MIÉRCOLES 23 de enero (HealthDay News/Dr. Tango) -- Las terapias que atacan directamente los coágulos sanguíneos en el cerebro podrían beneficiar a los pacientes de accidente cerebrovascular isquémico que no responden al tratamiento estándar con anticoagulantes.
Es lo que afirma un estudio estadounidense que fue presentado el martes en el XX Simposio internacional anual sobre terapia endovascular en Hollywood, Florida.
Los accidentes cerebrales isquémicos, que representan cerca del 83 por ciento de los accidentes cerebrovasculares, ocurren cuando un pequeño coágulo obstruye una arteria en el cerebro e interrumpe el flujo sanguíneo, de acuerdo con la American Stroke Association. Si no se destruye el coágulo ni se restaura el flujo sanguíneo, el paciente podría sufrir un daño cerebral permanente o morir.
"Con frecuencia, a los pacientes que no mejoran con la terapia intravenosa (IV) estándar para el accidente cerebrovascular no se les da la oportunidad de hacerlo con una terapia intraarterial (IA) más avanzada, porque se cree que no funcionaría si la terapia IV no ha dado resultado, y a la posibilidad de que aumente el riesgo de hemorragia cerebral", dijo en una declaración preparada el Dr. Christopher Zylak, autor del estudio y director de radiología neurointervencionista del Centro médico Sacred Heart de Spokane, Washington. "Nuestros datos sugieren que la terapia IA puede ser de mucho éxito aún cuando no haya funcionado la terapia IV, además el riesgo de hemorragia no difiere entre ambas terapias".
En la terapia IV, se administran medicamentos anticoagulantes a través de un dispositivo intravenoso en el brazo del paciente. El tratamiento IV debe iniciarse dentro de las tres horas siguientes al accidente cerebrovascular, lo que significa que los pacientes deben llegar al hospital ante los primeros síntomas de esta afección.
La terapia IA consiste en la introducción de un catéter mediante una pequeña incisión en la ingle y el desplazamiento de dicho catéter a lo largo de una arteria hasta llegar al lugar de la obstrucción en el cerebro del paciente. Esto permite la administración directa de los fármacos anticoagulantes en el área afectada. Los médicos pueden usar también el catéter para introducir un dispositivo minúsculo similar a un sacacorchos para extraer el coágulo.
En este estudio, los investigadores compararon a 80 pacientes que recibieron terapia IV con 43 pacientes que recibieron la terapia IA en el Sacred Heart entre 2004 y 2007. Algunos de los pacientes que recibieron a la terapia IA no habían respondido a la terapia IV.
Los índices de éxito de la terapia IA (definidas como la desobstrucción del vaso sanguíneo afectado) fueron de 85.7 por ciento en 2006 y de 83.3 por ciento en 2007. Las tasas de mortalidad entre los pacientes que recibieron la terapia IA fueron de 30.8 por ciento en 2006 y de 27.8 por ciento en 2007. Esto equivale a la mitad del 50 al 80 por ciento de las tasas de mortalidad publicadas en los "resultados de la historia natural" de los accidentes cerebrovasculares de vasos sanguíneos grandes.
"Sin lugar a dudas, definitivamente fuimos capaces de ayudar a los pacientes que no habían tenido éxito con la terapia IV al suministrarles terapia IA", dijo Zylak. "En el futuro, para los coágulos de vasos sanguíneos grandes, la terapia IA podría ser la mejor terapia directa, sin recurrir a la terapia IV".
Anotó que muchas víctimas de accidentes cerebrovasculares no reciben ningún tipo de tratamiento porque no reconocen las señales (como problemas de visión y del habla, parálisis y dificultades de memoria), por lo que no buscan atención médica. Mientras más pronto se trate un accidente cerebrovascular, más probabilidades tiene el tratamiento de ser exitoso.
"En general, no estamos tratando suficientemente al accidente cerebrovascular. Hay muchos pacientes que podrían beneficiarse del tratamiento del accidente cerebrovascular que no lo están recibiendo por diversas razones", apuntó Zylak. "Las terapias de tratamiento de hoy están logrando resultados dramáticos. Si un centro médico no ofrece la terapia IA más avanzada, el paciente puede ser trasladado por helicóptero a un centro que lleve a cabo la terapia, incluso si la terapia IV no ha sido exitosa".
El accidente cerebrovascular es la tercera causa de muerte en los Estados Unidos, pues acaba con la vida de más de 160,000 personas al año, de acuerdo con la National Stroke Association. Alrededor de 750,000 personas sufren un accidente cerebrovascular cada año.
Más información
La Facultad de medicina de la Universidad de Washington tiene más información sobre el accidente cerebrovascular isquémico.
