MIÉRCOLES, 30 de diciembre de 2015 (HealthDay News) -- Los medicamentos estimulantes, como los que se utilizan para tratar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), podrían aumentar el riesgo de efectos secundarios psicóticos en los pacientes jóvenes cuando uno de sus padres tiene antecedentes de una enfermedad mental grave, sugiere una investigación reciente.
El estudio incluyó a 141 niños y adultos jóvenes de 6 a 21 años de edad. Casi dos terceras partes de aquellos a quienes se recetaron fármacos estimulantes tuvieron un efecto secundario psicótico. Esos efectos secundarios incluían alucinaciones, delirios, escuchar voces y/o problemas perceptuales, dijeron los investigadores.
En comparación, los efectos psicóticos surgieron en poco más de una cuarta parte de aquellos que no habían tomado un medicamento estimulante, mostró el estudio.
"Estos medicamentos pueden ser extremadamente útiles, incluso en niños con antecedentes familiares de enfermedad mental", apuntó el autor líder del estudio, el Dr. Rudolf Uher. Uher es profesor asociado y titular de la cátedra de investigación Canadá en intervención temprana del departamento de psiquiatría de la Universidad de Dalhousie en Halifax, Nueva Escocia.
"Esto no quiere decir para nada que debamos dejar de usar estimulantes", añadió.
Uher enfatizó que hace mucho que los médicos saben que estos fármacos pueden provocar alucinaciones y otros síntomas psicóticos. "[Pero] lo sorprendente es la cantidad. Nadie sospechaba que estos efectos secundarios pudieran ser tan comunes", comentó.
"Lo que esto significa es que los médicos deben preguntar a los niños sobre las experiencias inusuales. No dicen nada si no les preguntan", explicó Uher. "Y entonces, hay que tomar decisiones sobre el equilibrio entre el riesgo y el beneficio".
Los autores del estudio dijeron que el diseño de la investigación no les permitió probar una relación causal, sino solo hallar una asociación entre los medicamentos estimulantes y los síntomas psicóticos.
Los hallazgos del estudio aparecen en línea el 30 de diciembre y en la edición impresa de enero de la revista Pediatrics.
El TDAH afecta a entre un 5 y un 10 por ciento de los niños en edad escolar de Estados Unidos. Los estimulantes se consideran el tratamiento de primera línea para la afección, según los autores del estudio.
Todos los niños y padres de la investigación actual eran de Nueva Escocia.
Los padres y los niños se sometieron a pruebas de salud mental dirigidas por psiquiatras. Se confirmó si a los niños les habían recetado medicamentos estimulantes mediante entrevistas y los expedientes farmacéuticos.
Al menos uno de los padres de todos los niños tenía antecedentes de trastorno depresivo mayor, trastorno bipolar o esquizofrenia. Casi una cuarta parte de los niños fueron diagnosticados con TDAH, según el informe.
Alrededor del 17 por ciento de los niños (entre ellos la mitad de los que tenían un diagnóstico de TDAH) recibieron recetas de medicamentos estimulantes, como Ritalin (metilfenidato), Vyvanse (lisdexanfetamina), o Dexedrine (dextroanfetamina). Se sabe que esos medicamentos limitan la hiperactividad, la falta de atención y la impulsividad asociadas con el TDAH, dijeron los investigadores.
También se entrevistó a los niños para evaluar cualquier "sentimiento raro" asociado con los medicamentos que pudiera representar una experiencia psicótica.
Al final, se encontró que la frecuencia con que los estimulantes se asociaban con eventos psicóticos era mucho más alta de lo que investigaciones anteriores habían indicado.
El hallazgo llevó a los investigadores a sugerir que el riesgo de efectos secundarios psicóticos no debe seguir considerándose raro en esos niños. Aconsejaron a los médicos vigilar cuidadosamente a los niños y adolescentes que tomen medicamentos estimulantes.
Erin Schoenfelder, profesora asistente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en Seattle, se mostró de acuerdo en que "para los médicos es útil ser conscientes del aumento en el riesgo de ciertos niños".
Pero, dijo, se necesita más investigación, dado que el nuevo estudio no distinguió entre los niños con una enfermedad mental leve o grave. "Eso significa que no podemos descartar que los niños con una enfermedad mental grave no tuvieran un riesgo inherentemente más alto de esos efectos secundarios, porque los que tenían dificultades más leves quizá hayan sido menos propensos a que se les recetaran fármacos en primer lugar", planteó Schoenfelder.
El Dr. Andrew Adesman, jefe de pediatría del desarrollo y conductual del Centro Médico Cohen en New Hyde Park, Nueva York, dijo que su experiencia clínica sugiere que los hallazgos del estudio tienen sentido.
"Parece que los síntomas psicóticos relacionados con los estimulantes asociados con el tratamiento estimulante son más comunes, más complejos y más abarcadores en los hijos de padres con trastornos del estado de ánimo, en comparación con los niños cuyos padres no tienen una enfermedad mental activa", comentó.
"Los pediatras que atienden a niños que tienen uno o ambos padres con enfermedad mental deben estar atentos al desarrollo de síntomas psicóticos en esos niños", aconsejó Adesman, "sobre todo si se les están recetando medicamentos estimulantes".
Más información
Para más información sobre el TDAH, visite el Instituto Nacional de la Salud Mental de EE. UU.
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