Se encuentra clave de cómo se sostienen los embriones

Descubrimiento de proteína pudiera conducir a terapia para la infertilidad y la preeclampsia

Jueves, 16 de enero (HealthDayNews) -- Científicos han descubierto cómo un nuevo embrión se une al útero de la madre, un primer paso crucial cuando se trata de hacer un bebé.

Una falla en implantar el embrión o unirlo al útero, es responsable de aproximadamente tres cuartas partes de los abortos, indicaron los autores del estudio. Hasta ahora, los investigadores no sabían cómo se desarrollaba el proceso y por lo tanto estaban imposibilitados de intervenir.

Los nuevos hallazgos, que aparecen en la edición del 17 de enero de "Science", se espera que abran caminos para nuevos métodos de diagnóstico, tratamiento de infertilidad y pérdida de embarazos tempranos.

"Se podría visualizar una prueba para una pareja cuya infertilidad no se explica, por lo que quizás la causa de infertilidad sería clarificada", indicó el doctor Richard Grazi, director de Medicina Reproductiva y Fertilidad Génesis, el programa de fertilización in vitro en el Centro Médico de Maimonides en Brooklyn, N.Y. "En aproximadamente 20 por ciento de las parejas se desconoce la causa de su infertilidad. Esto no significa que no existe una razón. Sólo que todavía no sabemos cuál es ésta".

Normalmente, el espermatozoide fertiliza al óvulo al final del tubo uterino, explicó Susan Fisher, autora titular del estudio y bióloga del desarrollo en la Universidad de California, San Francisco. El embrión en desarrollo entonces transita por el tubo y entre en la cavidad uterina. Con el fin de que el embrión se sostenga con éxito en el útero, tanto éste como el revestimiento uterino debe estar listo; y la variedad de oportunidades de muy escasa. "Todo depende del cronometraje", indicó Fisher.

¿Qué permite entonces, que se lleve a cabo con éxito el proceso de adherirse?

Fisher y su colegas han descubierto un tipo de baile de apareamiento intrincado que parece ocurrir entre el embrión y la pared uterina.

Los embriones humanos están cubiertos con proteínas llamadas selectinas, que atraen los carbohidratos. Todos los meses luego de la ovulación, el revestimiento del útero libera carbohidratos, que son atraídos a una proteína llamada selectina L en las paredes externas del embrión.

Esta atracción mutua causa que la selectina L del embrión se enlace de forma concisa con los carbohidratos de la pared uterina, se separe y luego de una de nuevo, desacelerando el índice de progreso del embrión en el útero. Eventualmente, el embrión descansa de nuevo contra la pared del útero y entra en la corriente sanguínea de la madre para formar la placenta. Se puede comparar con un avión que aterriza en la pista: los neumáticos tocan el suelo varias veces antes de hacer la parada final.

"No es sorpredente que exista comunicación entre el embrión implantado y la superficie endometrial, y sabemos que hay un tipo de señales que se involucra con el proceso de implantación", indicó Grazi. "Lo que es emocionante es que hemos podido identificar una sustancia molecular específica involucrada que puede a) ser examinada y b) posiblemente en el futuro podrá ser controlar".

Un principio similar está en función en el sistema de sangre del cuerpo: El mecanismo de adherencia permite que los leucocitos (glóbulos blancos, que combaten la infección) se reduzcan y se detenga antes de salir de la corriente sanguínea destinada al tejido inflamado.

En adición a arrojar luz a los mecanismos involucrados en el parto y la infertilidad, esta investigación podría ayudarnos a entender al preeclampsia, una forma potencialmente fatal de hipertensión arterial que ocurren en el 10 por ciento de los embarazos. De acuerdo con los autores del estudio, en la preeclampsia, la placenta no se une completamente a la pared uterina, privando al feto de oxígeno y poniendo en peligro la vida de la madre. Este proceso puede también involucrar la misma interacción de los carbohidratos y las proteínas.

"Ciertamente, una vez descifremos qué controla la secreción de estos carbohidratos posiblemente se puedan controlar, pero obviamente sólo es parte de la información", indicó Grazi. "Existen otros tipos de presuntas moléculas de implantación que se ven involucradas aquí, de manera que ésta puede ser sólo una".

Cualquier cantidad de cosas podría afectar la capacidad del embrión de unirse al útero. Las mujeres con enfermedades de transmisión sexual, por ejemplo, tienen un índice más bajo de poder embarazarse, indicó Fisher. Ahora sabemos que la infección causa que la selectina L se derrame, lo que significa que carece de la capacidad de conectarse con el revestimiento uterino. "Puedes imaginar que de tener alguna enfermedad desde clamidia a gonorrea ello conllevaría a imposibilitar esta parte de la implantación", sostuvo.

El próximo foco de investigación sería qué sucede en el "flujo" de la selectina L o las proteínas en el embrión. Cuando la selectina L se une con los carbohidratos en el sistema inmunitario, esto impulsa un conjunto de señales que permiten que los leucocitos se detengan y adhieran a un vaso sanguíneo, entonces dejan la arteria del tejido inflamado, cuando sea necesario. Fisher desea probar que los mismo está sucediendo en el proceso de la unión del embrión.

"Esto significa que si podemos dar al embrión o a una célula en la placenta estas señales de manera artificial, podríamos superar un obstáculo mayor de la implantación y provocar eventos posteriores", argumentó Fisher.

La Universidad de California en San Francisco ha solicitado una patente para usar la selectina L para ayudar a determinar si una mujer es infértil y para determinar la causa exacta.

Más información

Para más sobre la infertilidad, visita la Asociación Nacional de Infertilidad, o el Concilio Internacional sobre Distribución de la Información de Infertilidad.

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