AHA News: ¿Se ponen en peligro los amantes de las emociones fuertes?

Are thrill-seekers with heart conditions playing with danger?
Are thrill-seekers with heart conditions playing with danger?
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LUNES, 4 de marzo de 2019 (American Heart Association News) -- Las montañas rusas más veloces sobrepasan las 100 millas por hora. Un corredor automovilístico puede duplicar esa rapidez en segundos.

Ambas actividades pueden ser emocionantes, pero ¿podrían dañar el corazón también? ¿Podría una persona morirse, verdaderamente, de la emoción?

Es probable que no, según lo indica un estudio que revisó encuestas con respuestas de aficionados de las aventuras emocionantes, quienes también padecen condiciones graves del corazón.

Aunque los parques de diversiones pongan advertencias en los juegos que disparan la adrenalina, o los amigos traten de disuadirnos de hacer paracaidismo, la ciencia ha explorado poco acerca de este tema.

"No conozco ningún estudio importante y replicado que conecte la salud con la personalidad que ama las aventuras emocionantes y con las conductas que van en busca de ese tipo de experiencias; o sea, un estudio que haya hecho un chequeo cardiovascular completo", dijo Frank Farley, psicólogo de Temple University en la ciudad de Filadelfia.

Farley lleva décadas estudiando a los amantes de actividades que provocan emociones fuertes. Incluso acompañó a alpinistas hasta la montaña Everest en Nepal, y montó en globos de aire caliente para volar sobre China y Rusia; todo para investigar lo que motiva a estos aficionados.

Sin embargo, dice que en estas actividades "es raro que se hable sobre el tema de la salud".

Es eso que impulsó a un grupo de investigadores, dirigido por dos científicos de Yale, a abordar la materia.

El grupo revisó una encuesta de entusiastas de las aventuras emocionantes diagnosticados con cardiomiopatía hipertrófica, padecimiento que se caracteriza por el engrosamiento las paredes del corazón y causa común de paros cardíacos.

La encuesta registró respuestas en línea de 571 adultos aficionados de las aventuras emocionantes, quienes también tuvieron rangos altos de riesgo de padecer arritmia, o latidos irregulares del corazón. Aproximadamente un 40 por ciento de los participantes tuvo desfibriladores implantados.

En conjunto, las personas del grupo participaron en más de 8.000 actividades que provocan emociones fuertes, tales como canotaje, puentismo, alpinismo, parapente y paracaidismo.

Aunque una tercera parte tuvo síntomas insignificantes que incluyeron mareo, náuseas y palpitaciones en el pecho, solo nueve de los participantes tuvieron respuestas más serias como desmayo o paro cardíaco dentro de la hora siguiente al evento. Cuatro de los nueve casos ocurrieron después de subirse a la montaña rusa.

La información, que fue presentada en el congreso de ponencias científicas de la American Heart Association, sugiere que existe poca evidencia que vincule los peligros de salud con la conducta que busca aventuras de emociones fuertes, incluso entre las personas diagnosticadas con un padecimiento cardíaco grave, dijo el Dr. Dan Jacoby, autor principal del estudio y director del programa de insuficiencia cardíaca extensa en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut.

"El estudio demostró que el riesgo de participar es muy bajo, extraordinariamente bajo, en cada vuelta o subida", mencionó.

Jacoby resaltó que un estudio anterior, en el cual se investigaron las muertes ocurridas en montañas rusas durante un periodo reciente de diez años, encontró muy pocas vinculadas con problemas del corazón. La mayoría se debieron a lesiones de traumatismo.

"Por lo tanto, si alguien se sube a una montaña rusa y padece de cardiomiopatía hipertrófica, esa persona tiene un riesgo más alto de salir volando del juego y lastimarse; o, bien, que la lesión ocurra por chocar", dijo. "En términos generales, eso es lo que parece suceder con la mayoría de la población que revisamos".

Farley comentó que, entre los amantes de las aventuras emocionantes que ha estudiado, los problemas relacionados con la salud casi nunca salen a relucir debido a que estas personas a menudo tienen una mentalidad distinta a la mayoría cuando se trata de las hazañas que disparan el ritmo cardíaco.

"Saltar con paracaídas desde un avión estresaría casi a todo el mundo. Quiero decir, ¿qué pasa si no se abre el paracaídas? Yo siento que estos amantes de las emociones fuertes definen la situación como una aventura, no una causa de estrés", agregó Farley.

El Dr. Nikolaos Papoutsidakis, instructor de la Facultad de Medicina en Yale, y coautor de un estudio reciente, dijo que pocos de los pacientes de cardiomiopatía encuestados dijeron haber recibido consejos de parte de sus médicos y en relación con las actividades que provocan emociones fuertes. A menudo, estos ofrecieron asesoría contradictoria.

"Algunos doctores dijeron que no era peligroso, mientras que otros dijeron que sí. Incluso, solo unos cuantos le comentaron al paciente que no existe mucha información con datos al respecto", mencionó.

Jacoby advierte que los amantes de este tipo de aventuras, sobre todo quienes tengan padecimientos del corazón, deben consultar a sus médicos antes de participar en algo potencialmente peligroso.

"Lo que no queremos es que alguien lea un artículo en el periódico, o en un blog, o incluso en lo que nosotros publicamos, y piense que se están dando buenas noticias y que pueden salir volando a participar en estas cosas", agrega.

"Realmente queremos alentar a las personas a utilizar la información como punto de partida para comentarla con sus médicos y determinar si son algo adecuado para su caso en particular".

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