JUEVES, 8 de septiembre de 2022 (HealthDay News) -- Un medicamento experimental, que se ha demostrado que puede tratar los sarpullidos en las personas con lupus, también podría ayudar con el dolor de las articulaciones relacionados con el lupus.
El lupus, que afecta a hasta 1.5 millones de personas en Estados Unidos, es una enfermedad autoinmune en que el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error a sus propias articulaciones, piel, cerebro, pulmones, riñones y vasos sanguíneos.
Las personas con lupus que tomaron litifilimab mostraron unas reducciones marcadas en la sensibilidad y la hinchazón de las articulaciones, en comparación con las personas que tomaron un placebo (o medicamento falso), mostró un ensayo clínico.
El nuevo medicamento, que se administra mediante inyección, es un anticuerpo monoclonal. Estos son moléculas artificiales que se dirigen a proteínas específicas en las células. En este caso, el medicamento se dirige a una proteína llamada antígeno 2 de células dendríticas sanguíneas (BDCA2). Esta proteína se encuentra en las células dendríticas plasmacitoides (CDP), que producen unas moléculas inflamatorias, entre las que se encuentran los interferones de tipo 1.
"Hay muchas evidencias de que el interferón es importante en el lupus", aseguró el autor del estudio, el Dr. Richard Furie, jefe de reumatología de Northwell Health en New Hyde Park, Nueva York, y profesor de los Institutos Feinstein de Investigación Médica en Manhasset, Nueva York.
"El anticuerpo se vincula a las BDCA2, la proteína se internaliza, y la síntesis del interferón de tipo 1 se desactiva", explicó. "El litifilimab no mata a la célula, solo hace que se duerma".
El nuevo medicamento también parece ayudar a calmar a otras proteínas inflamatorias implicadas en el lupus, pero su efecto principal es en el interferón de tipo 1, aseguró Furie.
En el estudio, 102 personas con lupus que tenían al menos cuatro articulaciones adoloridas e hinchadas recibieron una dosis de 450 de mg de litifilimab o un placebo durante 24 semanas. El medicamento se administra como una inyección cada cuatro semanas.
Los pacientes que tomaron litifilimab tuvieron menos articulaciones adoloridas e hinchadas que sus contrapartes que recibieron el placebo, encontraron los investigadores.
Además de mejorar los síntomas articulares, el nuevo fármaco también mejoró los sarpullidos de la piel, y tuvo un efecto "muy robusto" en una escala que mide los síntomas y la actividad generales del lupus, señaló Furie.
"Este medicamento es muy bueno para la enfermedad en la piel, y esta respuesta robusta apunta a que también es bueno para el lupus global, no solo para la artritis", planteó. Biogen, fabricante del medicamento, patrocinó el estudio.
Ahora, el nuevo fármaco pasara a ensayos más grandes en fase 3, para evaluar la seguridad y la efectividad. Entonces, comentó Furie, con algo de suerte continuará su camino hacia la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU.
"El futuro es brillante", aseguró. "Hay mucho desarrollo farmacológico para el lupus, y por fin estamos viendo éxitos".
Los hallazgos se publicaron en la edición del 8 de septiembre de la revista New England Journal of Medicine. En julio, la misma revista publicó unos promisorios resultados del litifilimab para el tratamiento del lupus en la piel.
El Dr. Daniel Wallace, reumatólogo y profesor de medicina del Centro Médico Cedars-Sinai, en Los Ángeles, fue autor de un editorial publicado junto con los hallazgos.
"El fármaco es promisorio tanto para el lupus sistémico como para el cutáneo [de la piel]", comentó Wallace.
Pero las personas que tomaron el medicamento tuvieron un riesgo más alto de desarrollar culebrilla.
"Se debería aconsejar a los pacientes que se vacunen contra la culebrilla antes [de comenzar a tomar este medicamento]", dijo Wallace. Esta también es la recomendación para otro medicamento contra el lupus que se aprobó en agosto de 2021, dirigido al interferón.
Observó que se necesitan más estudios antes de que litifilimab se apruebe.
"Las preguntas más importantes que se deben investigar son, primero, cómo funciona el medicamento en las personas de color, que no tuvieron la suficiente representación en el estudio, y, segundo, cómo funciona en pacientes con una enfermedad grave que amenaza a los órganos", apuntó Wallace.
Anotó que el lupus ataca de forma desproporcionada a las personas de grupos raciales y étnicos minoritarios, y que también es más probable que desarrollen un lupus grave.
La Dra. Jill Buyon, una reumatóloga, siente un optimismo cauto respecto al nuevo fármaco y los proyectos farmacológicos actuales para el lupus. Buyon es directora del Centro de Lupus en Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York.
"Me convencen no solo los datos clínicos, sino también el mecanismo, que sucede antes de la señalización del interferón y que se dirige al origen de forma más directa", comentó respecto al litifilimab.
Es demasiado pronto para saber cuáles personas con lupus responderían mejor al nuevo medicamento, apuntó Buyon, que no participó en la investigación.
"La artritis es una necesidad insatisfecha en el lupus, y no hemos tenido mucho éxito con su tratamiento", lamentó. "El nuevo fármaco es emocionante porque es muy dirigido, parece ser bastante efectivo para la artritis, y sale poco después del estudio cutáneo [sobre la piel]".
Sin duda se necesitan más medicamentos para el lupus, ya que los actuales solo funcionan para algunas personas y algunas veces, enfatizó Buyon.
Se prevé que el futuro del tratamiento del lupus implique a la medicina de precisión, es decir, emparejar los tratamientos con las personas basándose en unas características muy precisas de su enfermedad.
"Ahora buscamos mecanismos que serán cada vez más específicos, para poder usar la medicina de precisión en el lupus por primera vez", añadió.
Más información
La Alianza para la Investigación de Lupus ofrece más información sobre el tratamiento para el lupus.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Richard Furie, MD, professor, Institute of Molecular Medicine, Feinstein Institutes for Medical Research, Manhasset, N.Y., chief, division of rheumatology, Northwell Health, New Hyde Park, N.Y., advisor, Lupus Clinical Investigators Network, Lupus Research Alliance’s clinical affiliate Lupus Therapeutics; Daniel Wallace, MD, rheumatologist, professor, medicine, Cedars-Sinai Medical Center, Los Angeles; Jill Buyon, MD, rheumatologist, director, NYU Langone Lupus Center, New York City; New England Journal of Medicine, Sept. 8, 2022