JUEVES, 17 de octubre de 2019 (HealthDay News) -- Una cirugía compleja podría ayudar a las personas que sufren de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) que no responde a los tratamientos usuales, encuentra un estudio reciente.
En unos pacientes cuidadosamente seleccionados, la cirugía proveyó mucho más alivio que dos tipos distintos de tratamiento: la cirugía ofreció un alivio del 67 por ciento, en comparación con un 28 por ciento del tratamiento farmacológico "activo" y un 12 por ciento del tratamiento farmacológico de "control" (un placebo).
"La ERGE es un problema extremadamente común. Más o menos 1 de cada 5 personas tiene ERGE. El principal síntoma es la acidez. Unos medicamentos llamados inhibidores de la bomba de protones (IBP) son los mejores tratamientos que tenemos para la ERGE, pero hasta un 30 por ciento de las personas siguen teniendo síntomas mientras toman IBP", señaló el autor principal, el DR. Stuart Jon Spechler. Spechler es gastroenterólogo en el Centro Médico de la Universidad de Baylor, en Dallas.
En el grupo de personas que no mejoran con los IBP, muchas tienen lo que se conoce como acidez funcional. Eso significa que los médicos no pueden determinar una causa específica que provoque la acidez. La cirugía no los ayudaría, lamentó.
"Si alguien tiene acidez, se pensaba que se relaciona con el reflujo. La idea es que si arde, debe haber ácido en el esófago. Pero muchas cosas más pueden provocar la sensación de ardor", dijo Spechler.
Indicó que los pacientes no pueden saber si se trata de reflujo u otro tipo de acidez. Y si su acidez no se relaciona con el reflujo, la cirugía no ofrece alivio.
"Solo se debe operar al grupo que se beneficiará de la cirugía", explicó Spechler.
Entonces, en la primera parte del estudio, el equipo de Spechler tomó varias medidas para identificar cuáles pacientes serían buenos candidatos para la cirugía llamada funduplicatura.
La cirugía se realiza bajo anestesia general con un laparoscopio, que es un fino tubo con una minúscula cámara de video. El cirujano cose la parte superior del estómago que rodea al esófago. Esto añade presión para evitar que el esófago se abra y permita el reflujo, según el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de EE. UU.
"Es una operación mayor, pero arregla el problema con las tuberías y evita el reflujo de material", apuntó Spechler. "Tiene algunos efectos secundarios. La cirugía crea una válvula muy efectiva que podría provocar problemas para eructar o vomitar", porque la válvula ya no se abre en esa dirección.
El estudio incluyó a 366 pacientes remitidos por clínicas de Asuntos de Veteranos por una acidez que no respondía al tratamiento con IBP. Su edad promedio era de 48.5 años, y 280 eran hombres.
Todos recibieron 20 miligramos de omeprazol dos veces al día durante dos semanas. Si su acidez persistía, se programaron procedimientos para determinar la causa.
En total, 288 pacientes no pasaron a la fase de tratamiento del estudio. El tratamiento inicial alivió a algunos. Muchos no completaron todas las pruebas. Algunos tenían otros trastornos del esófago, o fueron excluidos por otros motivos.
Esto dejó a 78 pacientes que se seleccionaron al azar para recibir uno de tres tratamientos: cirugía; tratamiento activo con omeprazol y baclofeno, y quizá un tercer fármaco; o el tratamiento de control, que fue omeprazol más un placebo.
En el "subgrupo altamente seleccionado, la cirugía fue superior al tratamiento médico", escribieron los autores.
El Dr. Anthony Williams, jefe de gastroenterología en el Hospital Sinai-Grace del Centro Médico de Detroit, revisó los hallazgos, y apuntó que el grupo del estudio fue pequeño, pero que la investigación confirma lo que los gastroenterólogos están haciendo en la práctica.
"Fue una buena revisión que reitera que no debemos remitir a muchas personas a una cirugía", dijo, y añadió que en 30 años de práctica, solo ha remitido a unas pocas personas a una cirugía.
Cuando las personas eligen someterse a esta cirugía, es muy importante que encuentren a un cirujano que haya realizado el procedimiento muchas veces, señaló Williams.
"El éxito de esta cirugía de verdad depende del cirujano. Se necesita un cirujano que haga cientos de estas cirugías al año", aconsejó Wiliams.
Los hallazgos se publicaron en la edición del 16 de octubre de la revista New England Journal of Medicine.
Más información
Para más información sobre la ERGE, visite el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de EE. UU.
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