Las verduras crujientes pueden mantener a raya el cáncer de pulmón

Estudios hallan que altas dosis de verduras de la familia del repollo ralentizan los tumores malignos
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JUEVES 14 de septiembre (HealthDay News/HispaniCare) -- Según dos estudios recientes, un grupo de compuestos presentes en una gran variedad de verduras comunes podría ayudar a ralentizar el desarrollo del cáncer de pulmón.

Los compuestos, conocidos como isotiocianatos, son sustancias químicas que contienen azufre y le dan buena parte del sabor a las verduras crucíferas, que forman parte de la familia del repollo.

Los alimentos ricos en isotiocianatos incluyen el brócoli, la coliflor, la col rizada, los nabos, las berzas, las coles de Bruselas, el repollo, el nabo sueco, el repollo chino, el bok choy, el rábano picante, los rábanos y el berro.

"La característica importante de estos estudios es que al tratar lesiones no cancerosas con este compuesto, la transición entre las lesiones benignas y las malignas se hace realmente más lenta", aseguró Fung-Lung Chung, coautor del estudio y profesor de oncología del Centro contra el cáncer Lombardi del Centro médico de la Universidad de Georgetown.

La investigación actual fue realizada con ratones y en tubos de ensayo, no en sujetos humanos. Sin embargo, estudios recientes han indicado que el consumo de isotiocianatos podría ayudar a prevenir el cáncer en los seres humanos al acelerar la remoción de cancerígenos del organismo.

También se ha demostrado que el compuesto tiene el potencial para impedir que los carcinógenos activos que permanecen instiguen el crecimiento de los tumores, a la vez que evita que los carcinógenos inactivos entren en actividad desde un principio.

Los investigadores señalan que el cáncer de pulmón es una de las causas principales de muerte tanto en hombres como en mujeres estadounidenses. La detección retrasada y la ineficacia general de la quimioterapia contribuyen a la tasa de supervivencia relativamente baja de la enfermedad.

En el estudio con animales, Chung y su equipo expusieron a un grupo de ratones a un régimen de ocho semanas de cancerígenos que se encuentran generalmente en el humo del cigarrillo y que se piensa que son parte integral del desarrollo del cáncer entre los fumadores.

Veinte semanas luego de la exposición, se disecaron algunos de los ratones para determinar la magnitud del desarrollo tumoral en los pulmones. A los ratones restantes se les alimentó con dietas que contenían dosis altas o bajas de fenetil isotiocianato y sulforafano, dos compuestos que contienen isotiocianatos que ocurren naturalmente.

A algunos de los ratones se les disecó ocho semanas después del inicio del tratamiento con isotiocianato, mientras que al resto se le práctico una autopsia a las 16 ó a las 22 semanas.

En su informe de la edición del 15 de septiembre de Cancer Research, los investigadores observaron que los ratones expuestos a los carcinógenos que consumieron una dieta rica en fenetil isotiocianato finalmente desarrollaban menos tumores malignos que los ratones que no se alimentaron con esa dieta.

Entre el 13 y el 19 por ciento de los ratones con dosis altas desarrollaron tumores de pulmón cancerosos, en comparación con el 42 por ciento de los ratones a los que no se les alimentó con el compuesto. La dieta de dosis baja en fenetil isotiocianato, sin embargo, no provocó una reducción igualmente significativa en el desarrollo de tumores malignos.

Los ratones alimentados con las dietas de sulforafano también experimentaron un bajo crecimiento de tumores malignos, pues entre el 11 y el 16 por ciento de ellos desarrolló tumores de pulmón canceroso.

Los investigadores anotaron que ese crecimiento inferior de tumores malignos se relacionó tanto con una reducción observada en la proliferación del cáncer y un aumento en la "apoptosis " de las células de cáncer, es decir, su suicidio, entre los ratones alimentados con la dieta durante el tiempo del tratamiento.

Chung y sus colegas enfatizaron que la etapa durante la cual los tumores de pulmón se convierten en tumores de pulmón malignos es quizá la coyuntura más crítica en la progresión del cáncer de pulmón. Además, anotaron que esta etapa de conversión se mostraba "notoriamente inhibida" en cerca de los ratones tratados con cualquiera de los compuestos de isotiocianato.

En un segundo estudio de laboratorio publicado en la misma publicación, los investigadores examinaron los efectos de los isotiocianatos sobre las células de cáncer de pulmón en tubos de ensayo.

En el laboratorio, se expusieron líneas celulares humanas de células pulmones normales y cancerosas a compuestos de fenetil isotiocianato similares a los usados en el estudio con ratones.

Antes de la exposición, algunas de las células de cáncer de pulmón se habían insertado con un gen que se sabe promueve el crecimiento celular rápido para que estimulara el patrón de crecimiento de velocidad normal del cáncer de pulmón en el organismo.

Los investigadores hallaron que aquellas células de cáncer "diseñadas" para un crecimiento más rápido también fueron las más afectadas por la exposición a los compuestos de isotiocianato, pues murieron por apoptosis a un ritmo significativamente más rápido que las células que no habían sido modificadas.

Debido a que los compuestos parecían dirigirse con mayor efectividad a las células de cáncer más activas, Chung y su equipo sugirieron que este hallazgo ofrecía otra intervención más, posiblemente beneficiosa, para el tratamiento del cáncer de pulmón.

A la luz de ambos estudios, los autores concluyeron que los ensayos futuros con seres humanos podrían llevar al desarrollo de un régimen de isotiocianatos, quizá administrados como una "píldora de verduras" para tratar a fumadores y ex fumadores por igual a quienes se les haya diagnosticado lesiones pulmonares.

"Entonces, se trata de un rango de actividad muy amplio para estos compuestos, que potencialmente se pueden utilizar para prevenir el cáncer de pulmón en los fumadores antes de que se presenten las lesiones en el pulmón", agregó Chung.

"Aún así, necesitamos ensayos clínicos para asegurarnos de que este beneficio se pueda trasladar a los seres humanos", enfatizó.

Bridget Bennett, nutricionista registrado y nutricionista de oncología de los Centros continuos para el cáncer del Centro médico Beth Israel de la ciudad de Nueva York, se mostró profundamente de acuerdo con la necesidad de mayor investigación.

"No tenemos dudas de que los fitonutrientes como los isotiocianatos, cuando se aíslan y se incluyen en compuestos, pueden matar realmente las células del cáncer", aseguró Bennett. "Pero cuando los aislamos fuera del tubo de ensayo, no sabemos qué se puede estar perdiendo. Entonces, no estamos seguros de si esto funciona realmente. ¿Obtendríamos lo mismo que si consumiéramos la planta entera?"

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