
La radioterapia para el cáncer podría ser un arma de doble filo
Las dosis altas de radiación pueden promover el crecimiento de tumores que se han diseminado fuera del sitio inicial del cáncer
Los tumores tratados con radiación liberan una proteína que puede obstaculizar la capacidad del sistema inmunitario para atacar el cáncer
LUNES, 7 de julio de 2025 (HealthDay News) -- La radioterapia para tratar el cáncer podría ser un arma de doble filo que aumenta el riesgo que plantean otros tumores malignos, argumenta un estudio reciente.
Si bien la radiación a menudo se usa sola o en combinación con otros tratamientos para controlar el cáncer, las dosis altas de radiación pueden promover el crecimiento de tumores metastásicos que no se trataron directamente con radioterapia, informan los investigadores en la revista Nature.
Esta respuesta inesperada ocurre porque el tratamiento con radiación de dosis alta aumenta la producción del tumor objetivo de una proteína llamada anfiregulina, creen los investigadores.
Los niveles altos de anfiregulina debilitan la capacidad del sistema inmunitario para combatir el cáncer y aumentan la capacidad de las células cancerosas para protegerse de los ataques, apuntaron los investigadores.
"Estos resultados abren una forma completamente nueva de pensar sobre los efectos sistémicos de la radioterapia", señaló en un comunicado de prensa el investigador sénior, el Dr. Ralph Weichselbaum, profesor de oncología radioterápica y celular de la Universidad de Chicago.
"Basándonos en estos hallazgos, planeamos realizar un ensayo clínico para explorar y validar más a fondo los resultados", añadió Weichselbaum.
Hasta un 60 por ciento de los pacientes con cáncer reciben radioterapia como parte de su tratamiento, señalaron los investigadores en las notas de respaldo.
Estudios anteriores han mostrado que la radiación puede hacer que los tumores distantes se reduzcan, potencialmente al activar el sistema inmunitario, apuntaron los investigadores.
Pero muchos pacientes que reciben radioterapia para cánceres con una propagación limitada experimentaron el efecto contrario, y los tumores a distancia se volvieron más agresivos, apuntaron los investigadores.
"Nuestro laboratorio postuló que las dosis altas de radiación en realidad podrían promover el crecimiento tumoral en sitios no irradiados bajo ciertas condiciones, lo que podría explicar algunos de estos fracasos", dijo Weichselbaum.
"Los estudios de la década de 1940 sugirieron que la radiación podría causar la propagación del tumor, pero eso nunca tuvo sentido para mí porque la radiación es un agente anticancerígeno altamente efectivo dentro del lecho tumoral", dijo. "Sin embargo, la comunicación entre el sitio irradiado y los sitios metastásicos distantes es fascinante".
Para investigar esto más a fondo, los investigadores analizaron muestras de biopsias de un ensayo clínico en el que pacientes de cáncer fueron tratados con radioterapia focalizada de dosis altas. Ese ensayo encontró que los tumores metastásicos aumentaron de tamaño después de la radioterapia.
Los resultados muestran que el análisis genético de las biopsias reveló que los tumores tratados con radiación habían aumentado significativamente la actividad génica relacionada con la producción de anfiregulina.
Las pruebas en animales revelaron que, si bien la radioterapia reduce la capacidad del cáncer para propagarse a nuevos lugares, también promueve el crecimiento de los tumores metastásicos existentes.
Pero si la anfiregulina se bloqueó con medicamentos o terapia génica, estos otros tumores que no fueron atacados directamente por la radiación terminaron encogiéndose junto con el cáncer primario, encontraron los investigadores.
"Curiosamente, la combinación de radiación y bloqueo de anfiregulina disminuyó tanto el tamaño del tumor como el número de sitios metastásicos", dijo Weichselbaum.
En el análisis de muestras de sangre de un segundo ensayo clínico con pacientes con cáncer de pulmón, se encontró que los niveles de anfiregulina aumentados por la radioterapia tendían a debilitar el sistema inmunitario al promover la producción de células sanguíneas inmunosupresoras.
La anfiregulina y la radioterapia también aumentaron los niveles de CD47, una proteína llamada "no me comas" en las células tumorales que ayuda al cáncer a evadir el sistema inmunitario, muestran los resultados.
El bloqueo de la anfiregulina y el CD47 resultó en un control altamente efectivo del cáncer entre los animales tratados con radiación, dijeron los investigadores.
Con estos resultados, los investigadores tienen la intención de ayudar a desarrollar un nuevo tipo de radioterapia personalizada, particularmente en pacientes cuyos cánceres se han diseminado a otras partes de sus cuerpos.
Más información
El Instituto Nacional del Cáncer ofrece más información sobre el cáncer metastásico.
FUENTES: Universidad de Chicago, comunicado de prensa, 30 de junio de 2025; Nature, 14 de mayo de 2025
Las personas con cáncer metastásico deben preguntarle a su médico si su tratamiento de radiación podría promover el crecimiento tumoral.