Cuando EE. UU. vuelva a abrir, ¿las personas expuestas al coronavirus tendrán una inmunidad duradera?

coronavirus 2019
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MARTES, 14 de abril de 2020 (HealthDay News) -- Una vez usted ha tenido la COVID-19 y se ha recuperado, ¿es inmune al virus?

Esa es la pregunta esencial que ayudará a conformar la forma en que Estados Unidos vuelva a abrir para el comercio en los próximos meses.

Desafortunadamente, no hay una respuesta clara.

Es demasiado pronto para decir si la primera ola de supervivientes de la COVID-19 permanecerán inmunes al virus durante un periodo apreciable.

Pero el principal experto en enfermedades infecciosas del país, el Dr. Anthony Fauci, cree que hay buenas probabilidades de que las personas desarrollen una inmunidad tras la infección con la COVID-19.

"Estamos haciendo una suposición, que creo que es una suposición razonable, de que este virus no está cambiando mucho", señaló Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE. UU. "Si nos infectamos en febrero o marzo y nos recuperamos, creo que el próximo septiembre u octubre, la persona que estuvo infectada estará protegida. No lo sabemos con un 100 por ciento de certeza, pero creo que es una conjetura razonable".

Pero también hay motivos para cuestionar el potencial de inmunidad duradera contra la COVID-19, comentó el Dr. Greg Poland, director del Grupo de Investigación en Vacunas de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota.

La inmunidad podría variar

El nuevo coronavirus responsable de la COVID-19 pertenece a una familia de virus que tienen un historial muy dispar respecto al sistema inmunitario humano, anotó Poland.

"Con los cuatro betacoronavirus estacionales que circulan y provocan todas las infecciones respiratorias superiores que se ven en los consultorios, esas personas pierden la inmunidad en entre unos meses y uno o dos años", apuntó Poland. Por eso, las personas contraen el resfriado común una y otra vez.

Esto sucede porque el cuerpo utiliza una estrategia relativamente sencilla para combatir a los coronavirus del resfriado común, y esta estrategia no parece producir una impresión duradera en la memoria del sistema inmunitario, explicó Poland.

Aun así, hay motivos para la esperanza. Las enfermedades más peligrosas por los coronavirus, el SRAS (síndrome respiratorio agudo y grave) y el SROM (síndrome respiratorio de Oriente Medio), parecen producir una inmunidad que potencialmente dura más tiempo, pero los datos son limitados, ya que ambos virus infectaron a muchas menos personas que el patógeno de la COVID-19, señalaron los expertos.

Un grupo de 176 supervivientes al SRAS portaron unos niveles altos de anticuerpos específicos del SRAS durante un promedio de dos años, pero parece que su respuesta inmunitaria comenzó a menguar en el tercer año, según un estudio de 2007 publicado en la revista Emerging Infectious Diseases.

Un estudio más pequeño de nueve trabajadores de la atención de la salud en Arabia Saudí encontró una gran variabilidad en la respuesta de anticuerpos al SROM, según un informe de 2016 publicado en la Emerging Infectious Diseases.

Dos pacientes que desarrollaron una neumonía grave relacionada con el SROM al final tuvieron una respuesta de anticuerpos persistente que duró más de un año y medio, dijeron los investigadores.

Pero otros pacientes que no desarrollaron infecciones graves no obtuvieron unos niveles altos de anticuerpos específicos contra el SROM, haciendo que cualquier inmunidad fuera potencialmente de corta duración, según el informe.

Un estudio con monos se muestra promisorio

Pero una investigación inicial con animales, que todavía no ha sido revisada por profesionales, muestra que los anticuerpos en monos Rhesus que tuvieron la COVID-19 los protegieron de infectarse al ser expuestos de nuevo al virus, reportaron unos científicos chinos en el sitio web BioRxiv.

Poland tiene la esperanza de que la COVID-19 produzca una inmunidad duradera en las personas que enferman de gravedad, porque la enfermedad provoca una fuerte respuesta inmunitaria en esos casos.

"Se contrae una infección bastante fuerte, y creo que eso provoca una respuesta inmunitaria más equilibrada que espero que tenga más probabilidades de conducir a una inmunidad resistente de más larga duración", comentó Poland.

Por otra parte, Poland también anotó que el corto periodo de incubación de la COVID-19, de cuatro a cinco días en promedio, significa que la infección quizá no sea suficientemente fuerte en algunas personas como para proteger contra la infección en el futuro, declaró a ABC News.

