Críticas mezcladas para los corticosteroides inhalados en estudios sobre el asma en los niños

Ambos estudios hallan que no modifican el curso de la enfermedad en niños pequeños
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MIÉRCOLES 10 de mayo (HealthDay News/HispaniCare) -- Dos nuevos estudios reportan resultados mezclados sobre el uso de corticosteroides inhalados para el tratamiento o la prevención del asma en bebés y niños pequeños.

Un estudio halló que los corticosteroides inhalados eran efectivos en el tratamiento de los síntomas del asma, pero una vez que la terapia era interrumpida, no tenía efectos de larga duración sobre el curso de la enfermedad.

El segundo estudio analizó el inicio de la terapia con corticosteroide inhalado en bebés de un mes de edad que tenían un episodio de respiración sibilante, pero que no fueron necesariamente diagnosticados con asma. El estudio encontró que los medicamentos no eran particularmente efectivos en el tratamiento de los síntomas o en la alteración del curso de la enfermedad.

"Ambos estudios fortalecen la evidencia de que el tratamiento con corticosteroides inhalados no altera el curso natural del asma", señaló la Dra. Diane Gold, profesora asociada de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard y el Hospital Brigham and Women en Boston.

"Eso no significa que los esteroides no deban utilizarse de manera muy selectiva en niños pequeños que tengan síntomas frecuentes", agregó. Gold es también coautora de un editorial acompañante. Ambos estudios y el editorial aparecen en la edición del 11 de marzo del New England Journal of Medicine.

Debido a que la inflamación de las vías respiratorias que causa los síntoma del asma ha sido también asociada con el daño a los pulmones, se ha teorizado que si la inflamación fuese controlada con el uso de corticosteroides inhalados, se podría evitar el empeoramiento de la enfermedad. Y, de acuerdo con el estudio danés, los expertos sospechan que para que esa terapia sea efectiva, es necesario que se inicie durante el primer año de vida, cuando los pulmones aún están desarrollándose y el daño por asma empieza a producirse.

En el estudio participaron 411 bebés con asma diagnosticada por un médico. Los bebés fueron enlistados al mes de edad, pero no fueron asignados a un grupo de tratamiento hasta que no experimentaron su primer episodio de respiración sibilante.

Después, los bebés fueron asignados de manera aleatoria para recibir un régimen de dos semanas del corticosteroide inhalado budesonida o un placebo inhalado cuando sufrían episodios de respiración sibilante. Los padres de ambos grupos también fueron instruidos para administrar un medicamento contra el asma de acción rápida cuando fuese necesario. El tratamiento intermitente cuando ocurría un episodio de respiración sibilante continuó durante tres años.

El grupo del corticosteroide tuvo una tasa de días sin síntomas de 83 por ciento, mientras que el grupo de placebo tuvo una tasa de 82 por ciento. El veinte y cuatro por ciento de los bebés en el grupo de tratamiento tuvo respiración sibilante persistente, en comparación con el 21 por ciento en el grupo de placebo.

"La terapia intermitente del corticosteroide inhalado no tuvo efectos sobre la progresión de la respiración sibilante episódica o persistente, y no mostró beneficios a corto plazo durante los episodios de respiración sibilante en los primeros tres años de vida", señaló el autor del estudio, el Dr. Hans Bisgaard, profesor de pediatría en el Hospital Universitario de Copenhague y director del Centro Danés del asma.

Bisgaard dijo estar muy impactado por los resultados y agregó que "los hallazgos podrían servir como una advertencia en las prácticas de tratamiento extrapoladas de estudios en adultos y enfatiza la necesidad de ofrecer evidencia sobre la medicina en los niños".

Pero a diferencia de la investigación de Bisgaard, un segundo estudio sí halló un beneficio respecto al uso de la terapia del corticosteroide inhalado para el control de los síntomas, aunque tampoco encontró efectos a largo plazo de los medicamentos sobre el curso del asma en los niños.

Doscientos ochenta y cinco niños de 2 a 3 años de edad en riesgo muy alto de asma fueron asignados aleatoriamente para recibir un tratamiento continuo con el corticosteroide inhalado propionato de fluticasona, o un placebo inhalado. Los niños tomaron los medicamentos dos veces diariamente durante dos años, y después los investigadores les hicieron un seguimiento por otro año más cuando no estaban bajo el tratamiento.

Durante los años de tratamiento, la proporción de días sin episodios fue de 93 por ciento para el grupo con tratamiento y de 88 por ciento para el grupo con placebo. Durante el año de observación, la proporción de días sin episodios fue de 87 por ciento para el grupo que había tenido tratamiento y de 86 por ciento para el grupo de placebo.

El mayor efecto secundario del uso a largo plazo de los corticosteroides inhalados era una diferencia de 1.1 centímetros en altura entre el grupo con tratamiento y el grupo con placebo. Durante el año de observación, esa diferencia empezó a igualarse y era de 0.5 centímetros al final del estudio.

"Este grupo de alto riesgo respondió muy bien a los esteroides inhalados mientras estuvo bajo tratamiento. Pero introducir la terapia a una edad temprana no previno la enfermedad", señaló la autora del estudio, la Dra. Theresa Guilbert, profesora asistente de pediatría en el Centro Respiratorio de Arizona en la Universidad de Arizona.

En su editorial, Gold señala un posible razón para que el estudio de Guilbert encontrara un alivio de los síntomas y el de Bisgaard no lo hiciera: la diferencia en las poblaciones del estudio. El estudio de Bisgaard abarcó a un grupo mucho más diverso de niños, incluidos niños pequeños que podrían no desarrollar asma más adelante. También, el asma es notoriamente difícil de diagnosticar en niños de menos de 2 años, y la respiración sibilante puede ser una señal de algunas infecciones virales que normalmente no responden a los corticosteroides inhalados. Además, el editorial anotó que muchos niños del estudio de Bisgaard estaban expuestos al humo de la madre o a ambientes con humo en el hogar, lo que pudo afectar de manera adversa cualquier plan de tratamiento.

Tanto Gold como Guilbert enfatizan que los profesionales de la salud deberían seguir las Directrices Nacionales de Programas de Educación y Prevención del Asma de los EE.UU., y usar su criterio clínico respecto a la necesidad de corticosteroides inhalados. Guilbert agregó que animaría a los médicos a bajar la dosis una vez que se logre controlar el asma.

Más información

Para saber más sobre el asma y las formas de prevenir los ataques de asma, visite el National Heart, Lung, and Blood Institute.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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