MIÉRCOLES 16 de noviembre (HealthDay News/HispaniCare) -- El café descafeinado podría incrementar ciertos factores de riesgo para la enfermedad cardiaca.
En un estudio sobre el que se informó el miércoles en la reunión anual de la American Heart Association en Dallas, el café descafeinado elevó el colesterol LDL, el "malo", quizá al aumentar los niveles de una grasa de la sangre llamada apolipoproteína B.
Los expertos advirtieron que todavía no es tiempo para sustituir el café matutino cargado por el descafeinado.
"Los hallazgos consisten en cambios modestos en ciertos factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. Esto no debería cambiar los patrones de consumo de café", aseguró el Dr. Robert Eckel, presidente de la American Heart Association. "Hace falta una explicación. Hay una necesidad de validar y comprender mejor los mecanismos involucrados, en ese orden".
La mayor parte de la literatura médica señala que el café, tanto el normal como el descafeinado, no causa generalmente ningún daño, añadió Eckel.
En este estudio financiado por los National Institutes of Health, 187 pacientes fueron escogidos aleatoriamente para beber entre tres y seis tazas de café normal cada día, la cantidad de café descafeinado equivalente por día, o nada de café. En los EE.UU., los bebedores de café consumen en promedio 3.1 tazas de café al día.
Los participantes prepararon el café por sí mismos y se les pidió que bebieran sólo café negro.
Los niveles de cafeína en la sangre se midieron junto con la presión arterial, el ritmo cardiaco, el índice de masa corporal (IMC, una proporción entre el peso y la estatura), el colesterol total, los triglicéridos, el colesterol HDL o bueno, la insulina, la glucosa, los ácidos grasos no esterificados (AGNE, o la grasa presente en el torrente sanguíneo), la apolipoproterína B (relacionado con el colesterol malo) y el colesterol LDL.
La mayoría de estos factores son indicadores del síndrome metabólico, un conjunto de síntomas que pone a una persona en mayor riesgo de enfermedad cardiaca.
Los autores no hallaron cambios significativos en los niveles de insulina o glucosa en la sangre ni en la mayoría de los demás en estos tres grupos.
Sin embargo, luego de tres meses de tomar café, los participantes en el grupo descafeinado mostraron un incremento del 8 por ciento en los ácidos grasos y un incremento de entre el 8 y el 10 por ciento en los niveles de LDL. Según los investigadores, la apolipoproteína B (ApoB) es la única proteína adherida al LDL que puede incrementar la producción de colesterol LDL.
Los AGNE también aumentaron en el grupo que tomó descafeinado (en promedio en un 18 por ciento), pero no en los otros dos grupos.
El HDL2, un tipo específico de colesterol HDL que se relaciona con un menor riesgo de enfermedad cardiaca, aumentó en un 50 por ciento en las personas que tenían sobrepeso y tomaron café descafeinado. Las personas de peso normal del mismo grupo vieron sus niveles de HDL2 bajar en un 30 por ciento.
"Es una historia compleja y el café es muy complicado", aseguró el Dr. H. Robert Superko, autor del estudio y presidente de cardiología molecular, genética y preventiva del Centro para el corazón Fuqua y del Centro para la salud y el aprendizaje Piedmont-Mercer de Atlanta. "Pero eso no significa que si usted es obeso deba comenzar a tomar café descafeinado. No debemos sobreinterpretarlo".
"El mensaje es que hay una diferencia real entre el café con cafeína y el descafeinado y no es la cafeína", agregó. "El efecto sobre los lípidos es otra cosa que tiene que ver con la especie del grano".
Probablemente tampoco sea el proceso, especuló.
Debido a que el proceso de descafeinar puede eliminar ingredientes del café que le dan sabor, se usa un grano más robusto (Robusta), explicó Superko. El café normal generalmente se produce a partir de granos Arábica, que son más suaves, dijo.
Puede ser esta diferencia inicial de los granos lo que causa las diferencias después, cuando el café llega al torrente sanguíneo, explicó.
Más información
La American Heart Association tiene más información sobre el síndrome metabólico.