LUNES, 25 de abril de 2022 (HealthDay News) -- Los extraños olores y sonidos de un refugio para animales pueden estresar incluso al perro más sosegado, y las pruebas invasivas para ver si necesita medicamentos para calmarse solo empeoran la ansiedad.
Una nueva investigación de Países Bajos es una buena noticia para Fido.
El estudio encontró que analizar una sola muestra de pelo de un perro ofrece una medida precisa del cortisol, la hormona del estrés, una alternativa sencilla e indolora a recolectar múltiples muestras de saliva, orina, heces o sangre.
"[Un refugio] en realidad es un cambio de ambiente para la mayoría de los perros, así que con frecuencia se observa una respuesta de estrés", comentó la investigadora principal Janneke van der Laan, candidata doctoral del grupo de conducta animal de la Universidad de Utrecht.
De repente, apuntó van der Laan, los perros de refugios se encuentran en un lugar nuevo con ruidos y olores desconocidos, y están separados de las personas a quienes estaban vinculados. Esto puede conducir a un estrés crónico, además de problemas de conducta.
Su interés en el bienestar y la conducta de los animales de compañía y su trabajo como voluntaria en refugios convergieron en este pequeño estudio, que se publicó en la edición en línea del 21 de abril de la revista Scientific Reports.
Buscando una alternativa a las pruebas invasivas de hormonas, van der Laan y su equipo compararon muestras de pelo de perros de refugios con las de un grupo de control de animales en hogares privados.
Los investigadores afeitaron un área del cuello de los perros para recolectar las muestras. Recolectaron el pelo cuando los perros llegaron al refugio, una vez más seis semanas después, y luego varias veces después de que fueran adoptados.
Los autores del estudio deseaban averiguar si evaluar la concentración de cortisol en el pelo sería igual de preciso que técnicas más invasivas, como sacar sangre. El cortisol es una hormona de activación que puede indicar cambios tanto positivos como negativos. Los veterinarios lo miden para determinar si un animal necesita medicamentos para calmarse.
La conclusión fue que tras seis semana en el refugio, los niveles de cortisol de los perros aumentaron de forma significativa.
Pero la situación mejoró cuando encontraron nuevos hogares. Tras seis semanas, y luego de nuevo tras seis meses, sus niveles de cortisol eran similares a cuando entraron en el refugio.
"Nos interesó sobre todo el refugio y de inmediato tras la adopción, para ver si estos dos ambientes novedosos... diferirían. Para nosotros, esta era una pregunta importante", aclaró van der Laan. "Y además nos interesaba mucho el periodo antes de que los perros llegaran al refugio, porque es un periodo sobre el que, con frecuencia, no sabemos mucho".
Los investigadores han estudiado el impacto del estrés en los perros de otras formas, apuntó van der Laan, lo que incluye la observación de la conducta, la actividad nocturna y los niveles de hormonas en las muestras de orina.
Si los perros no pueden adaptarse a su ambiente, pueden aparecer problemas médicos o conductuales a largo plazo, encontraron los investigadores.
"Esto de verdad plantea que se debe reducir el estrés todo lo posible en un ambiente como un refugio", apuntó van der Laan.
Monitorizar a los perros individuales es esencial, dijo. Algunos se adaptan con más facilidad que otros, a veces debido al perfil genético o a las experiencias anteriores.
El grupo del estudio incluyó a 20 perros mascotas, y además a 18 perros hembra y 34 machos de refugios. En promedio, tenían 3.8 años.
Los investigadores anotaron que se necesita más estudio sobre las pruebas de cortisol en pelo con más perros, incluyendo a los que tengan distintos tipos de pelo. Unos investigadores alemanes también han estudiado las pruebas de pelo.
La Dra. Cassidy Cordon, profesora clínica de medicina veterinaria de la Universidad Estatal de Washington, en Pullman, revisó los hallazgos del nuevo estudio.
Afirmó que ya sea en un refugio o en una situación de perrera temporal, las viviendas en grupo son estresantes para los perros.
Las perreras son muy ruidosas y tienen eco, y los perros pueden verse afectados por el estrés de otros que están ladrando, su sueño se puede alterar, e incluso un cambio en la rutina puede ser estresante.
"Sin duda tiene un impacto inmenso. Desde el punto de vista conductual, puede hacer que sea más probable que ataquen", explicó Cordon. "También puede hacer que sea más probable que se encierren en sí mismos. Entonces, es el tipo de perro más tímido, al que hay que aumentarle la confianza para que vuelva a salir de su caparazón".
Y añadió que "es muy parecido a lo que sucede con las personas: cada quien lo afronta de una forma un poco distinta, y los perros también".
Los refugios pueden ayudar a aliviar parte de este estrés de varias formas, aseguró Cordon, entre ellas al reproducir música de estaciones para perros que amortigüen parte del sonido. Los trabajadores de los refugios también pueden ofrecer la mayor estimulación posible, al mismo tiempo que los ayudan a adaptarse poco a poco.
Y tras la adopción, las nuevas familias pueden ayudar con la adaptación al establecer una rutina para comer, pasear y otras actividades, y cumplirla, sugirió.
"Mientras más predecible pueda ser el horario, más fácil y rápido a veces se adaptan", añadió Cordon.
Más información
El Club Americano de Perreras (American Kennel Club) ofrece más información sobre cómo saber si su perro está estresado.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Janneke van der Laan, doctoral candidate, Division of Animals in Science and Society, Faculty of Veterinary Medicine, Utrecht University, the Netherlands; Cassidy Cordon, DVM, clinical instructor, College of Veterinary Medicine, Washington State University, Pullman; Scientific Reports, April 21, 2022, online