JUEVES, 18 de marzo de 2021 (HealthDay News) -- Casi un tercio de los adultos mayores que toman la hormona tiroidea también toman fármacos que se sabe que interfieren con las pruebas de la función tiroidea, encuentra un estudio reciente.
Es común que los adultos mayores tomen hormona tiroidea (levotiroxina) para tratar unos niveles bajos de la hormona tiroidea natural. Pero las pruebas que se utilizan para determinar la dosis y la efectividad del tratamiento pueden ser afectadas por otros fármacos, como la prednisona, la prednisolona, la carbamazepina, la fenitoína, el fenobarbital, la amiodarona, el litio, el interferón-alfa y el tamoxifeno.
"Nuestro estudio resalta la complejidad y los desafíos de gestionar el reemplazo de la hormona tiroidea en los pacientes mayores, muchos de los cuales están en riesgo de efectos adversos, en el contexto de tener múltiples afecciones crónicas y de tomar múltiples medicamentos adicionales", señaló la investigadora sénior, la Dra. Maria Papaleontiou, profesora asistente del Instituto de Políticas e Innovación de la Atención de la Salud de la Universidad de Michigan.
En el estudio, los investigadores recolectaron los datos de más de 538,000 pacientes de a partir de 65 años, que usaban hormona tiroidea y que estaban incluidos en la base de datos de la Administración de Salud de los Veteranos de EE. UU. entre 2004 y 2017.
Alrededor de un 32 por ciento tomaban medicamentos que se sabe que interfieren con las pruebas de la función tiroidea. Los pacientes que no eran blancos, los hispanos, las mujeres y los que tenían otras afecciones médicas eran más propensos a tomarlos.
Los investigadores también hallaron que las personas a partir de los 85 años eran menos propensas a tomar hormona tiroidea y medicamentos que interfirieran.
"El uso de la hormona tiroidea es común en los adultos mayores, y su gestión se ve complicada por el hecho de que muchos pacientes mayores con frecuencia también usan medicamentos múltiples para varias afecciones crónicas", apuntó Papaleontiou. "Esto podría aumentar el riesgo de interacciones farmacológicas y el potencial de efectos secundarios. Es importante mantenerse vigilante para garantizar el uso seguro de los medicamentos en nuestros pacientes mayores".
Una experta que no participó en el estudio dijo que, con frecuencia, los médicos pasan por alto la posibilidad de que los medicamentos interactúen con la hormona tiroidea, lo que puede resultar en administrar demasiado poco o un exceso de la hormona.
"El hecho de que ciertos fármacos puedan interferir con las pruebas de la hormona tiroidea es un punto que es muy importante resaltar, y que con frecuencia se pasa por alto", aseguró la Dra. Minisha Sood, endocrinóloga del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.
Un déficit de hormona tiroidea puede debilitar o ralentizar al corazón, provocando fatiga. También puede provocar obesidad, dolor en las articulaciones, hipertensión, hinchazón en los tobillos y colesterol alto. Un exceso de hormona tiroidea puede provocar un latido cardiaco irregular.
Es importante que los pacientes pregunten si ciertos complementos o medicamentos se deberían ajustar antes de realizar las pruebas de sangre para verificar sus niveles de hormona tiroidea, planteó Sood. Los proveedores de atención de la salud pueden usar esta información para orientar el uso de medicamentos de los pacientes.
"Por ejemplo, en un paciente que tiene unos niveles estables de hormona tiroidea durante años, pero que entonces desarrolla unos niveles bajos de hormona tiroidea sin síntomas de que le estén dando medicamento en exceso, se podrían descartar los medicamentos concurrentes, por ejemplo la prednisona, como el factor causante", señaló Sood.
Los hallazgos del estudio se presentarán el jueves en una reunión en línea de la Sociedad Endocrina (Endocrine Society). Las investigaciones presentadas en reuniones por lo general se consideran preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
Más información
Aprenda más sobre la hormona tiroidea, la levotiroxina, en la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Maria Papaleontiou, MD, assistant professor, Institute of Healthcare Policy and Innovation, University of Michigan, Ann Arbor; Minisha Sood, MD, endocrinologist, Lenox Hill Hospital, New York City; Endocrine Society, online meeting presentation, March 18, 2021