No se observan beneficios con el retraso de las vacunaciones infantiles

Algunos padres se preocupan de que a los bebés se les da "demasiado, demasiado pronto", pero un estudio no encuentra impacto sobre la salud neurológica
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LUNES, 24 de mayo (HealthDay News/DrTango) -- Algunos padres estadounidenses eligen esperar un mayor intervalo y retrasar las vacunas recomendadas porque les preocupa que sus bebés reciban demasiadas vacunas, demasiado pronto, lo que potencialmente contribuiría a problemas de salud mental posteriores.

El tema ha sido persistente sobre todo respecto al autismo, que algunos creen que se relaciona con las vacunas, aunque varios estudios han descartado dicha relación.

Sin embargo, un estudio que aparece en la edición en línea del 24 de mayo de la revista Pediatrics no encontró ningún beneficio neurológico en el retraso de las vacunas durante el primer año de vida.

Investigadores de la Universidad de Louisville analizaron los expedientes de salud de más de mil niños. Luego de comparar el rendimiento de los niños en 42 pruebas neuropsicológicas entre los siete y los diez años de edad con la puntualidad de las vacunas durante el primer año de vida, los investigadores no encontraron evidencia de que retrasar las vacunas concediera a los niños alguna ventaja en el desarrollo cerebral.

"Nuestro estudio muestra que el retraso de las vacunas sólo conlleva una desventaja, una mayor susceptibilidad a enfermedades infecciosas potencialmente mortales", advirtió el Dr. Michael J. Smith, investigador principal y especialista en enfermedades pediátricas infecciosas de la Facultad de medicina de la Universidad de Louisville. "Esperamos que estos hallazgos animen a más padres a seguir la programación de vacunación de la Academia Estadounidense de Pediatría y que les haga sentir que, al hacerlo, están tomando una decisión segura".

Smith aseguró que el estudio es el primero en evaluar los impactos neuropsicológicos a largo plazo de las diversas vacunas recibidas durante los primeros siete meses de vida. En los últimos años, cada vez más padres piden a sus pediatras una programación alternativa de vacunas, "pero encontramos que en realidad nadie había investigado si el retraso en la vacunación otorgaba alguna ventaja", comentó.

Mediante el uso de registros disponibles al público recolectados para un estudio anterior sobre la exposición al timerosal, un conservante de las vacunas, Smith y su coautor, el Dr. Charles Woods, revisaron los registros de vacunación de 1,047 niños nacidos entre 1993 y 1997, además de su rendimiento en 42 pruebas neuropsicológicas profundas que tomaron entre 2003 y 2004. Se clasificó a los niños como que estaban al día si habían recibido al menos dos dosis contra la hepatitis B, tres vacunas contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP), tres dosis contra la Haemophilus influenzae tipo B (Hib), dos vacunas contra el polio en los primeros siete meses de vida. Se consideraba que la vacunación había sido puntual si se había administrado en un plazo de treinta días de la edad recomendada.

Las pruebas del desarrollo incluyeron evaluaciones del habla y el lenguaje, coordinación motriz fina, regulación conductual, funcionamiento intelectual general y otras capacidades.

Se realizaron dos análisis distintos. En el primero, los niños que recibieron las vacunas a tiempo se compararon con todos los niños del estudio que habían recibido una o más dosis con retraso. En otro análisis, los niños que recibieron el número máximo de vacunas en los primeros siete meses de vida fueron comparados con los que menos vacunas habían recibido del grupo estudiado.

Los investigadores no encontraron evidencia alguna en ninguno de los dos análisis que sugiriera que las muchas vacunas del primer año de vida afecten las capacidades cognitivas del niño de forma negativa más adelante. De hecho, el primer análisis reveló que los niños que habían recibido todas sus vacunas a tiempo rendían ligeramente mejor en dos de las 42 pruebas, luego de ajustar por factores familiares y socioeconómicos. Los niños que no recibieron, o que tuvieron retraso en, una o más dosis de vacuna no rindieron más en ninguna prueba.

El Dr. Gary L. Freed, experto en vacunas y director de la Unidad de evaluación e investigación de la salud infantil del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan, dijo que los hallazgos no le sorprendían, dado que "nunca ha habido ninguna evidencia en lo absoluto de que retrasar las vacunas sea bueno para un niño". Y el motivo de que los niños reciban tantas vacunas a una edad tan tierna es que "se trata de la edad en que es más probable que las enfermedades potencialmente letales contra las que protegen les ataquen", advirtió.

Los investigadores apuntaron que los recién nacidos reciben ahora dos vacunas adicionales, y una que ha sido reformulada, de manera que se necesitan más estudios para confirmar las implicaciones de este estudio para nuevas generaciones de bebés. Sin embargo, también anotaron que los sistemas inmunitarios de los bebés en realidad se exponen ahora a menos antígenos de vacunas que en el periodo cubierto por este estudio, así que es probable que los hallazgos sean similares.

Más información

Si desea más información sobre la programación recomendada para las vacunas infantiles de 2010, visite los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE. UU.


Artículo por HealthDay, traducido por DrTango

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