Haga yoga 'caliente' y baile el hula para tener una presión arterial sana

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SÁBADO, 7 de septiembre de 2019 (HealthDay News) -- Se sabe que el ejercicio moderado mejora la presión arterial, y eso podría incluir actividades más exóticas que caminar a buen paso, sugieren dos estudios preliminares.

En uno, los investigadores encontraron que las clases de yoga "caliente" redujeron la presión arterial en un grupo pequeño de personas con unos niveles moderadamente elevados. En el otro, se mostró que bailar el hula tenía el mismo beneficio para las personas que tenían una hipertensión refractaria a pesar de tomar medicamentos.

Los expertos dijeron que los hallazgos subrayan la importancia del ejercicio para la presión arterial, y el valor de encontrar una actividad de la cual disfrute.

Las clases de yoga caliente se realizan en una sala con calefacción, en general a unos 105 ºF (unos 40.6 ºC), aunque en algunos centros la temperatura es menos extrema. Con frecuencia se afirma que la práctica tiene beneficios para la salud, por ejemplo limpiar las "toxinas" del cuerpo a través del sudor.

En el estudio, Stacy Hunter y su equipo de la Universidad Estatal de Texas reclutaron a 10 adultos de 20 a 65 años. Todos los participantes tenían una presión arterial ligeramente elevada. Su presión sistólica (la cifra "superior") era de 120 a 139 mm Hg, y su presión diastólica era de 89 mm Hg o más baja. (Los niveles por debajo de 120/80 se consideran normales).

Los investigadores asignaron al azar a cinco personas a tomar clases de yoga caliente tres veces por semana, durante 12 semanas; las demás sirvieron como grupo de comparación.

A lo largo de las 12 semanas, los que hicieron yoga caliente experimentaron una reducción de su presión arterial sistólica de un promedio de 126 a 121 mm Hg. Su presión diastólica se redujo tres puntos, en promedio, de 82 a 79 mm Hg.

Los hallazgos son "muy preliminares", comentó la Dra. Mary Ann Bauman, experta voluntaria de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association, AHA).

Obviamente, un estudio con 10 personas es pequeño, anotó, y el grupo de comparación no hizo ejercicio.

"Sería interesante comparar el yoga caliente con otros tipos de yoga", planteó Bauman. Explicó que eso podría ayudar a averiguar si el yoga caliente tiene algo de especial, o si los beneficios son iguales con el yoga en general.

Además de ser físicamente activo, dijo Bauman, el yoga incluye prácticas de respiración y meditación, y podría ayudar a aliviar el estrés. De hecho, el equipo de Hunter encontró que las personas que tomaron clases de yoga caliente reportaron mejoras en sus niveles de "estrés percibido".

Hunter se mostró de acuerdo en que este estudio es un comienzo, y que todavía hay preguntas, entre ellas si el yoga que no es caliente resulta en cambios similares en la presión arterial.

En teoría, señaló Hunter, el calor en sí podría ser beneficioso, dado que se ha mostrado que la terapia con sauna mejora la dilatación de los vasos sanguíneos y la presión arterial. Pero en un estudio anterior, anotó, su equipo encontró que tanto el yoga caliente como el que no es caliente tenían efectos similares en la función de los vasos sanguíneos.

También hay preguntas de seguridad respecto a hacer ejercicio en un ambiente caluroso y húmedo, apuntó Bauman. Las personas de este estudio no tenían enfermedad cardiaca, y solo tenían unas elevaciones modestas en sus niveles de presión arterial.

"Si tiene hipertensión", enfatizó Bauman, "debe hablar con su médico antes de probar el yoga caliente".

Hunter se mostró de acuerdo. Apuntó a una preocupación que todavía está pendiente de estudio en relación con el yoga caliente. En las personas con hipertensión, podría haber un aumento marcado y súbito en la presión arterial cuando pasan de la sala caliente de práctica a un vestíbulo que podría tener hasta 30 grados menos de temperatura.

Hunter presentará los hallazgos esta semana en una reunión de la AHA, en Nueva Orleáns. Las investigaciones presentadas en reuniones por lo general se consideran preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.

En el otro estudio, también presentado en la reunión, investigadores de la Universidad de Hawái, dirigidos por Joseph Keawe'aimoku Kaholokula, evaluó los efectos del baile hula tradicional en la hipertensión.

Reclutaron a 263 nativos de Hawái cuya presión arterial había permanecido elevada a pesar de los medicamentos. Todos recibieron información sobre la dieta, el ejercicio y la gestión de los fármacos. Después de esto, se asignaron al azar a tomar clases de hula (dos veces por semana durante tres meses, y entonces una vez al mes durante tres meses) o a una lista de espera.

Al final, los bailadores de hula tuvieron una mayor reducción en su presión arterial, unos 3 puntos más, en promedio. También fueron más propensos a reducir 10 puntos o más de su presión sistólica: un 60 por ciento lo hicieron, en comparación con un 48 por ciento de los demás.

Una vez más, apuntó Bauman, la pregunta es exactamente qué proveyó el beneficio adicional. "¿Fue bailar el hula, o el respaldo social al tomar las clases?", anotó.

La conclusión, según Bauman, es que las personas deben encontrar actividades físicas de las que disfruten y que puedan realizar a largo plazo.

Más información

La Asociación Americana del Corazón ofrece consejos sobre el ejercicio para reducir la presión arterial.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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