LUNES, 2 de abril de 2018 (HealthDay News) -- Los bebés que reciben antiácidos o antibióticos en los primeros 6 meses de vida podrían tener un marcado aumento en el riesgo de alergias o asma, advierte un nuevo estudio de gran tamaño.
Los hallazgos se basan en un análisis de los expedientes de salud de más de 792,000 niños nacidos entre 2001 y 2013.
Aunque el estudio no prueba que los medicamentos provoquen alergias, el autor principal, el Dr. Edward Mitre, apuntó que el vínculo parece ser firme.
"Me sorprendió que encontráramos asociaciones positivas entre el uso de los antiácidos y casi toda clase de alergia que evaluamos", dijo. Ese riesgo asociado "parece ser sustancial y clínicamente significativo", añadió Mitre.
La exposición de los bebés a los antiácidos se vinculó con el doble de riesgo de desarrollar alergias a los alimentos, y con un aumento del 50 por ciento en el riesgo de desarrollar alergias a medicamentos y una reacción inmunitaria hipersensible a las toxinas foráneas, por ejemplo a una picadura de abeja (anafilaxia).
La exposición a los antibióticos pareció duplicar el riesgo futuro de asma de los niños, al mismo tiempo que provocaba un aumento del 50 por ciento en el riesgo de alergias al polvo, a la caspa y al polen (rinitis alérgica); de alergias en los ojos (conjuntivitis alérgica); y anafilaxia, dijo Mitre.
Pero, ¿por qué?
Mitre sospecha que unos "motivos biológicos" tienen que ver.
"Tanto los antibióticos como los antiácidos pueden perturbar al microbioma normal", dijo, en referencia al complejo ambiente de microbios que es esencial para el buen funcionamiento del sistema inmunitario. Hay cada vez más evidencias de que los cambios en el microbioma pueden aumentar el riesgo de alergias.
Los antiácidos pueden reducir la digestión de las proteínas en el estómago, explicó Mitre, lo que podría conducir a alergias a los alimentos.
Mitre es profesor asociado de microbiología e inmunología en la Facultad de Medicina de la Universidad de los Servicios Uniformados (USU) de Ciencias de la Salud en Bethesda, Maryland.
Mitre y sus colaboradores publicaron su informe en la edición en línea del 2 de abril de la revista JAMA Pediatrics.
El coautor, el Dr. Cade Nylund, dijo que aunque los bebés tienen una tendencia al reflujo ácido, en general no es causa de preocupación ni de tratamiento farmacológico.
"Un motivo de que los bebés tiendan al reflujo es la anatomía infantil inmadura", anotó. "Otra es que tengan que comer tantas calorías respecto al peso corporal. Si un adulto tuviera que ingerir el mismo volumen que un bebé, sería como tomar más de dos litros cada cuatro horas. Yo también vomitaría si lo hiciera".
Nylund dijo que, en la mayoría de los casos, alimentar a los bebés con comidas más pequeñas y más frecuentes, y sacarle los gases, con frecuencia es preferible a administrarles antiácidos.
Nylund es profesor asociado de pediatría en la USU, y director del programa de becas en gastroenterología, hepatología y nutrición pediátricas en el National Capital Consortium de Bethesda.
Mitre añadió que "sin duda hay algunos bebés con reflujo un gastroesofágico grave que necesitan terapia médica, pero es probable que la inmensa mayoría no".
Aún así, el equipo encontró que más o menos un 8 por ciento de los niños en su análisis habían recibido una receta de un antiácido en los primeros 6 meses de vida.
Todos habían sido inscritos en el sistema de salud militar en un plazo de 35 días tras nacer, y permanecieron inscritos al menos durante un año. Los investigadores observaron su exposición temprana a medicamentos y el inicio de alergias y asma a lo largo de un periodo promedio de 4.6 años.
Los hallazgos del estudio subrayan los riesgos bien conocidos de los antibióticos, y contradicen la creencia de que los antiácidos son inocuos, enfatizó Mitre.
"Dada la asociación que nosotros y otros hemos encontrado entre los antiácidos y las alergias, y dado que en general no son beneficiosos para los bebés, este estudio sugiere que los antibióticos y los antiácidos solo deben usarse en situaciones con un beneficio clínico claro", concluyó Mitre.
Más información
Para más información sobre el reflujo ácido infantil, visite el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de EE. UU..
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