Ciertos antidepresivos parecen frenar a la COVID-19 grave

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LUNES, 15 de noviembre de 2021 (HealthDay News) -- Ciertos antidepresivos que se recetan con frecuencia parecen reducir de forma sustancial el riesgo de morir entre los pacientes con COVID-19 enfermos de gravedad, indica un nuevo estudio de gran tamaño.

Los inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina (ISRS) están entre los medicamentos que se medican con la mayor frecuencia para el tratamiento de la depresión. Incluyen a fármacos como Lexapro (escitalopram), Paxil (paroxetina) y Zoloft (sertralina).

"Vimos que los pacientes que tomaban ISRS tenían (en promedio) un 8 por ciento menos de probabilidades de morir de COVID-19 que los controles emparejados", señaló la autora del estudio, Marina Sirota, profesora asociada del Instituto de Ciencias Computacionales de la Salud Bakar de la Universidad de California, en San Francisco.

Incluso más alentadoras fueron las tasas de supervivencia más altas entre los que tomaban dos ISRS específicos: Prozac (fluoxetina) y Luvox (fluvoxamina). Los 481 pacientes que tomaban solo Prozac o Luvox (sin ningún otro antidepresivo) tuvieron entre un 26 y un 28 por ciento menos probabilidades de fallecer de COVID-19, encontró el equipo del estudio.

Se han atribuido más de 5 millones de muertes en todo el mundo al letal virus, así que el estudio ofrece buenas noticias, y un experto afirmó que Luvox, en particular es un "punto de inflexión masivo".

El hallazgo proviene de una revisión de las experiencias de más de 10,000 pacientes con COVID-19. Todos fueron tratados en uno de 87 centros de Estados Unidos entre enero y septiembre de 2020.

Todos también compartían unas circunstancias médicas y socioeconómicas similares antes del diagnóstico, pero hubo una diferencia esencial: alrededor de un tercio tomaban un ISRS.

En un informe publicado en la edición del 15 de noviembre de la revista JAMA Network Open, Sirota y sus colaboradores anotaron que alrededor de 500 pacientes (un 15 por ciento) de los que habían estado tomando un ISRS fallecieron de la COVID-19, en comparación con poco más de 1,100 (casi un 17 por ciento) de los que no estaban tomando un ISRS.

Y el efecto protector aparente de los ISRS aumentó de forma significativa cuando se enfocaron en Prozac y Luvox. Solo 48 de los 481 pacientes (un 10 por ciento) que tomaban Prozac o Luvox murieron.

Unos resultados alentadores similares sobre Luvox se reportaron hace poco en la revista The Lancet Global Health.

¿Qué sucede? Sirota dijo que es demasiado pronto para decirlo con certeza.

"Nuestro estudio", enfatizó, "solo muestra una asociación entre los ISRS y los resultados de la COVID-19, y no investiga el mecanismo de acción de por qué los fármacos podrían funcionar. Se deben realizar estudios adicionales para investigar esta pregunta, además de por qué algunos ISRS quizá sean más protectores que otros".

Del mismo modo, Sirota dijo que es prematuro recomendar el uso de los ISRS como tratamiento para la COVID-19. "Se deben llevar a cabo ensayos adicionales antes de que estos medicamentos se puedan utilizar en los pacientes en el futuro", advirtió.

Aun así, el Dr. Nicolas Hoertel, profesor asociado de psiquiatría de la Universidad de París y el Hospital Corentin-Celton, en Francia, ofreció varias teorías.

"En primer lugar, varios antidepresivos tienen propiedades antiinflamatorias conocidas que se dirigen de forma específica a los marcadores de inflamación que se observan en la COVID-19 grave", anotó Hoertel, autor de un editorial que se publicó junto al estudio en la revista JAMA Network Open.

Hoertel también apuntó a una investigación alemana reciente que identificó el impacto que los ISRS tienen en un tipo específico de grasa (lípido) celular, de la cual el virus de la COVID-19 depende para tener acceso a las células de los pacientes. Se encontró que los ISRS desencadenan una reducción en estos lípidos, y que Prozac y Luvox exhibían el impacto más potente en la reducción de los lípidos.

"Este mecanismo podría conducir a efectos tanto antivirales como antiinflamatorios, dependiendo de la dosis que se recete", anotó.

Esto podría ser una buena noticia para el esfuerzo global por frenar a la COVID-19, en particular en las regiones más pobres, donde las tasas de vacunación siguen siendo bajas y el acceso al tratamiento es limitado, planteó Hoertel.

"Varios ensayos clínicos publicados han mostrado que la fluvoxamina (Luvox) constituye una opción efectiva, segura, barata (4 dólares para un tratamiento de 10 días), fácil de usar y bien tolerada para la gestión de los pacientes con COVID-19 ambulatorios", anotó. Esto también podría ayudar a los hospitales a evitar unos tratamientos caros, y a veces riesgosos, indicó Hoertel.

Además, "podría constituir una potente arma adicional a las vacunas contra el virus", añadió, "y un masivo punto de inflexión para la salud pública, dada su amplia disponibilidad, su tolerabilidad conocida a largo plazo, y su bajo costo, si las autoridades de salud y políticas aprovechan esta oportunidad".

En cuanto al Prozac, Hoertel anotó que este "medicamento esencial" (según la designación de la Organización Mundial de la Salud) parece exhibir el poder más fuerte de reducción de lípidos de todos los ISRS, "y quizá el mayor efecto en este estudio". Pero advirtió que se necesitará más investigación para confirmar algún beneficio contra la COVID.

Más información

Para más información sobre los tratamientos contra la COVID-19, visite los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Marina Sirota, PhD, associate professor, Bakar Computational Health Sciences Institute, University of California, San Francisco; Nicolas Hoertel, MD, MPH, PhD, associate professor, psychiatry, Paris University and Corentin-Celton Hospital, Paris, France; JAMA Network Open, Nov. 15, 2021, online

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