Estudio respalda la 'vigilancia activa' en los casos de cáncer de próstata de bajo riesgo

Investigadores informan que esta alternativa al tratamiento inmediato no se indica para todos los hombres

MARTES, 30 de noviembre (HealthDay News/HolaDoctor) -- Mediante un modelo de simulación computarizado, los investigadores señalan haber encontrado que confiar en la "vigilancia activa" para dar seguimiento a los hombres con cáncer de próstata de bajo riesgo es un "enfoque razonable" y una alternativa al tratamiento inmediato, que puede causar efectos secundarios indeseados como incontinencia e impotencia.

Si el tumor comienza a crecer de nuevo, entre las opciones de tratamiento se pueden incluir radioterapia de intensidad modulada (RIM), que utiliza haces de radiación de diferentes intensidades para limitar el daño a las áreas circundantes del cuerpo, apuntaron los autores del estudio.

"El propósito de este estudio era demostrar que en función del promedio de las probabilidades de recurrencia de la enfermedad, la tasa media de efectos secundarios y las preferencias individuales promedio, la vigilancia activa es una opción", señaló la Dra. Julia H. Hayes, autora principal del estudio que aparece en la primera edición de diciembre de la Journal of the American Medical Association.

Pero el modelo computarizado no pretende sustituir la toma de decisiones personales de los pacientes de cáncer de próstata, los cuales tienen niveles de confort muy distintos en lo que respecta a la forma en que abordan su diagnóstico de cáncer, señalaron los investigadores.

Sin embargo, el modelo podría servir como punto de partida en las conversaciones entre médico y paciente para elegir la mejor opción, y podría animar más a los hombres a optar por la vigilancia activa y evitar tratamientos innecesarios, agregaron los investigadores.

Cada año, a cerca de 200,000 hombres estadounidenses se les diagnostica cáncer de próstata. Aunque alrededor del 60 por ciento de los hombres no necesitan en realidad tratamiento (debido a que sus tumores son de bajo riesgo y localizados), aún se trata a más del 90 por ciento de ellos, apuntó Hayes, oncóloga genitourinaria en el Instituto de Oncología Dana-Farber y profesora de medicina en la Facultad de medicina de Harvard.

La vigilancia activa implica realizar un seguimiento estrecho a los hombres mediante la prueba del antígeno prostático específico (APE), exámenes rectales digitales y biopsias periódicas. Si la enfermedad resulta ser más agresiva de lo que se pensó en un principio, "pueden ser tratados con diferentes terapias", señaló Hayes. "El objetivo es no tratar a aquellos hombres que no necesitan tratamiento".

Los estudios para determinar la eficacia de la vigilancia activa podrían tardar décadas en completarse y los investigadores simplemente no tienen datos a largo plazo sobre si esta estrategia es realmente acertada.

Por tanto, en el modelo computarizado se incluyó a un grupo hipotético de hombres de 65 años con tumores de próstata de bajo riesgo y localizados.

Los pacientes fueron tratados primero con braquiterapia (la colocación de "semillas" radiactivas en el tumor o alrededor de él), RIM, prostatectomía radical (extirpación de la glándula de la próstata) o se les dio seguimiento mediante la vigilancia activa.

Luego los investigadores utilizaron una medida llamada esperanza de vida ajustada por la calidad (EVAC) para comparar la vigilancia activa con el tratamiento inicial. EVAC mide tanto la calidad como la esperanza de vida de cada paciente.

La vigilancia activa (y una RIM más tarde si es necesario) se relacionó con más EVAC a 11.07 años vida ajustados por la calidad (AVAC). La braquiterapia obtuvo una calificación AVAC de 10.57, seguido por la RIM con una AVAC de 10.51, y la cirugía de extirpación de la próstata con 10.23 de AVAC.

Los AVAC son una medida que utilizan con frecuencia los científicos para indicar "el número de años de buena calidad de vida que quedan por vivir", explicó el Dr. Stephen Freedland, profesor asociado de cirugía del Centro Médico de la Universidad de Duke, que no participó en el estudio. Básicamente, se refiere a la cantidad de años "buenos" que quedan por vivir.

Y justo aquí se encuentran algunas de las complejidades para traducir estos hallazgos a los hombres del mundo real.

"Todo depende de lo que 'bueno' signifique para usted", señaló Freedland. "Las complicaciones de las que hablamos son problemas intestinales, urinarios y sexuales. [Los pacientes] no tienen que respirar a través de un ventilador ni están confinados a una cama. Así que, aunque estos factores son importantes y significativos, están dentro de su interpretación de 'bueno'. A algunos hombres no les preocupa la disfunción eréctil. Si no poder ver crecer a sus nietos. Para otros, la función sexual es muy importante y están dispuestos a negociar alguna cantidad de vida por calidad de vida".

"Si alguien tiene un hermano que falleció por cáncer de próstata y está preocupado por ello, su [preferencia] va a ser menor, por lo que [la vigilancia activa] probablemente no será un enfoque adecuado", agregó Hayes.

Así que el desafío es elegir qué pacientes son aptos para la vigilancia activa.

"Estoy totalmente de acuerdo con la premisa fundamental de que para el paciente correcto esta opción es razonable. El desafío es determinar quién es el paciente correcto", se preguntó Freedland. "Me siento muy cómodo al sugerir este enfoque a un hombre con cáncer de bajo riesgo de 65 años, pero ¿qué pasa si tiene 55 o 45? Las probabilidades de que tenga un problema en los próximos diez años son realmente bajas pero aún le quedan 35 años por vivir", apuntó.

"La probabilidad de que su cáncer deba ser tratado en los próximos 35 años es probablemente bastante alta, así que, ¿por qué no hacerlo ahora?", agregó Freedland. "Ese no es mi argumento, pero es un asunto muy importante".

Más información

El Instituto Nacional de Cáncer de EE. UU. tiene más información sobre el cáncer de próstata.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

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