MIÉRCOLES, 23 de septiembre (HealthDay News/DrTango) -- Un estudio reciente muestra que los negros y los hispanos que tienen un historial de accidente cerebrovascular (ACV) o de enfermedad arterial coronaria tienen la presión arterial más alta que los blancos, mientras que los hispanos son menos propensos a que se les recete medicamentos para controlarla.
Aproximadamente el 63 por ciento de los blancos, el 58 por ciento de los hispanos y el 40 por ciento de los negros tenían lecturas de presión arterial que caían dentro de lo estipulado por las directrices nacionales, hallaron los investigadores.
"Había una disparidad significativa en cuanto al logro de los objetivos de la presión arterial entre los afroestadounidenses en comparación con los blancos o hispanos", dijo el autor principal del estudio, el Dr. Nerses Sanossian, director asociado del Centro para el Accidente Cerebrovascular de la Universidad del Sur de California.
El estudio fue presentado el miércoles en la Conferencia sobre investigación de la presión arterial alta de la American Heart Association en Chicago.
Los investigadores evaluaron los datos sobre niveles de presión arterial de 517 participantes de la Encuesta nacional de examen sobre salud y nutrición que informaron haber tenido un ACV o enfermedad arterial periférica. Alrededor del 12 por ciento de los participantes eran hispanos y el 25 por ciento negros.
Las recomendaciones nacionales establecen que la mayoría de los adultos debe mantener su presión arterial por debajo de 140 (el número superior) y de 90 (el número inferior), mientras que los diabéticos la deben mantener por debajo de 130/80.
"El principal factor de riesgo para tener un ataque cardiaco o ACV es haber sufrido un ataque cardiaco o accidente cerebrovascular previamente", subrayó Sanossian. "El control de la presión arterial es uno de los puntos principales de la prevención. En este grupo de personas la prevención es verdaderamente crucial".
Entre las razones detrás de las disparidades se pueden incluir factores del estilo de vida o económicos, la genética y las diferencias en la calidad de la atención médica recibida, apuntaron los investigadores.
Mientras los blancos y los negros informan que les recetan medicamentos para la presión arterial a tasas similares, la presión arterial no estaba tan bien controlada en los pacientes negros como en los blancos.
Los participantes negros tenían una presión arterial sistólica (el número superior de la lectura) de 140, en comparación con 134 entre los blancos. Los negros tenían una presión diastólica (el número inferior) de 74 frente a 65 en los blancos. Ambas diferencias son significativas, señaló Sanossian.
Una investigación anterior muestra que una reducción de 10 mm Hg en la presión arterial sistólica se traduce en un descenso de 31 por ciento en la tasa de accidente cerebrovascular.
"El individuo promedio tiene que mantener su presión arterial bajo control, pero si una persona ya ha tenido un episodio de ACV o enfermedad arterial coronaria debe controlar su presión arterial de forma más estricta", subrayó Sanossian.
Los hispanos y los blancos tenían presión arterial sistólica similar (133 frente a 134), aunque los hispanos tenían la presión arterial diastólica más alta (72 frente a 65), destacaron los investigadores.
Aún así, apenas el 54 por ciento de los hispanos que habían tenido un episodio de accidente cerebrovascular o enfermedad arterial coronaria tomaba medicamentos, en comparación con el 77 por ciento de los blancos y el 76 por ciento de los negros.
Entre los supervivientes de un accidente cerebrovascular, al 52 por ciento de los hispanos se les recetó medicamentos para la presión arterial en comparación con el 74 por ciento de los blancos y el 87 por ciento de los negros. Entre los hispanos que tenían enfermedad arterial coronaria, cerca del 59 por ciento tomaba medicamentos para la hipertensión en comparación con el 80 por ciento de los blancos y el 74 por ciento de los negros.
Asegurar que las minorías reciban la medicación apropiada para controlar la presión arterial es de importancia crítica, dijo el Dr. Rhian M. Touyz, profesor de medicina de la Universidad de Ottawa.
La hipertensión es más común en los negros que en los blancos y suele ser más difícil de controlar, señaló Touyz. Los negros tienden a sufrir complicaciones más graves a causa de la presión arterial alta a una edad más temprana que cualquier otro grupo racial. Los negros son más sensibles a los efectos de la sal en la dieta, que eleva la presión arterial.
"Es bien sabido que los estadounidenses de origen africano tienden a desarrollar complicaciones renales y ACV más graves que los pacientes blancos de presión arterial alta", destacó Touyz. "Si podemos comprender mejor cuáles son los mecanismos responsables por estas diferencias en las tasas de hipertensión y por qué las complicaciones son más graves, podríamos tratar mejor a los pacientes de raza negra".
Además, algunos tratamientos para la presión arterial no son tan efectivos en los negros. Las clases de medicamentos que inhiben el sistema renina-angiotensina, que aumenta la presión arterial cuando se activa demasiado, suelen ser más eficaces en los blancos, apuntó Touyz.
Los datos usados en el estudio no incluían información relacionada con qué medicamentos tomaban los participantes ni a qué dosis.
Los programas educativos y de gran alcance orientados a las minorías junto con estrategias exploratorias y tratamientos más agresivos para la hipertensión podrían ayudar a eliminar algunas de las disparidades, dijeron los investigadores.
Más información
La American Heart Association tiene más información sobre la presión arterial alta.