Los viajes espaciales pueden no ser saludables para el músculo cardíaco

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Puntos clave

  • Los viajes espaciales a largo plazo podrían ser malos para el corazón de los astronautas

  • Las muestras de tejido cardíaco guardadas en la Estación Espacial Internacional se debilitaron

  • Las muestras también mostraron evidencia genética relacionada con enfermedad cardíaca

MIÉRCOLES, 25 de septiembre de 2024 (HealthDay News) -- Los viajes espaciales a largo plazo a Marte podrían ser malos para el corazón de los astronautas, muestra un nuevo estudio de gravedad cero.

Después de un mes en la Estación Espacial Internacional, un conjunto de 48 muestras de tejido cardíaco humano de bioingeniería latía aproximadamente la mitad de fuerte que tejidos similares que permanecieron en la Tierra.

Los tejidos también se debilitaron y comenzaron a mostrar evidencias genéticas de inflamación y daño oxidativo que son características distintivas de la enfermedad cardiaca, reportaron los investigadores en la edición del 23 de septiembre de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

"Muchos de estos marcadores de daño oxidativo e inflamación se demuestran de forma consistente en los controles posteriores al vuelo de los astronautas", añadió el investigador Devin Mair, becario postdoctoral de Johns Hopkins Medicine, en Baltimore.

Estudios anteriores han mostrado que algunos astronautas regresan a la Tierra con una función reducida del músculo cardiaco y latidos cardiacos irregulares, apuntaron los investigadores. Algunos de estos efectos, pero no todos, se disipan con el tiempo después de su regreso.

Las misiones a Marte podrían significar hasta dos años en el espacio, por lo que es crucial que los médicos comprendan mejor los efectos de la ingravidez en la función cardiaca, dijeron los investigadores.

Para el estudio, los investigadores utilizaron células madre para crear un conjunto de células del músculo cardíaco, llamadas cardiomiocitos.

Luego, el equipo colocó los tejidos del músculo cardíaco en un chip que une los tejidos entre dos postes, para recopilar datos sobre cómo laten los tejidos. Las cámaras resultantes eran aproximadamente la mitad del tamaño de un teléfono celular.

"Una cantidad increíble de tecnología de vanguardia en las áreas de ingeniería de células madre y tejidos, biosensores y bioelectrónica, y microfabricación se utilizó para garantizar la viabilidad de estos tejidos en el espacio", dijo el líder del proyecto, Deok-Ho Kim, profesor de ingeniería biomédica y medicina en Johns Hopkins Medicine.

Una misión de SpaceX llevó los tejidos del corazón al espacio en marzo de 2020. Una vez que llegaron a salvo a la estación espacial, los científicos recibieron datos en tiempo real durante 10 segundos cada media hora sobre la fuerza de contracción de las células y los patrones de batido.

La astronauta Jessica Meir cambiaba los nutrientes líquidos que rodeaban los tejidos una vez a la semana y preservaba los tejidos para su posterior análisis genético y de imagen.

Cuando las cámaras de tejido regresaron a la Tierra, los investigadores continuaron rastreando su progreso. También se compararon con tejidos desarrollados a partir de la misma fuente y mantenidos en un laboratorio terrestre.

Los tejidos del músculo cardiaco en el espacio se debilitaron, y también desarrollaron latidos irregulares, apuntaron los investigadores.

Los tejidos desarrollaron un retraso entre latidos unas cinco veces más largo que el retraso normal de alrededor de un segundo, dijeron los investigadores. El tiempo entre latidos volvió casi a la normalidad después de su regreso a la Tierra.

Los haces de proteínas en las células musculares que las ayudan a contraerse, llamados sarcómeros, también se acortaron y desordenaron en las muestras de tejido cardíaco ligadas al espacio. Esta es una característica distintiva de la enfermedad cardiaca humana, anotaron los investigadores.

Otras anomalías se desarrollaron en las mitocondrias productoras de energía en las muestras de tejido, así como en los marcadores genéticos de inflamación y daño oxidativo.

Un segundo lote de muestras de tejido cardíaco de bioingeniería fue a la estación espacial en 2023 para probar medicamentos que pueden protegerlos de los efectos de la baja gravedad. Ese estudio está en curso, dijeron los investigadores.

Los investigadores también continúan mejorando su sistema de chips de tejido cardíaco y están estudiando los efectos de la radiación espacial en los tejidos cardíacos humanos.

Más información

La NASA tiene más información sobre el cuerpo humano en el espacio.

FUENTE: Johns Hopkins Medicine, comunicado de prensa, 23 de septiembre de 2024

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¿Qué significa esto para ti?

Los viajes espaciales a largo plazo plantearán riesgos para la salud humana que deben tenerse en cuenta a la hora de planear misiones a Marte.

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