LUNES, 18 de julio de 2022 (HealthDay News) -- Durante miles de años, las personas han utilizado la meditación para reducir el dolor, pero cómo funciona el proceso siempre ha parecido algo más bien misterioso.
Hoy en día, una avanzada tecnología de escáneres cerebrales ha revelado cómo esta antigua práctica altera la función del cerebro, y provee alivio del dolor a quienes la practican.
Un estudio, que es el primero de su tipo, utilizó IRM para descubrir que la meditación de mindfulness (conciencia o atención plena) puede interrumpir la comunicación entre las áreas del cerebro que procesan el dolor y la red neural que produce el sentido de sí misma de una persona, reportaron los investigadores en una edición reciente de la revista PAIN.
En esencia, las señales del dolor siguen desplazándose del cuerpo al cerebro, pero la persona que medita siente menos propiedad respecto a estas sensaciones de dolor. Como resultado, su dolor y sufrimiento se reducen.
"Seguirá doliendo. Pero no le molestará tanto", señaló el autor sénior, Fadel Zeidan, profesor asociado de anestesiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de California, en San Diego. "El significado de esto para usted como persona se reduce. Ya no es mi dolor. Simplemente, es".
En el estudio, Zeidan y sus colegas enseñaron meditación a 20 personas a lo largo de cuatro sesiones de 20 minutos de entrenamiento en mindfulness. Veinte personas adicionales escucharon un audiolibro durante el mismo tiempo, para que sirvieran como grupo de control.
Entonces, los investigadores colocaron a todos los participantes en un escáner de IRM, con una placa en la parte posterior de la pierna que producía unas sensaciones dolorosas de dolor sin provocar una quemadura. Los participantes recibieron un calor doloroso durante 10 episodios, con 12 segundos de activación y 12 segundos de desactivación, apuntó Zeidan.
Los participantes reportaron sus niveles de dolor durante cada sesión de escáner cerebral, y las personas a quienes se enseñó meditación usaron la práctica para reducir su dolor.
Las personas reportaron una reducción de un 33 por ciento en el dolor cuando usaron la meditación, comentó Zeidan.
De hecho, las personas del grupo de control que no sabían meditar experimentaron un aumento de un 20 por ciento en su dolor, desde el principio hasta el fin de su sesión de IRM, a medida que se volvieron más sensibles a este, apuntó Zeidan.
Estos resultados eran previstos. Lo que las IRM revelaron fue más interesante.
Los investigadores encontraron que la meditación se asociaba con una reducción en la sincronización entre el tálamo (la parte del cerebro que transmite la información sensorial entrante) y un grupo de regiones del cerebro conocidas como red neuronal por defecto.
La red neuronal por defecto presenta la mayor actividad cuando una persona está distraída o cuando procesa sus propios pensamientos y sentimientos. Una parte de esta red es el precúneo, un área del cerebro implicada en características fundamentales de la autoconsciencia, y una de las primeras regiones que se desactiva cuando una persona pierde la consciencia.
"El precúneo es muy chévere", afirmó Zeidan. "Consume la mayor cantidad de energía calórica metabólica en el cerebro, y está situado en el cerebro para integrar todos los sistemas sensoriales en un flujo coherente de conciencia autorreferencial".
Las IRM mostraron que la meditación producía una mayor desconexión entre el tálamo y el precúneo, observó.
"Pensamos que lo que sucede es que un mayor alivio del dolor es provocado por la falta de comunicación entre el tálamo y el precúneo", dijo Zeidan. "El tálamo recibe toda esta información relacionada con el dolor desde el cuerpo, pero deja de enviarlo al precúneo. Esto frena la integración de la información sensorial relacionada con el dolor en el sí mismo, en la autorreferencia".
En otras palabras, apuntó, las dos regiones desvinculan la evaluación de lo que la información significa para ellas. "Mientras más pueden hacerlo y desconectar, mejor es el alivio del dolor", aseguró Zeidan.
La red neuronal por defecto "ha sido un tema muy candente en la neurociencia durante los 10 últimos años, porque mientras más implicadas están con esta red de autorreferencia, menos felices son las personas, más deprimidas o ansiosas están, y más dolor crónico tienen", afirmó Zeidan.
"Este es el primer estudio que muestra que esta red puede tener un rol en la modulación del dolor, algo que es bastante emocionante", dijo.
Si se comprueba, la meditación podría convertirse en una práctica común que enseñen los médico o los especialistas en dolor, para ayudar a las personas a gestionar problemas como el dolor lumbar crónico, planteó Zeidan.
"Si piensa al respecto, ¿hay algo disponible que podamos usar para reducir el dolor crónico de una persona de inmediato, para que puedan seguir con su día?", se preguntó. "No conozco nada, de verdad. Puede tomar ibuprofeno o cualquier cosa, pero tiene que esperar 45 minutos, si es que funciona. La meditación puede producir beneficios de inmediato".
El Dr. Houman Danesh, director de Gestión Integral del Dolor de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, revisó los hallazgos.
El estudio provee "una buena base para comenzar a realizar más investigación sobre" la meditación para el alivio del dolor, aseguró.
"Lo que dicen sobre las regiones del cerebro implicadas y cómo se desconectan tiene todo el sentido", dijo Danesh.
Añadió que esto aborda lo complejo que el dolor es en realidad.
"Con frecuencia pensamos que el dolor es cuando uno toca algo caliente y retira la mano, pero no es tan sencillo", apuntó Danesh. "Hay cientos de miles de entradas que suben al cerebro y cientos de miles que vuelven a bajar. Y ese proceso general es cómo usted siente el dolor".
Estudios como este, que utilizan una ciencia rigurosa para comprender mejor la meditación, podrían ayudar a que la práctica se acepte de forma igual de amplia que la acupuntura, otro antiguo arte que cuenta con evidencias médicas tan convincentes que los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid ahora cubren su uso, comentó Danesh.
"Todos estamos de acuerdo en que la mente y el cuerpo están conectados, y cuando se intenta indagar a mayor profundidad sobre esto comienza a parecer un poco raro y distante", añadió Danesh. "Pero, en realidad, casi todo el mundo acepta la premisa de que la mente y el cuerpo están conectados. Poder aprovechar esto puede literalmente transformar la forma en que se controla el dolor en nuestra sociedad".
Más información
Los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. ofrecen más información sobre la meditación y el mindfulness.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Fadel Zeidan, PhD, associate professor, anesthesiology, University of California San Diego School of Medicine; Houman Danesh, MD, director, Integrative Pain Management, Icahn School of Medicine at Mount Sinai, New York City; PAIN, July 7, 2022