MIÉRCOLES, 3 de abril (HealthDay News) -- Una nueva clase de medicamentos para el sueño aparentemente ayudan a dormir sin causar aturdimiento al día siguiente, afirmar los investigadores.
Estos nuevos medicamentos, conocidos como antagonistas duales de los receptores de orexina (DORA, por su sigla en inglés), se centran en una zona más específica del cerebro que los fármacos para dormir populares, como el Ambien y Lunesta, de modo que favorecen el sueño sin afectar al aprendizaje y la memoria (lo que se conoce como "cognición"), según la nueva investigación.
"Hemos mostrado que estos componentes mejoran el sueño con unas dosis que no afectan a la cognición", afirmó Jason Uslaner, autor principal de un estudio publicado en la edición del 3 de abril de la revista Science Translational Medicine. Uslaner es director de In Vivo Pharmacology de Merck & Co., que financió el estudio.
Merck ya dispone de un medicamento de este tipo, el suvorexant, que está siendo revisado por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU.
Más de 30 millones de estadounidenses tienen dificultades para dormir bien por la noche, y alrededor de una tercera parte de ellos están tomando medicamentos que ayudan en el proceso, indicaron los autores del estudio.
Pero los medicamentos ampliamente recetados, como Ambien (zolpidem) y Lunesta (eszopiclone), pueden dejar a las personas con un sentimiento de resaca y con problemas en la atención al día siguiente. Tanto es así que la FDA dejó de recomendar recientemente las dosis de Ambien y otros medicamentos que contengan zolpidem por temor a que su uso, aunque sea la noche anterior, pudiera afectar a la conducción o a otras actividades al día siguiente.
Lunesta y Ambien afectan a los receptores de GABA, que se encuentran a lo largo del cerebro y están relacionados con los efectos secundarios, como las dificultades de pensamiento y los déficits en la atención y la memoria, explicó Uslaner.
Hace unos 15 años, los científicos descubrieron los mensajeros químicos llamados orexinas, que se liberan en una zona relativamente pequeña del cerebro conocida como hipotálamo lateral. Esta zona del cerebro libera orexinas durante el día para mantenernos despiertos y baja el nivel por la noche, para que podamos dormir.
Lo interesante de los antagonistas de la orexina, afirmó el Dr. Michael Thorpy, director del Centro de Trastornos del Sueño y la Vigilia del Centro Médico Montefiore en la ciudad de Nueva York, es que "se centran en un sistema que es más específico para el sueño".
Eso significa, en teoría, que habría menos efectos secundarios y quizá una menor tendencia a crear dependencia, explicó Thorpy.
Uslaner y colegas investigaron un componente llamado DORA-22, que tiene el mismo mecanismo de acción que el suvorexant, para ver cómo funcionaba junto con Ambien y Lunesta, y también con el diazepam (Valium), en ratas y en monos Rhesus.
DORA-22 no produjo las mismas alteraciones mentales que los otros tres medicamentos. Los monos Rhesus y las ratas rindieron igual de bien en las tareas de memoria y de atención poco después de que se les administrara DORA-22, al igual que al tomar un placebo.
En cada caso, la dosis mínima para conciliar el sueño se comparó con la dosis mínima que alteraba la memoria y los procesos de pensamiento. DORA-22 favoreció el sueño con unas dosis más bajas que las que alteraban las habilidades mentales al compararlas con los medicamentos "de control".
Esta es la primera vez en años que los científicos se han centrado en un receptor totalmente distinto en los esfuerzos por combatir el insomnio, afirmó el Dr. Alexandre Abreu, codirector del Centro de Sueño de la Facultad de Medicina Miller del Sistema de Salud de la Universidad de Miami.
Otras preguntas siguen en el aire: ¿Los medicamentos realmente tienen menos efectos secundarios? ¿Crearán dependencia? Y, ¿cambiarán la calidad del sueño de algún modo?
Estas preguntas solo se responderán con más pruebas y cuando se use en los seres humanos, afirmó.
Los expertos indican que los hallazgos de los estudios con animales no siempre se mantienen en los ensayos con humanos.
Más información
Los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. tienen más información sobre el insomnio.
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