El ataque de un caimán casi le costó el brazo a este padre y bombero

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A recovered Carsten Kieffer lifts 6-year-old daughter onto trampoline

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MIÉRCOLES, 23 de junio de 2021 (HealthDay News) -- Quizá no se lo crea, pero un bombero de Florida, Carsten Kieffer, tuvo una suerte increíble cuando un caimán de 12 pies (3.6 metros) saltó a su barca y mordió su brazo derecho.

Nadie lo pensaba, y mucho menos Kieffer: el animal fracturó los dos huesos principales de su brazo, y le arrancó un gran trozo en la parte trasera de su antebrazo de un mordisco. Tras el ataque, el brazo básicamente colgaba del músculo que quedó.

"Cuando llegué sabía que era probable que perdiera el brazo", recuerda. Los médicos que lo trataron inicialmente tenían dudas sobre su futuro.

Pero gracias al tipo de daño específico que el caimán le hizo en el brazo, y también a unos talentosos cirujanos y un duro trabajo de rehabilitación, Kieffer volvió al servicio activo en el Departamento de Bomberos de Tavares en abril, apenas ocho meses tras el ataque.

Tuvo la suerte de que el caimán lo atacara donde lo hizo, ya que dejó indemnes los nervios, los músculos y los tendones que eran esenciales para la recuperación, explicó el Dr. Karan Desai, el cirujano de manos y extremidades superiores que lo trató en el Centro Médico Regional de Orlando.

"Todavía me falta parte del proceso para volver a la aptitud física total, pero cada día mejora", aseguró Kieffer, que tiene 42 años y vive en Grand Island, Florida. "Hay días que ni me doy cuenta de mi discapacidad o mi lesión".

El incidente ocurrió en agosto de 2020, mientras Kieffer estaba cazando caimanes con unos amigos en el lago Jesup.

La Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida estima que el lago de 16,000 acres (65 kilómetros cuadrados), que está cerca de Sanford, Florida, contiene un estimado de 13,000 caimanes, según el Orlando Sentinel. Solo el inmenso lago Okeechobee contiene más caimanes en el estado.

Los hombres atraparon al reptil con un sedal de 12 pies, y luego lo hirieron con dos arpones para acercarlo al bote, dijo Kieffer.

Lamentablemente, estaban en agua poco profunda, lo que dio al caimán la ventaja para defenderse.

Un ataque súbito

"Pudo impulsarse en el fondo y lanzarse a la barca", dijo Kieffer. "Yo tenía agarradas dos cuerdas que estaban atadas a los arpones con que herimos al caimán para capturarlo. Estaba de pie en la barca, con las cuerdas, y vino y me mordió el brazo".

Los amigos de Kieffer actuaron con rapidez, y uno lo agarró por los pantalones mientras que el otro metió una vara de metal en la boca del caimán para intentar abrirla.

El caimán "sacudió la cabeza una vez y levantó mi cuerpo 6 u 8 pulgadas (de 15 a 20 centímetros) del bote. Fue cuando escuché cómo se rompía mi piel y los huesos se fracturaban", dijo Kieffer.

El caimán ganó el ataque. "Me soltó y volvió al agua", apuntó Kieffer. "Cortamos las cuerdas y fuimos a buscar ayuda".

Por coincidencia, este era el primer día de guardia de Desai como médico tratante del Centro Médico Regional de Orlando. Desai acababa de llegar de su entrenamiento en Nueva York, y estaba bastante seguro de que era una broma cuando otro médico lo llamó para que tratara a Kieffer.

"Uno de los residentes vino y me dijo que teníamos un paciente al que un caimán casi le había arrancado el brazo", señaló Desai. "Al principio pensé que era una broma porque era nuevo en Orlando Health, y pensé que se estaban metiendo conmigo por ser el nuevo. Pero entonces me enseñaron las radiografías y las fotografías".

Al principio, los médicos dieron a Kieffer pocas esperanzas de que su brazo pudiera salvarse, pero Desai, que fue entrenado en los principales centros de traumatología de Atlanta y Nueva York, no se apresuró con el veredicto. Quizá nunca hubiera visto una mordedura de caimán, pero había ayudado a tratar innumerables extremidades destruidas en accidentes de coche e industriales.

"No hago ningún juicio rápido en emergencias cuando atiendo a estos pacientes", comentó Desai. "Creo que todo paciente se merece un vistazo en el quirófano, para que lo duerman y hacer una observación de verdad minuciosa de todo antes de tomar ninguna decisión sobre cosas como las amputaciones".

