LUNES, 21 de agosto de 2023 (HealthDay News) -- Se estima que 26 millones de estadounidenses de a partir de 50 años viven solos, y los investigadores calculan que más de 4 millones tienen demencia o deterioro cognitivo.
Esto significa que un número más alto de estadounidenses mayores tienen un riesgo de confundir medicamentos, conducir de forma peligrosa, deambular y faltar a importantes citas médicas. Y un nuevo estudio advierte que el sistema de atención de la salud de EE. UU. está mal equipado para abordar las necesidades de esta población.
"Nuestro estudio es significativo porque proveyó, por primera vez, fuertes evidencias de que es mucho más difícil atender a los pacientes con demencia que viven solos", comentó la autora principal, Elena Portacolone, profesora asociada del Instituto de Salud y Envejecimiento de la Universidad de California, en San Francisco. "Como resultado, en Estados Unidos, los pacientes con demencia que viven solos quizá no reciban la mejor atención posible".
En el estudio, su equipo entrevistó a 76 proveedores de atención de la salud en California, Michigan y Texas. Abarcaron desde médicos hasta asistentes de cuidados en el hogar.
Los proveedores plantearon preocupaciones sobre los pacientes con discapacidades mentales que viven solos, y anotaron que estaban aislados, carecían de defensores, tenían unos historiales médicos incompletos, requerían intervenciones difíciles, y tenían necesidades insatisfechas. Muchos no tenían un contacto de emergencia conocido, y a veces los profesionales médicos los ignoraban hasta que ocurriera un episodio grave. Era más probable que los que vivían solos fueran mujeres, más pobres y que no tuvieran pareja.
Estos factores aumentaron su riesgo de afecciones médicas sin tratar, autonegligencia, desnutrición y caídas, advirtió el estudio.
Kate Wilber, presidenta de la Facultad de Gerontología Leonard Davis de la USC, en Los Ángeles, revisó los hallazgos.
"Los amigos y los familiares proveen más de un 80 por ciento de los servicios y el respaldo a largo plazo para las personas, y si alguien no tiene amigos y familia, ya sea que viva con él o ella o en la comunidad, necesita atención, sobre todo si es alguien que vive con demencia a medida que la enfermedad progresa", planteó.
"Uno de los motivos por los cuales las personas evitan la atención, evitan que los proveedores los visiten, es que no quieren que les quiten la libertad, y hay mucho miedo a los hogares de ancianos", explicó Wilber.
Añadió que este es un resultado probable si alguien de alto riesgo vive solo.
El costo también es un factor. El estudio estimó que apenas un 21 por ciento de los adultos con deterioro cognitivo que viven solos tienen cobertura de Medicaid, lo que deja a la mayoría de estos adultos inelegibles para los servicios subsidiados, por ejemplo los asistentes de cuidados en el hogar. Además, los asistentes en general se proveen solo durante un tiempo limitado, después de un episodio médico grave, anotó el estudio.
"El gobierno de Estados Unidos gasta millones y millones de dólares en investigaciones para retrasar o tratar la demencia", comentó Portacolone. "Dadas las necesidades de los adultos mayores que viven solos con demencia, sería inteligente dedicar recursos a programas que respalden a los adultos mayores que viven solos con demencia, y también a los profesionales que hacen todo lo posible por atender a esta población".
Por otra parte, países como Alemania y Países Bajos asignan fondos gubernamentales al cuidado a largo plazo de las personas mayores.
En Estados Unidos, hay algunos programas altamente innovadores, pero son pocos e infrecuentes, lamentó Wilber.
"Por ejemplo, la ciudad de Los Ángeles pidió a los lectores de contadores y a las personas que entregan el correo que prestaran atención: ¿Hay alguien a quien parece estarle sucediendo algo que pudiera ser problemático?", comentó Wilber. "Pero también se trata de cómo se implica a la comunidad, los vecinos, los amigos, las personas que pasan por una casa cada día".
Afirmó que es importante tomar en cuenta la autonomía de cada individuo.
"Pienso que el resto de nosotros pensamos que una persona es mayor y frágil, y tiene afecciones de la salud, y por supuesto que querría que fuéramos a ayudarla, ¿pero qué querríamos para nosotros mismos?", preguntó Wilber. "Y pienso que es un tema importante, la forma en que lo abordamos".
El estudio se publicó en la edición del 18 de agosto de la revista JAMA Network Open.
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Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Kathleen Wilber, PhD, professor and chair, gerontology, USC Leonard Davis School of Gerontology, Los Angeles; Elena Portacolone, PhD, MBA, MPH, associate professor, Institute for Health & Aging, University of California, San Francisco; JAMA Network Open, Aug. 18, 2023