Lamentablemente, ver si las personas que superan la COVID-19 son inmunes al virus conllevará un tiempo, comentó el Dr. Amesh Adalja, experto sénior del Centro de Seguridad de la Salud Johns Hopkins, en Baltimore.

"Es probable que tengamos algunas pistas en las próximas semanas; pero quizá tener una comprensión firme de qué requiere la inmunidad tome más tiempo", señaló Adalja.

Un problema para evaluar la inmunidad es que, ahora mismo, en Estados Unidos no hay un medio sólido para evaluar los anticuerpos contra la COVID-19 en la sangre de un paciente.

Se necesitan pruebas de anticuerpos confiables

Ese tipo de prueba mostraría quién se ha expuesto al virus, e incluso detectaría a personas que nunca hayan mostrado síntomas. Monitorizar a esas personas permitiría a los científicos averiguar cuánto tiempo dura la inmunidad a la COVID-19.

Unas pruebas de anticuerpos que recibieron la aprobación acelerada de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. están llegando al mercado, pero los expertos afirman que todavía no se puede confiar en las pruebas porque fueron aprobadas sin unos ensayos clínicos adecuados para determinar su precisión.

"El lado positivo es que tenemos la prueba. El lado negativo es que no sabemos qué tan bien funcionará", comentó la Dra. Angie Caliendo, vicepresidenta ejecutiva de medicina de la Facultad de Medicina Alpert de la Universidad de Brown, en Rhode Island.

Los laboratorios deben asegurarse de que las pruebas detecten de forma precisa a los anticuerpos que se dirigen al nuevo coronavirus responsable de la COVID-19, sin responder también a los anticuerpos creados para combatir a virus similares, explicó la Dra. Kim Hanson, experta en enfermedades infecciosas de la Universidad de Utah, en Salt Lake City.

"Nos hacemos responsables de intentar determinar qué tan bien funcionan esas pruebas", dijo Hanson, y anotó que su laboratorio ya ha estado evaluando muestras de sangre durante semanas para determinar la precisión de las pruebas de anticuerpos.

Incluso tras establecer que las pruebas de anticuerpos son efectivas, los médicos todavía no sabrán si una persona con unos niveles altos de anticuerpos específicos contra la COVID-19 es de verdad inmune, advirtió el Dr. Carlos Del Río, presidente de salud global de la Facultad de Salud Pública Rollins de la Universidad de Emory, en Atlanta.

Del Río apuntó que las personas con VIH desarrollan anticuerpos contra el virus, pero que esos anticuerpos no ofrecen ningún nivel de inmunidad.

"Tener los anticuerpos no significa tener inmunidad", anotó Del Río.

El complejo proceso inmunitario

Para complicar las cosas, el sistema inmunitario humano también tiene otras formas de vencer a las infecciones que no dependen de los anticuerpos, añadió Adalja.

"Es importante recordar que no toda la inmunidad se basa en los anticuerpos, y que hay otras ramas del sistema inmunitario que podrían ser capaces de rechazar a un virus ante una segunda exposición", dijo Adalja.

Todos los problemas que confrontan los investigadores que intentan evaluar la inmunidad contra la COVID-19 se resaltan en los informes recientes de Corea del Sur, de pacientes que parecen haber enfermado con una segunda infección del nuevo coronavirus.

Los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de Corea del Sur están investigando a casi 100 pacientes que arrojaron un resultado positivo de la infección con la COVID-19 una segunda vez, según la Organización Mundial de la Salud.

Jeong Eun-kyeong, director general de los CDC coreanos, dijo en una conferencia de prensa que les preocupa que la COVID-19 pudiera estarse "reactivando" en esos pacientes, de una forma muy parecida a las infecciones con la varicela infantil, que pueden permanecer desactivadas durante décadas y luego provocar culebrilla en las personas mayores.

"Si bien estamos sopesando más a la reactivación como la causa posible, estamos estudiando esto de forma exhaustiva", aseguró Jeong.

Los expertos en enfermedades infecciosas de EE. UU. se muestran escépticos en este momento respecto a los informes de segundas infecciones con la COVID-19, sobre todo dado que las pruebas del virus han tenido fallos.

"¿Se trata de personas que se infectaron antes y que se están reinfectando ahora, o personas que no estaban infectadas antes y que siguen siendo susceptibles al virus?", planteó la Dra. Jeanne Marrazzo, directora de enfermedades infecciosas de la Universidad de Alabama, en Birmingham.

"Escuchamos muchas cosas, vemos muchas cosas", añadió Marrazzo, pero no está claro qué tan buenas fueron las pruebas de anticuerpos realizadas a esos pacientes.

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre la COVID-19.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2020, HealthDay

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