JUEVES, 5 de agosto de 2021 (HealthDay News) -- Los científicos sospechan que una vacuna contra la tuberculosis disponible hace un siglo podría proteger a los adultos mayores de las peores consecuencias de la COVID-19.
La vacuna de Bacillus Calmette-Guérin (BCG) se usó por primera vez en 1921, y está en la lista de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud. Cada año, más de 130 millones de bebés reciben esta vacuna alrededor del mundo.
Pero se sabe que también calma el sistema inmunitario, y una nueva investigación muestra que la vacuna podría mitigar la grave respuesta inflamatoria que hace tanto daño al cuerpo durante la infección con la COVID.
"Típicamente, las personas mayores son más susceptibles a la COVID grave debido a su capacidad de producir unas exuberantes respuestas inflamatorias", señaló el investigador sénior, el Dr. Subash Babu, director científico del Instituto Nacional de Investigación sobre la Tuberculosis de Chennai, India. "Por tanto, la BCG podría ser útil para reducir esta propensión".
La vacuna BCG ya se usa para modular la reacción inmunitaria de las personas en otras enfermedades, de la forma más notable en el cáncer de vejiga, comentó el Dr. Waleed Javaid, director de prevención y control de las infecciones de Mount Sinai Downtown, en la ciudad de Nueva York.
Los expertos en salud de algunos países con unas tasas altas de COVID y poco acceso a las vacunas contra la COVID han pensado en usar la BCG como una medida de contención para proteger a los adultos mayores, apuntaron los investigadores en las notas de respaldo.
Pero, señalaron, ha habido preocupaciones de que la vacuna BCG pudiera en realidad aumentar la inflamación de las personas mayores y empeorar su infección de COVID.
En este estudio, los investigadores administraron la vacuna BCG a 82 personas sanas de 60 a 80 años.
Un mes tras la vacunación, encontraron reducciones en los bioquímicos vinculados con la inflamación. Los investigadores también observaron una reducción en las enzimas que aparecen durante la inflamación pulmonar, lo que sugería que la BCG quizá pueda limitar el daño pulmonar durante una infección con la COVID.
"La BCG puede ser útil potencialmente como una ayuda para las vacunas específicas contra el SARS-CoV-2, y se debe evaluar su capacidad de funcionar como una vacuna terapéutica" que se podría administrar como un tratamiento durante la infección, planteó Babu.
"La BCG es segura y se tolera bien, y está ampliamente disponible. Es la vacuna de uso más común del mundo", aseguró.
Pero las cosas no son tan claras como parece, dijo Javid, de Mount Sinai, y advirtió que nadie debería confundir la vacuna BCG con una forma alternativa de protección contra la COVID.
Este nuevo estudio no incluyó ni un solo paciente con COVID, así que no evaluó de forma directa la efectividad de la vacuna BCG en lo absoluto contra el nuevo coronavirus, advirtió Javaid, que no participó en la investigación.
"Esto no puede ser una alternativa, de ninguna forma, a la vacuna contra la COVID. No se puede usar como una medida de contención", señaló.
"Lo que vemos aquí es que suprime parte de los indicadores inmunitarios que de otra forma están activos durante la infección con la COVID, y sabemos que durante la infección con la COVID parte del daño que sucede en nuestro cuerpo se debe a nuestra reacción inmunitaria", continuó Javaid. "Hay que realizar muchos estudios para probar o refutar estos efectos".
El concepto es bueno, en teoría, concluyó, "pero se debe probar de una forma más concreta".
Los hallazgos aparecen en la edición del 4 de agosto de la revista Science Advances.
Más información
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre la vacuna BCG.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Subash Babu, MBBS, PhD, scientific director, National Institute for Research in Tuberculosis, Chennai, India; Waleed Javaid, MD, director, infection prevention and control, Mount Sinai Downtown, New York City; Science Advances, Aug. 4, 2021