MIÉRCOLES, 24 de noviembre de 2021 (HealthDay News) -- El número de personas que fueron hospitalizadas por trastornos de la alimentación, como la anorexia y la bulimia, se duplicó en mayo de 2020, alrededor de dos meses después de que la pandemia de COVID-19 se declarara una emergencia nacional de forma oficial.
El nuevo estudio no observó el motivo de que hubiera un aumento tan grande en los trastornos de la alimentación durante ese periodo, pero tiene sentido por muchos motivos, señaló la autora del estudio, Kelly Allison, directora del Centro de Trastornos del Peso y de la Alimentación, y profesora de psiquiatría de Penn Medicine, en Filadelfia.
"Las personas estaban en casa con sus familias todo el día, así que es posible que las conductas del trastorno de la alimentación y la pérdida de peso extrema se reconocieran con una mayor facilidad en este periodo", apuntó Allison.
Además, las personas que eran propensas a la ansiedad respecto a hacer la compra de la comida y que tenían trastornos que implicaban la restricción de la comida podrían haber evitado el supermercado del todo y restringido su consumo de comida de manera más significativa como resultado, explicó.
"Es probable que las personas propensas a los atracones de comida, por ejemplo las que tienen bulimia nerviosa y trastorno por atracón, tuvieran dificultades para estar todo el día en casa, en proximidad con grandes cantidades de comida, sobre todo durante un periodo estresante", anotó Allison.
Si se toma en cuenta la falta de rutina, el aislamiento y la ansiedad provocada por la pandemia, además de una creciente dependencia de las redes sociales, es una tormenta perfecta, afirmó.
"Las personas seguían conectadas a las redes sociales, y había muchas conversaciones sobre el aumento de peso durante la pandemia, algo que es probable que también haya influido en una restricción malsana de la comida, o en el ciclo de atracón y purga de los bulímicos", dijo Allison.
En el estudio, los investigadores revisaron los datos de las reclamaciones de seguro de más de 3.2 millones de personas, con una edad promedio de 38 años, para averiguar si los trastornos de la alimentación u otras afecciones de la salud conductual aumentaron entre el 1 de enero de 2018 y el 31 de diciembre de 2020. La COVID-19 se declaró como emergencia pública en febrero de 2020.
En ese periodo, las estadías como pacientes internos por los trastornos de la alimentación aumentaron, al igual que el número de días que las personas pasaban en el hospital para el tratamiento durante 2020, encontró el estudio.
El número de personas que buscaban atención ambulatoria por los trastornos de la alimentación también aumentó durante este periodo, cuando se compara con las que buscaban ayuda por depresión, ansiedad, uso de alcohol o uso de opioides.
Solo el tiempo dirá si estos números se reducirán cuando las cosas vuelvan a algún tipo de normalidad, aseguró Allison.
"Sospecho que a medida que la vida se normalice, y las personas reanuden unos horarios más normales, tendrán más estructura y la alimentación menos trastornada mejorará", planteó. "Pero, una vez se establecen, los trastornos de la alimentación entre moderados y graves pueden hacerse autónomos y continuar incluso después de que el factor estresante inicial que pudiera haberlos desencadenado mejora o se resuelve".
Los hallazgos, que se publicaron en una edición reciente de la revista JAMA Network Open, concuerdan con evidencias anecdóticas que sugieren un aumento en los trastornos de la alimentación en las salas de chat de los profesionales y de organizaciones como la Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación (National Eating Disorders Association), aseguró Allison.
Dana Green, una dietista de Boston que se especializa en trastornos de la alimentación, aseguró que ella y sus compañeros están intentando seguirle el ritmo a la demanda de atención.
"Los trastornos de la alimentación han aumentado muchísimo", comentó Greene, que no está conectada con la nueva investigación. "Los recursos están bastante exhaustos, así que encontrar ayuda es casi imposible".
Cita el aislamiento, la ansiedad y la depresión provocada por la pandemia y las restricciones que impuso como factores que contribuyen al aumento en las tasas de trastornos de la alimentación.
Algunos grupos de edad han sido más afectados que otros por los trastornos de la alimentación durante la pandemia.
"Estamos viendo un gran aumento entre los adolescentes que llegan con un trastorno de la alimentación, y el aumento es tanto en el volumen como en la gravedad", advirtió la Dra. Katherine Ort, codirectora del Programa Integrado de Salud Conductual KiDS de la NYU, y jefa de servicios de psiquiatría infantil y adolescente del Hospital Pediátrico Hassenfeld de Langone Health de la NYU, en la ciudad de Nueva York.
"Es probable que la pérdida de control que todos sentimos como resultado de la pandemia esté provocando parte de este aumento", dijo Ort, que no participó en la nueva investigación. Restringir la comida podría hacer que las personas sientan que tienen cierto grado de control.
Reconocer las señales de un trastorno de la alimentación y obtener ayuda antes de que las cosas se salgan de control es esencial, añadió. "Mientras más tiempo tiene alguien dificultades, más difícil es tratar el trastorno de la alimentación", anotó Ort.
Más información
La Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación ofrece consejos sobre cómo encontrar ayuda para los trastornos de la alimentación.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Kelly Allison, PhD, director, Center for Weight and Eating Disorders, and professor, Department of Psychiatry, Penn Medicine, Philadelphia; Katherine Ort, MD, co-director, KiDS of NYU Integrated Behavioral Health Program, and chief of service, child and adolescent psychiatry, Hassenfeld Children's Hospital, NYU Langone Health, New York City; Dana Greene, MS, LDN, RD, registered dietitian, Boston; JAMA Network Open, Nov. 16, 2021