LUNES, 5 de junio de 2017 (HealthDay News) -- Casi uno de cada seis estadounidenses que toman unos anticoagulantes más recientes para la fibrilación auricular, un problema del ritmo cardiaco, quizá no reciban la dosis adecuada, sugiere un nuevo estudio.
La fibrilación auricular es una afección común, caracterizada por un latido cardiaco irregular y con frecuencia acelerado. Se asocia con un riesgo cinco veces más alto de accidente cerebrovascular (ACV), pero los anticoagulantes reducen ese riesgo. Muchos pacientes con fibrilación auricular también tienen enfermedad renal y necesitan una dosis más baja de medicamentos que otros, dijeron los autores del estudio.
"Los errores de dosificación de los anticoagulantes en los pacientes con fibrilación auricular son comunes y tienen unos resultados adversos preocupantes", dijo la autora líder, Xiaoxi Yao, investigadora en la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota.
Además, "la cantidad de pacientes que usan estos fármacos ha aumentado con rapidez desde la introducción de esta nueva clase de medicamentos en 2010", dijo Yao en un comunicado de prensa de la Mayo.
Los investigadores observaron a casi 15,000 pacientes de octubre de 2010 a septiembre de 2015 que tomaban los anticoagulantes apixaban (Eliquis), dabigatran (Pradaxa) o rivaroxaban (Xarelto).
En general, un 16 por ciento de los pacientes recibieron dosis que no eran consistentes con el etiquetado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU.
Entre los pacientes con un deterioro renal grave, un 43 por ciento tomaron una dosis estándar para la fibrilación auricular, lo que constituye una posible sobredosis. Esto se asoció con un riesgo más alto de sangrado importante, pero no con ninguna diferencia significativa en la prevención de ACV, dijeron los investigadores.
Entre los pacientes sin enfermedad renal grave, un 13 por ciento recibieron una dosis potencialmente insuficiente. Entre los usuarios de Eliquis, esto se asoció con un riesgo más alto de ACV pero no con una diferencia en los riesgos de sangrado, apuntaron los autores del estudio.
No hubo una relación significativa entre las dosis demasiado bajas y los riesgos de ACV o sangrado en los usuarios de Pradaxa o Xarelto, según el estudio.
Esas malas concordancias con los medicamentos plantean distintos problemas, apuntó el autor principal del estudio.
"Las sobredosis son un problema bastante directo que se puede evitar al monitorizar la función renal regularmente", dijo el Dr. Peter Noseworthy, un cardiólogo.
"Pero las dosis demasiado bajas son más complejas. Estos medicamentos deben alcanzar un equilibrio entre la reducción del ACV y el riesgo de sangrado. Creo que los médicos con frecuencia eligen reducir la dosis cuando anticipan que sus pacientes tienen un riesgo particularmente alto de sangrado, independiente de la función renal", apuntó.
Los pacientes deben asegurarse de que sus médicos tengan unos antecedentes médicos actualizados y una lista actualizada de los medicamentos, sobre todo si acuden a múltiples proveedores de atención de la salud en distintos hospitales o clínicas, aconsejaron los autores del estudio.
"Los médicos también deben dar un seguimiento regular a los pacientes que toman estos medicamentos para detectar cambios en la función renal y adaptar la dosis en consecuencia", enfatizó Yao.
Los resultados aparecen en la edición del 5 de junio de la revista Journal of the American College of Cardiology.
Más información
La Agencia para la Investigación y la Calidad del Cuidado de la Salud de EE. UU. tiene más información sobre los anticoagulantes.
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