AHA News: Sobrevivientes de ataques cerebrales deben poner más atención a la salud ósea

Why stroke survivors should pay attention to bone health
Why stroke survivors should pay attention to bone health

VIERNES, 9 de agosto de 2019 (American Heart Association News) -- Las personas que tuvieron un ataque cerebral tienen bastante de que preocuparse, junto con los médicos que los atienden: recobrar la movilidad y el funcionamiento, controlar los factores de riesgo de un segundo ataque, resguardarse de la depresión que puede surgir debido a las nuevas limitaciones en la vida.

Existe otra consecuencia posible que no se ve en todas las listas: osteoporosis.

"No sabemos todo lo que deberíamos acerca de la osteoporosis y los ataques cerebrales", dijo el Dr. Mark Goldberg, neurólogo en el Peter O'Donnell Brain Institute en Dallas y profesor en la facultad de medicina de UT Southwestern. "Es un tema que deberíamos vigilar más siendo médicos especialistas en ataques cerebrales".

La osteoporosis es una enfermedad que avanza paulatinamente haciendo que los huesos se hagan porosos y más frágiles, lo cual aumenta el riesgo de fracturas. Es también más común en las mujeres. Un ataque cerebral ocurre cuando la sangre que abastece el cerebro queda bloqueada por un coágulo o una ruptura, matando así parte de las células cerebrales y haciendo que algunas funciones corporales queden impedidas, lo cual puede incluir parálisis de un lado.

Los dos padecimientos van entrelazados, aunque no de buena manera. Los estudios indican que los sobrevivientes de un ataque cerebral que pierden parte del equilibrio y la movilidad tienen más probabilidades de caerse; y, a su vez, los que tienen osteoporosis tienen un mayor peligro de fracturarse los huesos.

Por ejemplo, un estudio canadiense concluyó que los pacientes de ataque cerebral tenían una probabilidad 47% mayor de sufrir una fractura, comparados con personas sin antecedentes de ataques cerebrales. Es una consecuencia que resulta particularmente peligrosa en personas de mayor edad.

"Aunque se trate de una pequeña caída, tienen probabilidades mucho mayores de romperse la cadera o un hombro", agregó Goldberg. "Es una causa importante de discapacidades".

Convertirse en persona sedentaria puede empeorar la osteoporosis. La actividad física es un factor clave para mantener los huesos sanos, indicó Goldberg. "La gente puede perder masa muscular si no se mueve, por lo que (es más probable desarrollar) osteoporosis después de un ataque cerebral".

Aun así, otros problemas parecen ocupar la prioridad cuando en estos casos.

"Cuando las personas acuden a consultas de seguimiento se les pregunta acerca de la presión sanguínea o los problemas del corazón", señaló la Dra. Angela Cheung, internista especializada y directora fundadora del programa de osteoporosis de University Health Network en Toronto. "Realmente la salud ósea queda al final de la lista".

Cheung fue coautora de un estudio con más de 16 mil sobrevivientes de ataques cerebrales mayores de 65 años en Canadá con el cual se investigó si se les había detectado osteoporosis o brindado tratamiento para este padecimiento durante el primer año posterior a su ataque cerebral.

Los resultados publicados este año en el boletín Stroke, mostraron que únicamente un 5.1% de los pacientes fue sometido a estudios de densidad mineral ósea, y, que, aproximadamente, un 15% recibió recetas de medicamentos para osteoporosis.

Cheung mencionó que el estudio resalta la necesidad de establecer una evaluación de osteoporosis como paso estándar después de un ataque cerebral.

"Por lo menos debemos preguntar si el paciente se ha caído o fracturado algo e incorporar esos hechos en la atención de seguimiento", agregó. "Es un tema que debe se debe encontrar en el radar de todos".

Goldberg coincide. "Las personas que han tenido un ataque cerebral tienen muchos problemas que requieren atención", dijo. "De repente se encuentran en un mundo distinto, y, a menudo, tanto los pacientes como sus familiares se sienten abrumados".

De acuerdo con las investigaciones, aproximadamente una de cinco personas que tuvieron un ataque cerebral tendrán otro dentro de un periodo de cinco años.

Goldberg mencionó que los neurólogos tienden a enfocarse en prevenir un segundo ataque al controlar factores de riesgo tales como presión sanguínea, diabetes, colesterol alto y arritmia.

"En parte, ese puede ser el motivo por el cual la faceta de la osteoporosis no ha recibido suficiente atención", agregó. "Sin embargo, existen buenos métodos para detectarla así como tratamientos para personas con riesgo de padecerla".

Los ataques cerebrales y la osteoporosis tienen otra cosa en común: una excelente razón para evitar los cigarrillos.

"Fumar es un factor de riesgo tanto para la osteoporosis como para los ataques cerebrales", dijo el médico. "Se trata de un golpazo doble".

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