MIÉRCOLES 2 de noviembre (HealthDay News/HispaniCare) -- Investigadores informan que una nueva prueba que mide cuánto oxígeno circula en la sangre fetal justo antes del nacimiento no afecta si el parto se hace por cesárea o no.
Además, el oxígeno sanguíneo fetal no parece reflejar la salud del recién nacido, lo que sugiere que en realidad no hay motivo para usar la prueba.
"No encontramos absolutamente ninguna diferencia en las cesáreas", afirmó el Dr. Steven Bloom, autor principal del estudio que aparece en la edición del 23 de noviembre del New England Journal of Medicine. "Dada la evidencia disponible, y creo que hemos hecho el estudio más definitivo, no hay un beneficio aparente de esta tecnología, lo que no quiere decir que no lo habrá en el futuro".
Los expertos señalan que los hallazgos no tendrán un gran efecto sobre la práctica de la obstetricia.
"Esta no es una tecnología utilizada ampliamente en los EE.UU.", apuntó el Dr. Michael Divon, presidente de ginecoobstetricia del Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York. "También se hace algo irrelevante por el hecho de que tantas cesáreas son electivas. Es muy difícil crear una tecnología que disminuya el índice de cesáreas cuando se realizan tantas sólo porque la paciente lo desea".
El índice de cesáreas permanece en un nivel récord en los Estados Unidos desde el año pasado y constituye el 30.2 por ciento de todos los nacimientos. Eso representa un aumento del 46 por ciento en el índice desde 1996, según las más recientes estadísticas de los U.S. Centers for Disease Control and Prevention. Las cesáreas conllevan varios riesgos, entre ellos infección y un tiempo de recuperación más largo.
"Lo que sea que estamos haciendo obviamente no funciona, porque el índice de cesáreas ha alcanzado un pico", señaló el Dr. Abdulla Al-Khan, director de diagnóstico y terapias fetales del Centro Médico de la Universidad de Hackensack, en esa ciudad de Nueva Jersey.
El dispositivo utilizado para medir el oxígeno fetal en este estudio, conocido como OxiFirst Fetal Oxygen Saturation Monitoring System (Sistema de vigilancia de saturación fetal de oxígeno OxiFirst), fue aprobado de manera condicional por la U.S. Food and Drug Administration en 2000 para su uso como un adyuvante en el monitoreo fetal electrónico. El monitoreo fetal electrónico sigue siendo la herramienta utilizada más ampliamente para evaluar la salud del bebé durante el parto. Mucha de la preocupación tiene que ver con la prevención de la parálisis cerebral, la cual se ha pensado que se debe a falta de oxígeno durante el parto.
La oximetría del pulso fetal se había desarrollado durante una década y había generado mucha emoción en los círculos obstétricos. "La gente creía que esta tecnología podía cambiar potencialmente de forma significativa la manera como manejamos a las mujeres durante el parto y realmente ayudarnos a evaluar el bienestar del bebé durante el parto", explicó Bloom.
La aprobación de la FDA se basó en un estudio de más de 1,000 mujeres cuyos embarazos se vieron complicados por problemas del ritmo cardiaco fetal. Pero aunque la oximetría del pulso fetal redujo el índice de cesáreas debido a "patrones de ritmo cardiaco fetal inquietantes", también aumentó sustancialmente el número debido a otras complicaciones.
"Los resultados fueron un poco sorprendentes", afirmó Bloom, quien es presidente del departamento de ginecoobstetricia del Centro médico del sur occidente de la Universidad de Texas en Dallas.
Poco después de la publicación de esos hallazgos, el American College of Obstetricians and Gynecologists publicó una contundente declaración que recomendaba que los obstetras de Estados Unidos no adoptaran el dispositivo como práctica de rutina hasta que se llevaran a cabo más estudios.
Ahí llega el estudio actual, que fue llevado a cabo por la Red de unidades de medicina materno-fetal del U.S. National Institute of Child Health and Human Development. "Intentamos validar los hallazgos", aseguró Bloom.
En el estudio participaron 5,341 madres primerizas que fueron asignadas aleatoriamente para recibir una oximetría del pulso fetal "abierta" o "enmascarada". En el primer grupo, los médicos podían ver los valores de saturación de oxígeno fetal, mientras que en el segundo, los valores fueron registrados, pero el médico no podía verlos.
Para el estudio, se colocaron sensores especiales de oximetría cerca del rostro del feto para poder medir los niveles de oxígeno en la sangre.
Se encontró que esencialmente no hubo diferencia en los índices generales de parto por cesárea entre los grupos abiertos y enmascarados (26.3 por ciento en el grupo abierto y 27.5 por ciento en el grupo enmascarado).
Aunque el estudio se diseñó originalmente para incluir a 10,000 mujeres, se suspendió prematuramente porque los resultados eran muy concluyentes.
"No sabemos por qué la oximetría del pulso fetal no funcionó. Le dimos una buena oportunidad. La probamos miles de veces", apuntó Bloom.
Otros criticaron que el estudio excluyera a mujeres que tenían problemas. "Esencialmente se dirigieron a un grupo de pacientes completamente normales y sabemos que en ese grupo de bebés es muy difícil ver cosas malas sin importar cómo se evalúa", señaló el Dr. Edward Davis, director de medicina materna y fetal del Centro médico de la Universidad de Hackensack.
Sin embargo, aún se necesita una tecnología más acertada, mantuvo Bloom.
"El monitoreo electrónico fetal tiene sus limitaciones y simplemente hay que resolver eso", dijo. "Existe la necesidad en la obstetricia de desarrollar herramientas adicionales que nos ayuden a evaluar el bienestar del bebé".
"El monitoreo electrónico fetal tiene una tasa de falsos positivos de 50 por ciento, de manera que la mitad de las veces que hacemos una cesárea por [irregularidades] resulta que al bebé le iba bien", afirmó el Dr. Jesus Alvarez, becario principal de medicina materna y fetal de la Escuela de Medicina de Nueva Jersey en Newark. "Estamos buscando otras herramientas, pues claramente esta no funciona".
Tal vez también haya que los detectar problemas antes. "La incidencia de parálisis cerebral no ha disminuido", apuntó Al-Khan. "Eso nos dice que es un proceso que ocurre al principio del embarazo. Estamos detectando cosas cuando ya el daño está hecho".
Más información
Para más información sobre un embarazo saludable, visite los U.S. Centers for Disease Control and Prevention.