MARTES, 22 de octubre de 2019 (HealthDay News) -- El Prozac, un antidepresivo de uso común, no parece ayudar a reducir las conductas obsesivo compulsivas en los niños y adolescentes con autismo, sugiere una investigación reciente.
El estudio comparó al azar el uso del fármaco con un placebo durante 16 semanas. Al final, los investigadores no observaron beneficios clínicamente significativos con el fármaco.
"Encontramos pocas evidencias de la efectividad de la fluoxetina [Prozac]. Las evidencias no son suficientemente fuertes como para recomendarlo como tratamiento", comentó la autora del estudio, la Dra. Dinah Reddihough, pediatra en el Hospital Pediátrico Real de Victoria, en Australia.
Pero añadió que los investigadores no podían excluir la posibilidad de que el medicamento pudiera ayudar a algunos niños.
"A medida que comprendamos mejor los efectos del medicamento en niños individuales (la medicina personalizada) quizá sea posible determinar de una forma más precisa cuáles niños, si los hay, tienen probabilidades de beneficiarse del uso de estos fármacos", planteó Reddihough.
Los trastornos del espectro autista (TEA) incluyen a una variedad de afecciones que conducen a problemas con la comunicación, dificultades con las habilidades sociales y conductas repetitivas, según Autism Speaks.
Varias conductas restrictivas y repetitivas se asocian con el autismo. Esas conductas pueden variar de una persona a otra, señala Autism Speaks, pero pueden incluir movimientos corporales repetitivos (como balancearse y correr de un lado a otro), conductas rituales (alinear los objetos, tocar las cosas de forma repetitiva en un orden fijo), una necesidad de una rutina que no cambie, y un interés extremo en ciertos temas.
Esas conductas pueden interferir en la vida cotidiana. Se recetan medicamentos a más de la mitad de los niños con un trastorno del espectro autista, y más o menos un tercio toman un antidepresivo, dijeron los investigadores australianos.
Pero esos medicamentos se utilizan a pesar de que no hay evidencias suficientes que muestren que funcionan para las conductas obsesivo compulsivas en el autismo, anotaron los investigadores.
El estudio más reciente reclutó a 150 niños y adolescentes con autismo. Solo 109 completaron el estudio. Un 85 por ciento eran chicos. La edad promedio era de 11 años.
La mitad del grupo recibió fluoxetina (entre 4 y 30 miligramos al día) durante cuatro meses. La otra mitad recibió un placebo a diario durante cuatro meses. La fluoxetina es un tipo de inhibidor selectivo de recaptación de la serotonina, una clase de antidepresivos conocido comúnmente como ISRS.
Aunque al principio parecía que el medicamento podía ayudar a reducir las conductas obsesivo compulsivas, cuando los investigadores incluyeron la alta tasa de abandono del ensayo, concluyeron que es probable que el fármaco no hiciera ninguna diferencia significativa.
"Los profesionales clínicos y las familias deben tener cuidado con el uso de estos medicamentos", aconsejó Reddihough.
El Dr. Andrew Adesman es jefe de pediatría del desarrollo y conductual en el Centro Médico Pediátrico Cohen, en New Hyde Park Nueva York. "Debemos comprender mejor por qué una gran cantidad de niños con TEA son tratados con ISRS a pesar de las crecientes evidencias que sugieren que esos medicamentos quizá no sean nada efectivos", dijo tras revisar los hallazgos.
"Ahora que tenemos un estudio adicional controlado con placebo que no logró encontrar un beneficio del tratamiento con ISRS, los profesionales clínicos quizá deban replantearse el uso de los ISRS en los niños con [autismo]", señaló.
Pero Adesman añadió que si los niños ya toman un ISRS, los padres no deben dejar de usar el fármaco de repente. La dosis de esos medicamentos por lo general se reduce lentamente para prevenir los efectos secundarios de parar rápido. Además, los padres deben hablar con el médico de su hijo sobre si parece o no que el medicamento ofrece algún beneficio a un niño en particular.
El estudio aparece en la edición del 22 de octubre de la revista Journal of the American Medical Association.
Más información
Para más información sobre el autismo, visite el Instituto Nacional de la Salud Mental de EE. UU.
© Derechos de autor 2019, HealthDay