La mordedura había arrancado casi todos los músculos de la parte trasera del antebrazo de Kieffer, y había roto ambos huesos. "El brazo en esencia colgaba del músculo que quedaba", dijo Desai.

A Desai le preocupaban tres cosas al principio, y la primera era el daño provocado en la extremidad por la pérdida de sangre. "Inicialmente hubo cierta preocupación porque la mano no recibía flujo sanguíneo y tenía un aspecto oscuro y negruzco", observó.

Pérdida de sangre, daño en los nervios e infección

Al cirujano también le preocupaba que la mordedura hubiera cercenado los nervios de la mano, lo que evitaría que Kieffer recuperara la función por completo.

Y, por último, también había un riesgo de infección.

"La boca de un caimán contiene grandes cantidades de bacterias, ya que está en un ambiente pantanoso", dijo Desai. "Muchas mordeduras de caimanes han llevado a amputaciones porque, independientemente de dónde ocurrieran, no se pudo eliminar la infección".

La suerte estaba del lado de Kieffer en cuanto al daño que sufrió. Muchos de los vasos sanguíneos fueron afectados pero se repararon con facilidad, apuntó Desai, y como la mordedura fue en la parte trasera del antebrazo, no cortó los dos nervios responsables de la mayor parte de la función manual de una persona.

Están ubicados en la parte superior del antebrazo, y estaban "magullados pero intactos", señaló Desai. "Tuvo muchísima suerte porque no estaban cortados. Si se quisiera elegir un lado para hacer el máximo de daño, se elegiría" el otro lado, añadió.

Para comenzar, Desai estabilizó los huesos, y fijó las fracturas con dos placas y 17 tornillos. Entonces, limpió de forma minuciosa el tejido dañado en el brazo, lavó la herida y eliminó "todo lo que no estaba vivo y parecía contaminado", dijo Desai.

El caimán había arrancado los músculos que hacen que los dedos y la muñeca se flexionen, pero la parte superior del antebrazo se había librado hasta el punto en que Desai pudo robar tendones de este lugar y pasarlos a la parte inferior del antebrazo.

"Los cambié a la parte trasera del brazo y los reconecté a los tendones de la parte trasera del brazo para hacer que los dedos y la muñeca pudieran subir", apuntó Desai.

Ocho meses después, vuelve a ser bombero

Según el cálculo de Desai, conllevó más de 20 horas de cirugía, e incluso entonces no era seguro que Kieffer recuperara gran parte de la función. Al final, Kieffer pasó 11 días en la unidad de cuidados intensivos, y perdió la cuenta de las cirugías.

"La meta de todo era que pudiera levantar un vaso de agua y beber", dijo Kieffer. "Era una buena meta".

Pero Kieffer deseaba volver a su trabajo como bombero, así que se dedicó en cuerpo y alma al trabajo de la rehabilitación. Las citas de rehabilitación eran tres veces por semana, pero hizo que su recuperación fuera un trabajo diario.

"Cada vez que me daban un nuevo ejercicio, iba a casa y compraba el equipo de ejercicio para poder hacerlo todos los días", aseguró Kieffer.

"Kieffer es uno de los pacientes más motivados que he tenido", aseguró Desai. "Dio un 150 por ciento en la rehabilitación, y en realidad comienza a sentir mucha fuerza".

La recuperación de Kieffer fue tan buena que Desai lo autorizó para el servicio activo en abril.

"Puedo levantar lo que quiera. Puedo hacer casi todo lo necesario", dijo Kieffer. "Lo único que no puedo hacer es flexionar mi muñeca hacia atrás del todo, pero lo lograré. Mejora cada vez más".

Sin embargo, hay una cosa que no volverá a hacer jamás.

Un grupo de cazadores de caimanes ha prometido rastrear al caimán que mordió a Kieffer. Pero él no irá con ellos al lago.

"Pensé que nunca podría volver a levantar a mi hija en brazos o jugar a la pelota con mi hijo, y son cosas que nunca más volveré a dar por sentado", enfatizó Kieffer. "Mis hijos quedaron bastante traumatizados cuando sucedió el ataque, y les prometí que no volveré a cazar caimanes".

Más información

La Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida ofrece más información sobre los caimanes.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Karan Desai, MD, hand and upper extremity surgeon, Orlando Regional Medical Center, Orlando, Fla.; Carsten Kieffer, 42, Grand Island, Fla.

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