probable que los cigarrillos electrónicos no sean del todo seguros, pero es probable que sean menos nocivos que los cigarrillos regulares.
"Si los 40 millones de fumadores de EE. UU. cambiaran a los cigarrillos electrónicos, el país estaría mucho más sano", afirmó Schroeder.
La mejor forma de dejar de fumar es usar los métodos que ahora se recomiendan, dijo Schroeder. "Pero si no funcionan, pruebe con un cigarrillo electrónico".
En el estudio, Zhu y sus colaboradores recolectaron datos sobre más de 160,000 personas que participaron en cinco encuestas entre 2001 y 2015. Más de 22,500 eran fumadores actuales y más de 2,100 lo habían dejado hacía poco.
Entre ellos, casi la mitad de los que lo habían dejado hacía poco habían probado los cigarrillos electrónicos, encontraron los investigadores.
Kenneth Warner, profesor de salud pública en la Universidad de Michigan, se alegró por los hallazgos.
Los autores del estudio usaron una gran base de datos para abordar el tema de si los cigarrillos electrónicos pueden ayudar a los adultos a abandonar el hábito de fumar cigarrillos, y determinaron que "los cigarrillos electrónicos están ayudando a los fumadores a dejar el hábito", dijo Warner.
En Estados Unidos, las organizaciones de salud pública se han enfocado de forma casi exclusiva en las potenciales consecuencias adversas de los cigarrillos electrónicos para los jóvenes, para el detrimento de la salud de los adultos que podrían beneficiarse de una perspectiva más positiva sobre los cigarrillos electrónicos, lamentó.
"Este estudio sugiere que deberíamos ser más receptivos al tipo de método que han adoptado las autoridades de la salud en Inglaterra, al animar a los fumadores que no pueden dejar el hábito de otra forma a probar con los cigarrillos electrónicos", planteó Warner.
"Con una regulación adecuada, podríamos aumentar el potencial de los cigarrillos electrónicos para reducir el terrible sufrimiento que fumar cigarrillos causa en nuestra sociedad", añadió.
En 2016, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. finalizó unas normas para regular los cigarrillos electrónicos. Pero la administración de Trump ha retrasado el cumplimiento de esas normas.
Una limitación del estudio es que los detalles sobre la forma en que los participantes en realidad dejaron de fumar no estaban disponibles. Además, no se sabe qué tipos de cigarrillos electrónicos utilizaron, dijeron los investigadores.
El informe aparece en la edición del 26 de julio de la revista BMJ.
Más información
Para más información sobre los cigarrillos electrónicos, visite la Asociación Americana del Pulmón (American Lung Association).
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