JUEVES, 7 de abril de 2022 (HealthDay News) -- La COVID-19 aumenta el riesgo de las personas de coágulos sanguíneos y sangrado peligrosos durante meses tras la infección, señalan unos investigadores.
Los nuevos hallazgos sugieren que la COVID-19 es un factor de riesgo independiente de la trombosis venosa profunda, el embolismo pulmonar y el sangrado.
"Se puede decir que nuestros hallazgos respaldan [el tratamiento] para evitar los eventos trombóticos, en particular en los pacientes con un riesgo alto, y fortalecen la importancia de la vacunación contra la COVID-19", concluyeron los autores del informe, que se publicó en la edición del 6 de abril de la revista BMJ.
Aunque se conocía el riesgo añadido de coágulos y sangrado, su duración no estaba clara, anotaron los investigadores en un comunicado de prensa de la revista.
Para averiguarlo, compararon a más de un millón de personas de Suecia que tuvieron una prueba positiva de COVID-19 entre el 1 de febrero de 2020 y el 25 de mayo de 2021 con un grupo de control de más de 4 millones de personas que no tuvieron una prueba positiva de la COVID-19.
En comparación con el grupo de control, los pacientes con COVID-19 presentaron un aumento significativo en el riesgo de trombosis venosa profunda (TVP), un coágulo en una pierna, durante hasta tres meses tras la infección; de un embolismo pulmonar, un coágulo sanguíneo en el pulmón, durante hasta seis meses; y de un evento de sangrado durante hasta dos meses.
Tras tomar en cuenta varios factores que quizá fueran significativos, los investigadores concluyeron que los que tuvieron COVID-19 presentaban un riesgo cinco veces más alto de TVP, un riesgo 33 veces más alto de embolismo pulmonar, y un riesgo caso doble de sangrado en los 30 días tras la infección.
Un 0.04 por ciento de los pacientes con COVID-19 y un 0.01 de los pacientes del grupo de control tuvieron una trombosis venosa profunda. Un 0.17 por ciento de los pacientes con COVID-19 y un 0.004 por ciento de los del grupo de control sufrieron un embolismo pulmonar. Y, según el informe, un 0.10 por ciento de los pacientes con COVID-19 y un 0.04 por ciento de los pacientes de control presentaron eventos de sangrado.
Los riesgos de coágulos sanguíneos y sangrado fueron más altos en los pacientes cuya COVID-19 fue más grave, los que tenían otras afecciones de salud, y los que se infectaron durante la primera ola, en lugar de la segunda y la tercera olas. Los investigadores señalaron que las mejoras en el tratamiento y la cobertura de la vacunación en los primeros pacientes tras la primera ola podrían ser una explicación.
Incluso los pacientes con una COVID-19 leve tuvieron un aumento en el riesgo de TVP y de embolismo pulmonar, encontró el estudio. Aunque no hubo un aumento en el riesgo de sangrado en los que tuvieron una COVID leve, hubo un aumento notable en los pacientes con una infección más grave.
El estudio fue dirigido por Anne-Marie Fors Connolly, del departamento de microbiología clínica de la Universidad de Umeå, en Suecia.
Frederick Ho, del Instituto de Salud y Bienestar de la Universidad de Glasgow, en Escocia, y sus colaboradores fueron los autores de un editorial que se publicó con los hallazgos.
Aunque muchos países están eliminando las restricciones por la pandemia, y cambiando su enfoque a vivir con la COVID-19, este estudio "nos recuerda la necesidad de permanecer vigilantes a las complicaciones asociadas con la infección con el SARS-CoV-2, lo que incluye al tromboembolismo", escribió el equipo de Ho.
Más información
Aprenda más sobre la COVID-19 en el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de EE. UU.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTE: BMJ, news release, April 6, 2022