Muchos jóvenes con autismo pueden conducir de forma segura, según un estudio

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MARTES, 19 de junio de 2018 (HealthDay News) -- Permitir que cualquier adolescente conduzca un coche pone nervioso a los padres, pero si el adolescente en cuestión tiene autismo, quizá se pregunten si conducir incluso es posible.

Un nuevo estudio ofrece algo de consuelo, porque encontró que los jóvenes con autismo que no tienen una discapacidad intelectual probablemente sean capaces de conducir un coche de forma segura, aunque tal vez necesiten practicar más antes de obtener su licencia.

El pequeño estudio halló que los jóvenes con autismo tenían más problemas para mantener la velocidad y permanecer en su carril en simuladores de conducción que sus pares sin autismo. Pero en un pequeño subconjunto de conductores que ya tenían licencia, los investigadores no observaron diferencias significativas en la conducción entre el grupo con autismo y el grupo sin autismo.

"En la comunidad de los TEA [trastornos del espectro autista], hay mucha renuencia respecto a la conducción, y los padres podrían dar por sentado que los adolescentes tendrán problemas para conducir", señaló la autora del estudio, Kristina Patrick, que era estudiante doctoral en la Universidad de Drexel, en Filadelfia, cuando se realizó el estudio.

"La conducción es una tarea compleja, y tal vez a las personas con autismo les vaya mejor con un aprendizaje gradual. No intentamos decir que las personas con TEA no puedan conducir, pero quizá para ellos sea más difícil al principio", explicó. Patrick es ahora neuropsicóloga pediátrica en el Hospital Pediátrico Nacional de Columbus, Ohio.

Thomas Frazier, director de ciencia de Autism Speaks, concurrió con Patrick.

"Los individuos cognitivamente aptos con un trastorno del espectro autista quizá puedan aprender a conducir al mismo nivel que otros conductores con licencia, pero tal vez necesiten una práctica gradual para aprender las habilidades", planteó.

El autismo es una afección del neurodesarrollo que provoca una variedad de síntomas, como problemas con las habilidades sociales, las conductas repetitivas, el habla y la comunicación no verbal, según Autism Speaks.

Los investigadores estimaron que solo más o menos un 33 por ciento de los adolescentes con autismo tienen una licencia de conducir, frente a un 84 por ciento de los adolescentes sin autismo.

En el estudio participaron 100 jóvenes de 16 a 26 años de edad. La mitad tenía autismo, y la otra mitad no. Los grupos eran similares respecto a la edad, el sexo, el estatus de la licencia de conducir y el coeficiente intelectual (CI).

Todos los participantes se sometieron a una evaluación estructurada de la conducción en un simulador de conducción de realidad virtual.

Patrick dijo que las situaciones de conducción simulada se hicieron cada vez más difíciles. Primero, los participantes solo conducían por una carretera rural, y luego los investigadores añadieron distintos desafíos, como participar en una conversación mientras conducían, conducir detrás de un camión, o cambiar de velocidad.

Los investigadores midieron las habilidades básicas de conducción, como poder mantener una velocidad constante y permanecer en un solo carril.

Ambos grupos pudieron cumplir bien con los límites de velocidad. Pero los conductores con autismo mostraron una mayor variabilidad en la velocidad y la posición en el carril, sobre todo a medida que la complejidad de las tareas de conducción aumentaba.

Esas diferencias desaparecieron cuando los investigadores observaron solo a los que tenían licencias de conducir. Pero Patrick anotó que ese grupo fue muy pequeño: apenas siete de los que tenían autismo y siete de los que no tenían autismo tenían una licencia de conducir.

"El estudio apunta al hecho de que los autistas podrían tener una mayor dificultad para adquirir las habilidades de conducción al principio, y que quizá necesiten una práctica más gradual o más larga para adquirir las habilidades de conducción, pero que una vez tienen experiencia y han practicado mucho, parecen ser capaces de aproximarse a las habilidades de conducción de los individuos neurotípicos", dijo Frazier.

Un punto fuerte que las personas con autismo podrían aportar a la conducción es que tienden a "seguir las normas", según Patrick. "Los padres han reportado que los jóvenes con autismo cumplen los límites de velocidad y siguen las normas en la carretera más que sus hermanos", anotó.

Pero esa tendencia también puede ser un problema al conducir, porque los autistas podrían ser más propensos a dar por sentado que otros conductores también obedecerán las normas, y no anticiparían que alguien podría no parar en una señal de stop, por ejemplo, añadió Patrick.

El estudio aparece en una edición reciente de la revista Journal of Developmental and Behavioral Pediatrics.

Más información

Para más información sobre el autismo y la conducción, visite Autism Speaks.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2018, HealthDay

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